PorJaime Rosemberg - La Casa Rosada, a través de la portavoz Gabriela
Cerruti, reafirmó ayer que las elecciones primarias (PASO) “están vigentes y es
una buena ley”. De esa forma, descartó anularlas como pretenden el kirchnerismo
y el ministro Sergio Massa.
En las últimas semanas, desde La Cámpora habían reforzado la presión
contra Fernández para que retroceda en su intención de presentarse como
precandidato a la reelección dentro de la interna del Frente de Todos y
suspenda las primarias.
El reclamo entrelazó a diferentes figuras, como Máximo Kirchner, hasta
el ministro de Interior, Eduardo “Wado” de Pedro. “El proceso de convocatoria a
las PASO está en marcha porque son el año que viene. Es una buena ley que
implica más democracia, más participación”, afirmó ayer Cerruti. La respuesta
exacerbó la pulseada interna en el kirchnerismo por las definiciones
electorales para 2023.
“Ya está, no hay número para cambiar nada, no va a salir”. La frase,
terminante, salió muy cerca del presidente Alberto Fernández minutos después de
que la portavoz, Gabriela Cerruti, afirmara en conferencia de prensa que la
norma que establece las elecciones primarias (PASO) “está vigente y es una
buena ley”. La Casa Rosada descartó de ese modo que el jefe del Estado pueda
ceder a la “sugerencia” de sectores del kirchnerismo y el massismo para armar
una “mesa de diálogo” y discutir allí la continuidad del cronograma electoral
vigente, que prevé las PASO para el 13 de agosto próximo.
“El Gobierno sostiene que hay una ley vigente, es una buena ley. El
proceso de convocatoria a las PASO, está en marcha porque es el año que viene.
Es una buena ley que implica más democracia, más participación. Una ley que
acompañamos en el momento en que fue votada y nos parece que en un momento en
el cual muchos actores políticos están intentando generar situaciones
antipolíticas o el descreimiento de la gente de la política; cuanto más
discusión y participación haya, mejor es”, abundó la portavoz en la conferencia
de prensa semanal que brinda desde la Casa Rosada.
Las declaraciones de Cerruti se suman a las del diputado Leandro
Santoro, una de las espadas albertistas en la Cámara baja. “No van a alcanzar
los números en el recinto para discutirlo, por lo cual la discusión es al
pedo”, afirmó el legislador.
Cerca del Presidente interpretan que los números para dar el debate
legislativo no están, a pesar de las presiones del kirchnerismo y Sergio Massa
por revisar las PASO. Cuentan entre los rechazos a una reformal electoral al
puñado de votos de legisladores del Frente de Todos que tributan a la Casa
Rosada (serían 10 sobre 118, aproximadamente), al bloque de Juntos por el
Cambio, a los libertarios de Javier Milei y a la izquierda dura, que por
distintas razones también se niegan a discutir modificaciones al cronograma
electoral. “Y algunos de La Cámpora que quieren competir en sus distritos
tampoco quieren”, retrucó otro referente cercano a Fernández, que sueña con una
eventual reelección.
Más allá de la intención del Presidente de debatir en el Congreso el
proyecto de renta inesperada, enviado por el exministro Martín Guzmán y parado
en el Congreso desde junio, las PASO generan hoy los principales cortocircuitos
entre albertistas y la alianza táctica que conforman el cristinismo y Massa,
interesado en capitalizar una eventual mejora de la economía el año que viene.
“El Presidente en todo caso tiene que llamar a la mesa política del
Frente de Todos para fijar una única posición. No lo digo desde la cosa
imperativa, lo digo desde la cosa inteligente. Hay cosas que en la coalición
las tenemos que discutir cara a cara en una mesa, a puertas cerradas”,
consideró Massa hace tres días, en tándem con el ministro del Interior, Eduardo
de Pedro.
Pero Fernández, vía Cerruti, le cerró la puerta a los pedidos, al menos
por el momento. “No está emperrado. Sí, firme y demostrando que la última
palabra la tiene él”, afirmó a la nacion otro funcionario con despacho en la
Casa Rosada. “Los procesos electorales deben ser debidamente respetados”,
repitió el Presidente en Brasil, junto al presidente electo Luiz Inacio Lula da
Silva, en una frase de apoyo al líder del PT pero que apuntaba también a la
coyuntura local.
“Alberto decidió no facilitarle a Cristina la resolución de los
problemas políticos. Va a sostener la idea de su reelección hasta el final. Si
no lo hiciera estaría peor que ahora”, evaluó un analista que circula por
despachos importantes de Balcarce 50. La discusión de la renta inesperada se
inscribe en otro desafío del Presidente a los sectores que le reclaman mayores
fondos para los más necesitados en el país. “Los votos se consiguen”, contestó
Cerruti cuando la nacion le recordó que el proyecto ya mereció el rechazo de la
oposición.
Desde el cristinismo intentaron, de todos modos, bajarle el tono a la
discusión. “Si Cristina tuviera una postura clara con respecto al tema, ya la
hubiese manifestado. Como todos, debe estar evaluando la conveniencia de
quitarlas o no”, comentaron cerca de un alto dirigente camporista con funciones
ejecutivas.ß |