Por Carlos Keller - En el mercado siguen sonando voces que alertan
sobre un "salto discreto" del tipo de cambio del 15% al 20% en
febrero. Las fuentes de la desconfianza son diversas. La primera es que pasado
el dólar soja de septiembre, el Banco
Central comenzó con la dinámica de vender dólares.
Y lo que hay detrás de ello: las reservas que lograron acumular hasta
aquí probablemente alcancen solo para mostrarle al FMI que se cumplió con
las metas del programa económico que acordó Martín Guzmán a principios de
año.
Pero el Gobierno está pariendo los resultados con fórceps, los objetivos
alcanzados no fluyen. Todo es a fuerza de inventar tipos de cambios especiales
para cada sector, sumar impuestos para que la gente no se lleve los billetes
con la cara de Washington y que las empresas importadoras tengan que pedirle a
sus proveedores que esperen hasta seis meses para poder pagarles.
El Banco Central juntó más dólares pero no
alcanzan
A fuerza de esta suerte de "crédito comercial obligatorio" la
cantidad de dólares que pudo juntar en los últimos doce meses el Banco Central,
como diferencia entre ventas para importar y compras por liquidación de
exportaciones, fue bastante mayor al saldo que declara el Instituto
Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
Según estimaciones del consultor Salvador Di Stéfano, el BCRA tuvo un
saldo favorable de u$s20.255
millones, lo que marca una diferencia de u$s15.086 millones respecto del
devengado del INDEC de u$s5.169. La diferencia obedece a que el organismo que
conduce Marco Lavagna se limita a registrar la documentación aduanera.
Allí solo se indica el monto de las operaciones, pero no el plazo en el que se
van a pagar. El BCRA en cambio, tiene los datos al momento sobre los dólares
que van y vienen.
Básicamente, los dólares que logró juntar el BCRA a lo largo del último
año, a costo de hacer que las empresas posterguen pagos al exterior de todo
tipo (incluso obligando a hacer reestructuración de deudas financieras de una docena de empresas
multinacionales) y tratando de juntar billete tras billete del campo
y el turismo receptivo, no le alcanza.
Uno de los casos es el textil: mientras que por un lado presionan a las
empresas para congelar precios de la ropa por dos meses, los industriales
advierten que tienen frenadas inversiones por unos u$s350 millones de máquinas
que se encargaron hace dos años. Ahora llega el momento de pagar y desde
la Secretaría de Comercio Interior miran para otro lado. Todavía no les
han indicado el día en que van a poder acceder al dólar barato.
El parche que encontró el Gobierno fue permitir a los importadores que
usen sus propios billetes para importar, aunque ello implique que el dólar de
referencia para los costos de las empresas pase a ser de $300, es decir,
una devaluación por abajo de la mesa. Por otro lado, cuando el
Senado termine de aprobar el Presupuesto 2023 en los próximos días, irá
con ello un blanqueo especial para las pymes, un segmento de la economía que no
logra siempre tener sus papeles en regla como recurso de subsistencia. Los
directivos de las cámaras pymes nunca lo van a reconocer públicamente,
pero saben que todos tienen dólares en negro guardados en las cajas
fuertes de sus empresas. De allí saldrán las divisas del 2023.
Otro elemento hace suponer que hay un riesgo
de salto discreto
Desde hace un par de meses, en las licitaciones de deuda en pesos el
Gobierno está procurando pasar de deuda indexada a deuda con tasa fija. Se
estima que ente julio, agosto y septiembre del año que viene acumula
vencimientos con bonos CER (inflación), duales o dollar linked por el
equivalente a 3,5% del PBI. Si hubiera un evento disruptivo afectará de manera
negativa a las finanzas del Estado. Es por ello que en las últimas colocaciones
de Ledes (letras de descuento) tuvo que avalar tasa del 117%. Parece ser
que en Economía también creen que puede "pasar algo" en el camino a
las elecciones presidenciales.
Di Stéfano
plantea que "el Banco Central le permitió a los importadores ingresar
mercadería pagando a 180 días, en los próximos meses vencen los pagos y el
BCRA debería una suma cercana a los U$S10.000 millones (es una
estimación ya que es difícil llegar al número correcto)". El economista se
pregunta si la entidad monetaria tiene esa plata: "No la tiene disponible
en su totalidad, pero la puede conseguir restringiendo importaciones, o seguir
con la normativa de pagar a 180 días de plazo. Lo que está claro es que se vienen
restricciones muy severas para las importaciones. Si no hay
dólares, no se podrá importar", advierte.
Paula Gándara, CIO de la administradora de fondos Adcap Aseet Management
advierte que la economía está "entrando en un período de
estacionalidad electoral bastante acalorada, muy adelantada considerando
la fecha de las próximas elecciones, sumado a diferentes frentes abiertos en
torno a inflación, devaluación y tasas".
"El
Gobierno quiere evitar un salto discreto del tipo de cambio, aunque el
tipo de cambio oficial ya se está devaluando a un ritmo del 6,25%
mensual y la inflación de octubre andaría cerca del 7%, entonces la
sugerencia que damos es diversificar los riesgos en los dos frentes, pero
priorizamos la cobertura por inflación (60% de la cartera) y la cobertura por
devaluación (40%)", señala Gándara. |