Por Florencia Donovan - Más inflación el año próximo, menos crecimiento
por la falta de divisasy un 2023 complicado en general en materia de económica.
Así ven el panorama los economistas Hernán Lacunza y Emmanuel Álvarez Agis,
que, sin embargo, coincidieron en ser optimistas acerca del horizonte argentino
a partir de 2024. Los exfuncionarios participaron del evento anual Legal
Forecast 2023, organizado por Estudio Marval O’Farrell Mairal, y dejaron varias
definiciones en un panel moderado por el secretario general de Redacción de la
nacion, José Del Rio.
“A la inflación hay que tirarle con todo: ortodoxia, heterodoxia,
política monetaria, fiscal y de ingresos. Y si hay que bailar macumba,
también”, dijo Lacunza, exministro de Economía durante la gestión de Mauricio
Macri. Y advirtió: “Una inflación de 10% mensual equivale a una de 200% anual.
Y pasa más rápido de 100% a 200%, que de 50% a 100%. Esto es un desafío
político y social de primera magnitud. No intentemos hacerlo si no atacamos las
causas fiscales: nada va a funcionar si el Tesoro sigue siendo una aspiradora
del Central. Es como podar en el Amazonas”.
Con respecto a los planes de estabilización, Lacunza indicó que no se
pueden intentar si “los precios relativos están desalineados”, como es el
contexto actual. “Hoy tenemos una inflación de 100%, a pesar de haber atrasado
el tipo de cambio y las tarifas”, comentó.
Álvarez Agis, por su parte, se refirió al programa Precios Justos como
una paradoja. “Nos metemos en un plan para desinflar los precios y que suban
los salarios de los que menos tienen, pero ellos son los que compran en las
superficies chicas y en los negocios de proximidad, donde Precios Justos no
está. Si ustedes van una vez al supermercado por mes, en términos estadísticos,
son ricos. Si va nuestra empleada, somos súper ricos. La gente a la que le
cuesta llegar a fin de mes va tres veces por semana al chino, al almacén o a la
carnicería, y la va llevando. Este programa de precios, que tal vez puede ser
consistente, en esos lugares de proximidad no está”, dijo.
Al mismo tiempo se refirió a “la dinámica pendular del propio gobierno”,
al que ya “vimos girar tres veces, por lo menos”. Y describió:
“Fuimos expansivos en la pandemia, después nos pusimos ortodoxos en
octubre de 2020, cuando la brecha era de 120% y nos quedábamos sin reservas.
Luego fuimos heterodoxos durante la elección y ortodoxos para poner la firma
con el FMI. Después nos volvimos a poner heterodoxos, porque no cumplimos nada
del acuerdo firmado, y ahora somos ortodoxos a partir de julio con la llegada
de Massa”.
Lacunza coincidió con esta definición y dijo que el actual equipo económico
tiene “músculo político para intermediar en cierta anarquía que había en el
poder”. Y amplió: “Cuatro meses atrás, a la mañana subía el blue, al mediodía
subía la tasa y a la noche presentaban un proyecto para ofrecer el salario
universal, que ampliaba el gasto en tres puntos del producto. Eso no pasa más,
está bueno. Pero estamos conformes, porque mantuvo la inflación en 100%. Este
gobierno no le tiene vértigo al asfalto, sino a la banquina o a la cornisa. Si
van a hacer un plan platita porque está conforme con esta seudoestabilidad,
puede ser peligroso”.
En ese sentido, el exministro de Economía indicó que proyectar “un 100%
de inflación el año que viene es ser optimista”, ya que, para que se
desacelere, es necesario bajar el gasto. “Para eso, hay que meterse con
jubilados, Aerolíneas Argentina, con la Asociación Trabajadores del Estado
(ATE), gobernadores y dejar de hacer obra pública. No veo ninguna de esas cosas
en un año electoral”, dijo Lacunza.
El exviceministro de Economía durante la gestión de Cristina Kirchner,
por su parte, describió las inconsistencias de la economía argentina, reflejada
en que la tasa de inversión creció 11% en el primer semestre. “No es un milagro
eso, es una reacción racional a conseguir dólares a $120 para comprar bienes intermedios
o de capital. Tenemos una tasa de inversión récord, pero no sabemos si llegamos
a mañana, porque comprar bienes es una decisión de cartera, no de cadena de
producción”, indicó.
Como ejemplo, destacó la compra de aviones privados, que en las estadísticas
figuran como inversión. “Durante este gobierno, se importaron 270 aviones
privados”. ß |