Domingo 13 - Por Sofía
Diamante - Un nuevo acuerdo de congelamiento de precios, lanzado oficialmente
el viernes, trajo las mismas repercusiones de parte de los economistas: no va a
funcionar para bajar la inflación (el martes se conocerá el dato de octubre) si
esta medida no es acompañada de otras políticas, como la presentación de un
plan económico. Además, los analistas económicos creen que se profundizarán las
distorsiones en los precios relativos y que podría generar desabastecimiento.
“El programa no incluye a todos los productos, con lo cual se verán
agotados los productos de los precios congelados. Con el paso del tiempo, se
van a conseguir cada vez menos. El efecto del acuerdo será poco significativo,
es más una medida de marketing de política económica”, opinó Gabriel Caamaño,
economista de la consultora Ledesma.
“Todos sabemos que no sirve, los agentes también lo saben. No va a tener
efectos positivos desde el punto de vista de la inflación. Tal vez haya
generado un efecto de adelantar aumentos de precios en octubre por las dudas.
El congelamiento genera distorsiones no solo de precios relativos, sino entre
segmentos, porque no llega a todos los canales de la comercialización. Ni
hablar del efecto entre productos o los precios de los tamaños de los envases.
Es la misma historia de siempre. No creo que tenga mucho efecto positivo en la
inflación”, agregó Caamaño.
Francisco Mattig, economista de Consultatio Plus, coincidió en que “los
efectos de los congelamientos en general no funcionan” y advirtió que a la
larga terminan generando desabastecimiento. “Tiene nulo impacto en los precios,
sobre todo porque es tomado como una política aislada y no es acompañada por
otras medidas que lo hagan un elemento más de un programa integral. Por otro
lado, que haya una pauta de incremento mensual del 4% ya revela que el escalón
de inflación en el cual estamos es altísimo”, indicó.
El economista Matías De Luca, de la consultora LCG, indicó que tal vez
logre una desaceleración de la inflación, porque gran parte de la canasta de
alimentos va a estar congelada, pero el problema estará cuando se terminen los
cuatro meses de congelamiento. “Un tercio del índice de precios estará
regulado, pero el resto de los productos habrán aumentado. El congelamiento por
sí solo, sin una herramienta más que complemente, es transitorio. Es como
tomarte un ibuprofeno, pero no ir al médico, pasa el efecto, pero el problema
persiste”, indicó.
Pobreza e indigencia
“Más allá del efecto en precios, al tratarse de alimentos se utiliza
como una política distributiva. Si bien la pobreza bajó un punto con los datos
del último semestre, la indigencia aumentó medio punto. Hay más gente que no
puede alcanzar una canasta básica en alimentos. Este anuncio busca desacelerar
la inflación, pero como política de ingresos”, agregó De Luca.
El economista también remarcó que cada shock en la economía, como la
renuncia del ministro de Economía Martín Guzmán o la guerra en Ucrania, “nos
pone un escalón más de inflación y no bajamos, se mantiene en el tiempo”.
Y advirtió sobre una situación que contrasta con el escenario
internacional. “En el resto del mundo los precios de los alimentos volvieron a
los niveles previos a la guerra, y acá seguimos con una inflación del 7%
mensual. Es producto de la inercia inflacionaria”, señaló.
Finalmente, Juan Ignacio Paolicchi, de la consultora Empiria, indicó:
“No va a funcionar. Hay que ver la ponderación. Suele ser baja y no es que van
a ir a cero. Si realmente se cumple, el riesgo de que haya faltante de stocks
es alto. De los últimos que se implementaron no funcionó ninguno. Y si la macro
sigue corriendo al 6,5% o 7% de inflación mensual, puede pasar que el programa
se caiga y que la corrección de estos precios acelere aún más la nominalidad
cuando se termine. Esos son los riesgos de congelar precios. Siempre que distorsionás
precios relativos, tenés el riesgo de que, con estos niveles de inflación,
cuando lo sueltes puedas acelerar aún más la inflación”.ß |