Por Esteban Lafuente LA NACIÓN - RESISTENCIA.– “Cuando uno ordena
fiscalmente tiene que hacer cosas que pueden ser leídas como un ajuste, pero no
creemos que lo sea”, dijo el secretario de Hacienda, Raúl Rigo, al analizar los
números del proyecto de presupuesto 2023, que se aprobó días atrás en la Cámara
de Diputados, y las sucesivas modificaciones sobre las partidas vigentes para
2022.
Sus palabras ilustran el giro en el rumbo del Gobierno y exponen también
un escenario de tensiones dentro de la coalición oficialista. “Ordenar lo
fiscal, más que ajustar, es en realidad trabajar para precisamente dar una base
de sustentabilidad fiscal a la macro y aportar, desde ese orden, estabilidad”,
dijo en diálogo con la nacion el funcionario encargado de controlar el gasto
del Estado, que participa en el Seminario Nacional de Presupuesto Público
organizado por ASAP en esta ciudad.
“Cuando asumió, el actual ministro (Sergio) Massa dio una serie de
pautas que caracterizarían su gestión y una de ellas era el orden fiscal.
Nosotros tuvimos sobre todo en junio y julio una situación bastante
tensionante, particularmente en lo cambiario, y parte de las razones de eso
tiene que ver con el desborde fiscal que se registró en ese momento”, relató
Rigo sobre los meses posteriores a la salida de Guzmán y la llegada de Silvina
Batakis. En ese contexto, el histórico funcionario renunció a su cargo, pero
regresó al ministerio apenas un mes después de su salida, junto con la llegada
de Massa.
En esa línea, Rigo defendió los números del proyecto de presupuesto que
el Gobierno envió al Congreso y tiene como premisa una baja del déficit
primario del 2,5% al 1,9% del PBI para 2023, en línea con las pautas
establecidas en el acuerdo de facilidades extendidas firmado con el FMI.
“El apoyo que recibió el proyecto fue contundente y es muy auspicioso”,
dijo Rigo, en referencia a la votación en Diputados y los 180 votos
afirmativos. “Eso revela que los supuestos macroeconómicos y las asignaciones
en general han sido bien recibidas desde el punto de vista de la oposición.
Hubo entre el 15 de septiembre y la semana pasada una buena discusión en las
comisiones y es una muy buena noticia porque sería muy malo ir nuevamente con
un presupuesto prorrogado. Y que el apoyo haya sido claro y contundente es
también una suerte de garantía de que hay convicción respecto de lo que dice la
ley”, afirmó Rigo.
El funcionario afirmó también que la pauta de inflación del 60% para
2023 definida en el proyecto de presupuesto por el Gobierno es “cumplible”. El
número es objetado por economistas y analistas privados que, de acuerdo con el
último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) que publica mensualmente
el Banco Central, estiman una suba de precios promedio del 90,5% para el año
que viene.
“No soy macroeconomista y no soy experto en eso, pero que tengamos un
escenario que propone ese objetivo de inflación para 2023 significa que se
confía en que se van a poder tomar medidas que vayan conteniendo, moderando y
disminuyendo la inflación desde donde estamos hoy, que es una cifra más alta a
esa. Me parece que es un objetivo de política plausible y cumplible, no que se
va a producir espontáneamente, pero con medidas se puede lograr”, dijo Rigo.
Así, explicó que la decisión del “ordenamiento fiscal” tuvo como
consecuencia concreta la “disminución del gasto en términos reales”.
“En los últimos dos o tres meses en general hemos moderado mucho el
crecimiento real del gasto interanualmente y hemos tenido caída en terminos
reales”, dijo Rigo, y se refirió a la dinámica de los subsidios energéticos,
que registran meses consecutivos de caída real: “En primer lugar, el gasto
energético tiene una estacionalidad muy importante, que típicamente es en
invierno y este año se reforzó por el tema de los precios internacionales por
el shock de la guerra en Ucrania y cuando ves el decrecimiento se compara
contra meses anteriores que tenían este impacto”, estimó.
Planificación
Por último, Rigo se refirió a la eficiencia en la planificación financiera
y el gasto del sector público y planteó que otra cuenta pendiente en el país
son los “acuerdos interpartidarios y sociales”. “No solamente vamos a tener una
gran estabilidad a lo largo de décadas, sino que también vamos a potenciar
nuestro rol como Estado. Una política sostenible va a redundar en más y mejores
servicios”, dijo.
En ese punto, criticó la decisión de la Cámara de Diputados de no
acompañar la iniciativa oficial de gravar con el impuesto a las ganancias a
todo el personal del Poder Judicial. El Gobierno había incluido esa medida en
el Presupuesto en el artículo 100, pero fue rechazado en la votación.
“Forma parte de la discusión y el debate parlamentario. Está bien que el
debate se dé. Todos creemos, y yo en particular, que sería bueno que se
extendiera [el cobro de Ganancias] no solamente a los que son jueces desde
2018, sino a todos. Pero tendremos que seguir discutiendo hasta lograr un
consenso mayor”, cerró Rigo. |