Por Alfredo Sainz y Camila Dolabjian - Con una ronda de llamados a los
CEO de empresas de alimentos y bebidas, el secretario de Comercio, Matías
Tombolini, abrió las negociaciones para confeccionar una canasta de precios
congelados que el Gobierno lanzará, en principio, el 1º de diciembre y tendrá
una vigencia de 120 días.
“Tombolini se comunicó hoy [por ayer] con nosotros y nos pidió que nos
pusiéramos las pilas para avanzar con la nueva canasta. Lo único que nos
dijeron es que nos iban a mandar una propuesta en los próximos días”,
explicaron en una compañía de consumo masivo.
El funcionario también pidió a los supermercados que aporten productos
de sus marcas propias para incorporarlos al congelamiento.
La decisión oficial fue criticada por el presidente de la UIA y de
Copal, Daniel Funes de Rioja: “El camino no es congelar precios ni amenazar
empresas, sino trabajar con ellas y todos los sectores para domar la
inflación”.
Con una ronda de llamados a los CEO de empresas de alimentos y bebidas,
Matías Tombolini abrió las negociaciones para confeccionar la canasta de
precios congelados que el Gobierno lanzará en menos de un mes. Como se viene
repitiendo con leves variaciones desde hace más de diez años, la Secretaría de
Comercio es la encargada de pactar con el sector privado –básicamente, grandes
fabricantes y supermercados– la conformación de una canasta de productos de
primera necesidad que mantendrán sus precios congelados, en este caso por
cuatro meses.
Con el paso de los distintos funcionarios por la cartera de Comercio,
cambian los nombres de las canastas –hubo Precios Cuidados, Precios Esenciales
y ahora se habla de Precios Justos–, pero lo que se mantiene es el esquema de
un número acotado de productos con precios congelados. El objetivo es que esta
canasta se convierta en una referencia para el resto de los artículos que se
venden en los supermercados y así evitar una espiralización de la inflación.
Desde que Guillermo Moreno puso en marcha este modelo, que combina
acuerdos de precios y canasta de productos congelados, la inflación no dejó de
crecer. Los antecedentes igualmente no alcanzaron para disuadir al equipo que
lidera Sergio Massa, que espera que esta vez sí dé resultado el viejo truco de pisar
la manguera: “Congelar los precios es como pisar una manguera, frenás por un
rato pero el agua está”, había sido la frase que el ministro de Economía
pronunció hace menos de tres semanas en Washington.
Por el momento, hay más interrogantes que certezas sobre la nueva
canasta que lanzará el Gobierno y lo único (más o menos) seguro es que se
presentará el 1° de diciembre y tendrá una vigencia inicial de 120 días.
“Tombolini se comunicó hoy [por ayer] con nosotros y nos pidió que nos
pusiéramos las pilas para avanzar con la nueva canasta. Todavía no sabemos
cuántos productos va a tener y cuál será nuestro aporte. Lo único que nos
dijeron es que nos iban a mandar una propuesta en los próximos días”,
explicaron en una compañía de consumo masivo.
El tamaño que tendrá la canasta es una de las grandes dudas. Fuentes de
Comercio venían hablando en los últimos días de 1500 a 2000 productos,
trabajando con Precios Cuidados como base, pero las empresas -que son las que
aportan los artículos- aún no fueron notificadas del número final.
En principio, se espera que el resto de los productos que se venden en
los supermercados –para tener una idea, un hipermercado trabaja con más de
60.000 referencias– tengan un tope de aumento del 4% mensual hasta marzo.
Para trabajar con esta doble vía de aumentos –una canasta acotada de
productos congelados y 4% mensual para el resto–, la Secretaría de Comercio ya
dio el primer paso con el pedido para que las grandes cadenas no acepten
ninguna lista de precios con una suba superior al 4%.
El otro pedido de Tombolini a los supermercados fue que también aporten
productos de sus marcas propias para incorporarlos a la canasta de precios
congelados.
La decisión del Gobierno de avanzar con un nuevo congelamiento de
precios recibió críticas del sector privado. Daniel Funes de Rioja, titular de
la Unión Industrial Argentina (UIA) y de Copal (Coordinadora de las Industrias
de Productos Alimenticios), dijo que “el camino no es congelar precios ni
amenazar empresas, sino trabajar con ellas y todos los sectores de la sociedad
para domar la inflación”.
Funes de Rioja también cargó contra la investigación por supuesto abuso
de posición dominante que lanzó la Secretaría de Comercio sobre un conjunto de
empresas, que hasta el momento no fueron identificadas. Y pidió que las
oficinas que trabajan en defensa de la competencia ejerzan sus roles “sin
discrecionalidad” y que no haya “abusos de derecho”.
Al cierre de esta edición, el Gobierno no confirmó cuáles son las firmas
apuntadas, pero trascendió en las redes sociales un listado de marcas a las que
se llama a boicotear por haber aplicado “aumentos excesivos”. Algunas de ellas
(cuyos productos fueron blanco de críticas) son CocaCola, Molinos Río de la
Plata, SanCor, Ledesma, Queruclor (Querubín) y Clorox (Ayudín). En la campaña
en redes también figura la empresa de medicina prepaga OSDE.ß |