Por José Luis Brea - Una luz de alarma se encendió en el tablero de
control ideado por el Ministerio de Economía para “cuidar los dólares”. El
complicado arranque del nuevo Sistema Integrado de Importaciones de la
República Argentina (SIRA) amenaza un área que, por tener un régimen de
excepción especial, había permanecido hasta ahora al margen de las demoras por
las trabas para ingresar productos extranjeros en el país: los medicamentos.
Según fuentes de la industria farmacéutica, en la peregrinación
empresaria a la Secretaría de Comercio esta semana está previsto que vayan
representantes de los laboratorios extranjeros, que quieren plantear problemas
que están sufriendo para traer tanto principios activos como medicamentos
terminados. Los reclamos se sumarán así al pedido por escrito –aún sin
respuesta– que sus pares nacionales le hicieron la semana pasada al presidente
del Banco Central, Miguel Pesce, por los pagos anticipados para importar bienes
de capital.
Si bien el rubro debería estar exento, no se están liberando las compras
al exterior y la cartera que conduce Matías Tombolini está pidiendo a las
empresas que expliquen qué tipo de pacientes necesitan determinados
medicamentos importados, comentó uno de los ejecutivos consultados. “Está casi
todo trabado por problemas del sistema, pero hay pacientes detrás, incluso
bebés, esperando. Deben entender que el laboratorio trabaja sin stock”, agregó
el directivo.
“La situación es compleja. A pesar de la resolución que exceptúa a todos
los medicamentos del régimen general, la secretaría va destrabando caso por
caso cuando le llega el reclamo de los laboratorios. Y la liberación sale a 180
días, como cualquier otro bien de la economía; el tema es que si algo sale mal
lo que está en juego es la salud de los pacientes”, completó.
Será esta la primera gestión de la Cámara de Especialidades Medicinales
(Caeme) con la Secretaría de Comercio tras su cambio de presidente: Guillermo
Browne, número uno de Merck Sharp and Dohme (MSD), acaba de reemplazar a
Nicolás Vaquer, quien dejó el puesto de CEO de Pfizer Argentina. Vaquer es un
ejecutivo que tuvo notoriedad pública durante la pandemia por su rol durante la
sinuosa y polémica negociación entre el laboratorio y el gobierno de Alberto
Fernández para adquirir la vacuna contra el Covid-19 producida por esa compañía
norteamericana. Fue quien tuvo que desmentir en el Congreso que Pfizer quería
embargar los glaciares, versión que había lanzado un médico asesor de Axel
Kicillof.
Consultadas por la nacion, fuentes de Comercio dijeron: “En principio no
están convocados, quizá sea por el lado del Ministerio de Salud el tema; lo que
sí nosotros vamos a estar revisando un poco el tema para ver cuáles son esos reclamos,
porque a nosotros no nos figura nada trabado en cuanto al sector”.
En tanto, desde el ámbito de los laboratorios nacionales agregan: “El
sistema se está ajustando, estamos esperando que se hagan las adecuaciones
informáticas necesarias. Se asume que los productos exceptuados no tendrán
problemas. La preocupación está en aquellos insumos y materias primas que no
están exceptuados y que sus proveedores y los laboratorios los necesitan para
su normal funcionamiento”. Se trata de bienes intermedios o insumos no médicos
como plástico, cartón y accesorios.
Ajena al mundo farmacéutico, una fuente con conocimiento de todo el
espectro industrial señaló: “El principal despelote hoy es que el sistema no
está funcionando bien. No están claros los plazos de liquidación; nos dijeron
que iban a quedar como estaban antes, pero todavía no están integradas las
bases y los plazos de liquidación del Banco Central con el SIRA, y hay
problemas con los anticipos. Más allá de que los funcionarios tienen la
intención de mejorar, hay una sensación de hastío porque esta situación viene
de arrastre; las empresas vienen con problemas desde hace tiempo”.
En el Gobierno insisten en que los problemas se están solucionando y que
los que se quejan son los excluidos, aquellos que se habían presentado en la
Justicia contra el sistema anterior (SIMI) para pedir medidas cautelares que
les permitían importar y aún no desistieron. La realidad parece ser mucho más
intrincada. |