Por Cecilia Devanna - El ministro de Economía, Sergio Massa, se sumó
ayer a la presión del kirchnerismo para que Alberto Fernández suspenda las
PASO. En declaraciones periodísticas, Massa reiteró que su postura es contraria
a las primarias abiertas y reclamó que el Presidente convoque a la conducción
del Frente de Todos para debatir el tema. De esa forma,
Massa se alineó con el kirchnerismo, que quiere forzar a Fernández a
reunir a la jefatura oficialista para doblegar su decisión de respetar las PASO
y presentarse como candidato a la reelección.
Ayer, desde Brasil, Fernández repitió una frase sugestiva: “Los procesos
electorales deben ser debidamente respetados”. En la Casa Rosada aseguran que
se refirió a la amenaza de Jair Bolsonaro de desconocer la victoria de Lula da
Silva en ese país. Pero en el interior del oficialismo, el mensaje fue
interpretado en términos locales.
Mientras el Presidente volaba a San Pablo para saludar a Lula da Silva
tras su triunfo en las elecciones brasileñas, Sergio Massa se sumó a la presión
kirchnerista contra Alberto Fernández para que anule las PASO. El kirchnerismo
quiere forzarlo a que llame a la mesa de conducción del Frente de Todos para torcerle
el brazo. Pero Fernández, cada vez más en soledad dentro de su propia
coalición, mantiene las primarias en pie, con la idea de que es la forma de
preservar su incidencia dentro de las definiciones electorales de cara a 2023.
Tras asegurar que en el pasado se había mostrado a favor de suspender
las PASO, Massa dijo que “el Presidente en todo caso tiene que llamar a la mesa
política del Frente de Todos para fijar una única posición”. Este lunes, desde
Brasil, Fernández repitió una frase sugestiva: “los procesos electorales deben
ser debidamente respetados”. En la Casa Rosada aseguran que se refirió a la
amenaza de Jair Bolsonaro de desconocer el resultado. Pero en el interior del
oficialismo, el mensaje tuvo sabor local.
La interna recrudeció en oficialismo en los últimos siete días. El
primero en encargarse de eso fue Máximo Kirchner, quien en una entrevista
periodística dijo que era “extraño” que un Presidente participara en las PASO.
Luego fue el turno del propio Fernández, que ratificó su decisión. Y más tarde,
el camporista Eduardo “Wado” de Pedro, ministro del Interior, extremó las
presiones contra el Presidente con el argumento de que los intendentes y los
gobernadores querían eliminarlas. Ayer, Massa apareció para incorporarse a las
filas kirchneristas contra Fernández.
“Está claro que se está operando en un sentido: Alberto no puede pensar
todo en función del interés más chiquito”, resumió a la nacion una fuente del
kirchnerismo duro, para reconocer que las palabras de Massa estuvieron lejos de
ser casuales. En cambio, el massismo juraba que había sido “solo una opinión”,
en un intento por disimular la presión. Una tarea difícil.
La negativa de Fernández a eliminar las primarias, su manifiesta
voluntad de presentarse como candidato para ser reelecto y su visión de que aún
no es tiempo de convocar a una mesa de diálogo interno son tres de los
principales puntos que lo dejan en soledad interna dentro de su propia
coalición. Quienes lo vieron en los últimos días aseguraban que a Fernández se
mantiene firme y transmite seguridad con lo que está decidiendo. Cuentan que
dialoga con Cristina Kirchner vía Telegram y que el trato con Massa es
“excelente y permanente”.
Desde Balcarce 50, por lo pronto, apuestan al tiempo como un factor a
favor de que no se trate el tema de la posible suspensión de las primarias en
el Congreso. A fin de mes terminan las sesiones ordinarias. Y durante las
extraordinarias solo se pueden tratar los proyectos que pida el Poder
Ejecutivo.
A favor de la estrategia de Fernández juegan también los menos de dos
meses que restan para el fin de las sesiones y que entre medio tienen los
“tiempos del Mundial” de fútbol de Qatar. “No se pueden cambiar las reglas de
juego con el partido en marcha”, insisten cerca suyo con una metáfora futbolera
en referencia a las PASO.
Convencido de que es un debate que debe dar el Congreso, Massa pidió que
el Presidente llame “a la mesa política del Frente de Todos para fijar una
única posición”. “No lo digo desde la cosa imperativa, lo digo desde la cosa
inteligente; hay cosas que en la coalición las tenemos que discutir cara a cara
en una mesa, a puertas cerradas”, argumentó Massa.
La idea de una convocatoria a una mesa política la impulsa el
kirchnerismo para forzar a Fernández a que allí se resuelva las candidaturas
para 2023. Como contó este fin de semana
la nacion, el objetivo es doblegar al Presidente en su intención de ir
por la reelección bajo la convicción de que, si los máximos líderes del
peronismo se reúnen para discutir la estrategia electoral, se escenificaría la
falta de respaldo interno al jefe de Estado. Fernández, al menos por el
momento, resiste la embestida. “Es por una cuestión táctica, no es el momento
propicio, ahora hay mucha pirotecnia interna”, dijo en la intimidad la última
semana sobre la decisión de no convocar por el momento a los otros sectores de
la coalición al debate.ß |