Por Andrés Sanguinetti - Una serie
de organismos financieros internacionales acaban de girar millonarios fondos a
la Argentina que serán destinados al saneamiento ambiental y la optimización
de residuos
sólidos urbanos, bajo el paradigma de la economía circular.
Se trata de fondos que enviaron el Banco Interamericano de
Desarrollo (BID), por u$s70 millones; el Banco Europeo de Inversiones (BEI),
por u$s50 millones; la Agencia Francesa de Desarrollo, por una cifra similar, y
otros u$s17,5 millones de contrapartida local.
En total, son u$s187,5 millones que recibirá el Ministerio de Ambiente
para desarrollar la primera etapa del plan oficial llamado
GIRSU orientado a la construcción y ejecución de obras de infraestructura;
la adquisición de maquinaria y proveer consultoría y capacitaciones para
desarrollar la gestión de residuos urbanos.
El objetivo es generar un salto de calidad que permita un tratamiento
eficiente y moderno de los residuos en un país que produce, en promedio, 1,15
kilos de desechos diarios por habitante, lo que equivale a casi 45.000
toneladas diarias para el total de la población (una tonelada cada dos
segundos) y alrededor de 16,5 millones cada año.
Del mismo modo, la iniciativa procura incrementar la disposición final
adecuada; mejorar la recuperación con inclusión social y mitigar los impactos
negativos ambientales de basurales a cielo abierto, además de impulsar acciones
educativas, de separación en origen, recolección, transporte, transferencia,
valorización y reciclaje, con cierre técnico de los basurales a cielo abierto
existentes.
Los fondos forman parte de un préstamo mayor, por u$s487,5 millones
firmado por el BID y la cartera que dirige Juan Cabandié en el marco de un
paquete de financiamiento internacional a cuatro años que promueve obras y
equipamientos para dar respuesta a una de las principales problemáticas
ambientales de la Argentina.
En este primer tramo, la inversión será utilizada para realizar obras
que beneficiarán a 285.000 hogares. “Son recursos destinados al Plan
GIRSU, que tiene a cargo la cartera de Ambiente nacional, a través de la
Secretaría de Control y Monitoreo Ambiental que encabeza Sergio Federovisky, y
que busca mejorar la gestión de los residuos en la Argentina”, argumentaron
fuentes oficiales.
Consultadas por economía sustentable.com, agregaron que en esta primera
etapa, el financiamiento permitirá llevar a cabo los proyectos de diseño,
construcción y operación de los centros ambientales para General Alvarado y el
de Santiago del Estero y La Banda, en la provincia de Santiago del Estero que
serán licitados antes de fin de año e inaugurados en el 2023.
Otra parte del dinero servirá para la compra de equipamiento que permita
optimizar la gestión de los residuos en distintos municipios del país, y para
sumar bienes y dotación de infraestructura a fin de potenciar la clasificación
y separación de residuos con la mejora de las condiciones laborales de los
recicladores urbanos.
“Desde el Ministerio de Ambiente nacional se lleva adelante el Plan
GIRSU como una estrategia transversal, en articulación con provincias y
municipios, bajo el paradigma de la economía circular y en respuesta a una de
las principales problemáticas del país”, agregaron las fuentes.
Solución integral
El plan GIRSU es considerado como una estrategia transversal,
en articulación con provincias y municipios, que promueve el saneamiento
ambiental y la optimización de recursos para garantizar una gestión moderna y
eficiente de los residuos sólidos urbanos, bajo el paradigma de la economía
circular.
En líneas generales, el proceso contempla:
Construcción de centros ambientales y otros proyectos relacionados con
el tratamiento de residuos de manera controlada.
Adquisición de equipamiento y productos básicos para optimizar la
gestión de los residuos sólidos urbanos a nivel local y para mejorar las
condiciones laborales de recicladores y recicladoras urbanas.
Cierre y saneamiento de los basurales a cielo abierto no operativos.
Fomento a la separación en origen, el reciclado, la reutilización y la
valorización de los residuos para convertirlos en insumos de los procesos
productivos.
Promoción y apoyo técnico para el desarrollo de normativas y acciones
tendientes a garantizar la sostenibilidad de los proyectos a través de
legislación local, sistemas de recolección diferenciada, inclusión social y
campañas de educación y concientización.
El Gobierno entiende que con estas medidas se puede brindar una solución
integral a un problema de múltiples aristas, donde se concentran inequidades
geográficas y socioeconómicas, serios riesgos ambientales y sanitarios y falta de
gestión sostenible de los recursos.
En Argentina, el manejo de los RSU está regulado por la Ley de Presupuestos
Mínimos 25916 que establece los presupuestos mínimos para un manejo adecuado de
los residuos domiciliarios, a partir de propender a una gestión integral de los
mismos, propiciar su valorización y promover su minimización en la generación y
disposición final. En términos generales, comprenden desechos de hogares y
centros comerciales, oficinas e industrias que, dada su composición, son
comparables con aquellos generados en domicilios particulares.
Más que nada en un país con una superficie de 3.761.274 km², que se
divide en 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y que tiene una
población de 40.117.096 habitantes de acuerdo con el Censo Nacional 2010.
Se trata de una población altamente concentrada en el sector urbano (90
%), que reporta una cobertura de recolección de residuos sólidos urbanos del
99,8 %, una tasa de disposición final en rellenos sanitarios del 64,7 % y una
tasa de generación de 1,15 kg/hab/día de RSU.
El 54 % de esa población recibe el servicio de recolección en forma
tercerizada y el restante 46 % como prestación municipal directa. La frecuencia
de recolección diaria es superior al 70 %.
Pero ese nivel de cobertura de disposición final en residuos sólidos del
64,7 % de la población esconde inequidades geográficas ya que es menor en las
regiones Norte (50,1 %) y Cuyo-Mesopotamia (15,2 %), siendo que en el resto del
país es de 79,4 %.
El remanente 35,3 % de la población cuenta con una disposición final
inadecuada: 9,9 % en vertederos controlados, 24,6 % en basurales a cielo abierto.
En tanto, en las principales áreas metropolitanas se cuenta con plantas
de separación, y se está desarrollando una industria para el procesamiento de
los residuos recuperados (plásticos, vidrios, papel y cartón), los cuales
son mayormente recolectados por recuperadores y recuperadoras, tanto en la vía
pública como en sitios de disposición final. |