Por Rodolfo Santangelo - Hace tres meses, Sergio
Massa asumió como Ministro de Economía a lo "Caruso Lombardi":
para intentar salvar al peronismo de "irse a la B". El Gobierno
estaba políticamente "detonado" y la economía enfilaba hacia una muy
riesgosa escalada cambiaria e inflacionaria de tres dígitos anuales.
La aspiración básica original del plan era evitar un salto cambiario
brusco del dólar oficial y bajar la tasa de inflación. Para ello,
anunció ajuste fiscal y monetario clásico (pero sin devaluar).
Durante agosto, la propia llegada de Massa ordenó un poco las cosas y el
conjunto de anuncios fiscales y monetarios, al menos, "controló el
descontrol". Lo básico fue destrabar políticamente el tema de la
segmentación tarifaria, el BCRA subió más rápido las tasas de interés (los
plazos fijos pagan un 6,5% efectivo mensual) y el Tesoro realizó un canje
exitoso de deuda en pesos.
En septiembre, la pícara implementación del "dólar soja a 200
pesos" permitió sumar u$s5.000 millones a las alicaídas reservas netas del
BCRA y el acercamiento al FMI liberó el tercer desembolso del programa. Lo de
la soja posibilitó cumplir las metas con el Fondo del tercer trimestre, que
estaban desviadas. Con esto, se descomprimió algo la complicadísima situación
externa y se ganó tiempo en la consigna de poner paños fríos para
"durar y llegar".
En suma, en agosto y septiembre el plan sirvió para que la crisis
política y económica no siguiera escalando. Bajó algo la brecha cambiaria
y muy poquito el riesgo país, mientras el BCRA sumó u$s5.000 millones de
reservas. Pero falta todavía contenido y masa crítica. El plan todavía no
toma forma.
Dólar e inflación: por qué el "Plan Massa" no se consolida
El programa de
Massa no se concreta porque, primero, el ajuste fiscal y monetario no se termina de plasmar (ni
cualitativa ni cuantitativamente): la segmentación tarifaria se volvió a
trabar, viene más gasto en planes sociales, la emisión monetaria adicional por
comprar soja a 200 pesos no pasa desapercibida y tracciona la brecha cambiaria,
el BCRA sigue corriendo detrás de la inflación con la tasa de interés, los
vencimientos de deuda en pesos de este año se tornaron manejables pero hay una
concentración fuerte el año que viene.
Segundo, las expectativas de devaluación no se desinflaron. El
éxito del "dólar soja en acumular u$s5.000 millones de reservas netas es
parcial porque las reservas líquidas (las netas sin tenencias de DEGS
ni oro) siguen en terreno negativo. A su vez, es temporal porque el BCRA
"devolverá" en los próximos meses buena parte de lo acumulado
vendiendo dólares en el mercado oficial.
El monto y el ritmo al que venda dólares el BCRA dependerán
esencialmente de cuánto sea la oferta de "agrodólares" y cuán
controladas y pisadas sigan las importaciones. Respecto de lo primero, queda
muy poca soja por vender. Con respecto a lo segundo, el nuevo esquema de
regulación de importaciones aspira a perfeccionar el torniquete. Será
fundamental para el futuro el monto y ritmo de ventas de dólares que realice el
BCRA.
Tercero, la
tasa de inflación no bajó nada. Van ocho meses (octubre incluido) con la
inflación promedio clavada en 6% / 7% mensual. Además, el torniquete regulador
de importaciones dispuesto por el Gobierno para proteger las reservas es alimentador
directo de la presión inflacionaria: no disponer de dólares oficiales a
150 pesos para importar aumenta los precios internos (aun
aquellos precios que ya están ajustados parcial o totalmente en función de los
dólares financieros más altos y no del oficial).
Este ritmo inflacionario tan alto le corre el arco al reacomodamiento
del dólar oficial, las tarifas, la tasa de interés y las actualizaciones
salariales. Además, realimenta las expectativas de devaluación y la brecha que
a su vez realimenta la inflación. Adicionalmente, reaviva los cortocircuitos
internos del oficialismo sobre cómo reaccionar frente a la alta inflación.
Cuarto, ceñirse a
las condiciones del acuerdo
con el FMI no garantiza evitar una devaluación ni tampoco bajar la inflación.
Es un programa definido en el mejor de los casos para evitar una
espiralización. Puede alcanzar para estabilizar la inflación pero no para
bajarla.
La economía (y el peronismo), todavía en zona crítica
En conclusión, el "Plan Massa" para "durar y llegar"
y salvar al peronismo del descenso no termina de tomar forma. Desde su
implementación, el equipo no empeoró su promedio pero tampoco lo mejora: sigue
en zona crítica. Con lo de agosto y lo de septiembre se ganó tiempo pero no
alcanza. En algún momento (seguramente impuesto por la realidad y las
urgencias), "Caruso tendrá que salir a atacar más".
En este contexto, aparecieron algunas especulaciones respecto a la idea
de un plan oficial más agresivo para bajar la inflación, un símil plan de
estabilización, una especie de ¿"Australito"? El propio proyecto de
Presupuesto 2023 hace referencia a una reducción de la inflación punta a punta
a 60%. ¿Con esta macro y solo sobre la base de cumplir las metas fiscales y
monetarias del programa con el Fondo? Así, a secas, luce muy difícil.
¿En qué estaría
especulando Economía cuando circula la idea de
"estabilización"? ¿En un salto del dólar
oficial "derecho viejo" a 200 pesos con suba de retenciones? ¿En
un posterior "congelamiento" de precios y cuasi - congelamiento del
dólar? ¿Más el ajuste fiscal y monetario en vista? Esto no eludiría meses de
inflación de dos dígitos mensuales. Y, después, se requeriría un derrumbe a 2%
mensual para que el año dé ¿60%? ¿Se están haciendo cuentas de este tipo sobre
con qué tasa de inflación se llegaría a la elección presidencial a partir de
una "estabilización exitosa"?
Para que esta especulación no fracasara antes de nacer, se requeriría
un ancla fiscal de fuste. Habría que sobrecumplir con creces el programa
fiscal y monetario con el FMI (una especie de Picapiedras 2018, con recesión
incluida). Sin ancla fiscal y sin recesión, esta
"símil-estabilización" sería candidata a que la hipotética devaluación
a 200 pesos sea la primera de varias y/o a que la inflación no ceda lo
suficiente, etc. ¿Es factible convalidar esta especulación, política y
socialmente hablando?
Por ahora, no pasa de una especulación atemporal que el propio Ministro
de Economía desacredita implícitamente (sigue afirmando que no habrá
devaluación abrupta, que la intención es cumplir el programa con el Fondo e ir
bajando gradualmente la inflación). Pero así como van las cosas, con
este "plan" a medias y de resultados exiguos y temporales,
el "durar y llegar" se va a tornar
complicado. El Gobierno, algo más va a tener que hacer. |