Por Francisco Jueguen y José Luis Brea - La demoledora presión que
ejerce Cristina Kirchner sobre su ministro de Economía, Sergio Massa, para
contener la inflación –especialmente en los alimentos– llegó a terrenos que
exacerban la creatividad de los encargados de velar por los precios. Con la
idea de neutralizar el costo que puede tener para las empresas del sector
congelar por una ventana de tiempo sus productos en un contexto de elevada
inflación, ofrecen un “dólar góndola”, es decir, un tipo de cambio diferencial
para la exportación de sus productos.
Tanto ayer como anteayer, el secretario de Comercio, Matías Tombolini,
recibió a directivos de las firmas de consumo masivo. Según indicaron varias
fuentes a la nacion, el funcionario ofreció un tipo de cambio diferencial e
incluso “flexibilidad para importar”, además de considerar otras ideas que
puedan proponer las compañías. La idea es que así se sumen al congelamiento de
precios de entre 90 y 120 días de una canasta de proximidad para supermercados
y pequeños comercios que prepara el Gobierno para el mes que viene. Los
productos deberían tener el precio impreso en las etiquetas de los envases.
Cerca de Tombolini, en cambio, matizaron el pedido para ese rubro de lo
que sería una remake del dólar soja. “¡Esto es lo que piden!”, exclamó un
hombre de su círculo. “Lo que hay siempre son pedidos sectoriales, que van
desde dólar malbec al que se te ocurra. En cada mesa que me siento, me piden un
dólar especial”, dijo un negociador de Comercio que participó de los encuentros
con los empresarios.
Uno de los directivos que estuvieron con el secretario en reuniones que
comenzaron la semana pasada confirmó que se mencionó –sin ningún detalle– la
posibilidad de un tipo de cambio diferencial para minimizar el costo del
congelamiento. Precisó que la idea oficial era un plazo de 90 a 120 días y que
se buscaba una canasta de proximidad. Además, dijo que la idea de poner un
precio fijo en las etiquetas –algo que ya empujó la exsecretaria del área Paula
Español con su plan Super Cerca– tardaría por lo menos unos 90 días en
implementarse. Es algo que repitieron varios de los que visitaron en los
últimos días a Tombolini, según contaron. “¿Las empresas se van a sumar?”, le
preguntó la nacion. “Es más fácil responder si en el próximo superclásico va a
ganar Boca o River”, ironizó el empresario sobre el marco de incertidumbre que
rodea a la iniciativa oficial a pocos días de haber cerrado un nuevo tramo de
Precios Cuidados. “Es de locos”, dijeron en una empresa de consumo masivo
haciendo referencia a la reciente renovación de ese programa.
“Es técnicamente posible ponerlo [el precio en la etiqueta], pero no
tiene sentido. Vos después lo vendés a los mayoristas y a los supermercados,
por lo que perdemos el control de a cuánto lo van a vender ellos. Esto es más
político que otra cosa porque lo pidió la vice”, opinó otra fuente que
participó de las reuniones.
Otro directivo que ya recorrió los pasillos de Comercio comentó que, en
su reunión bilateral con Tombolini, el economista habló de una canasta
indefinida con “precios fijos” durante tres o cuatro meses. “Nunca dijeron la
cantidad”, aclaró. Las empresas recordaron que actualmente están trabajando en
las modificaciones del packaging a las que obliga la ley de etiquetado frontal,
por lo que la intención de poner un precio fijo complicaría también esa
implementación. “Se probó y es complejo instrumentarlo. Demoraría tres meses”,
coincidieron.
“Lo comentaron, pero no fueron muy concretos. Estarían dispuestos a
analizar, como parte de compensaciónalas empresas que participen del programa,
un tipo de cambio diferencia la definir, que se implementaría durante ese
período”, contó.
“En un momento se habló de un dólar especial para cada empresa”, contó un
ejecutivo, que bromeó con un hipotético “dólar Natura”, un “dólar Bon o Bon”; o
el “dólar leche en polvo” por los rubros citados por el Gobierno. Los propios
empresarios plantearon que esa posibilidad es prácticamente imposible de
implementar y que, en todo caso, debería pensarse en un “dólar góndola”, que
abarcara todo el sector. “La idea está en pañales y la Secretaría de Comercio
recorre el espinel para ver cuáles son las necesidades de las firmas para
sumarse al congelamiento”, acotó, y remarcó que las llamadas oficiales buscaban
que altos ejecutivos, “decisores”, sean los que pasen por los cuarteles de
Tombolini.
“Tuvimos una reunión la semana pasada donde nos comentaron en rasgos
generales la iniciativa de posible congelamiento de precios de algunos productos,
que sería en paralelo a Precios Cuidados. Estamos a la espera de mayores
precisiones para poder analizar con profundidad el tema y brindar una
respuesta”, dijeron en una importante empresa nacional de alimentos. En otras,
aclararon que no todas las compañías estarían interesadas en un dólar góndola
porque algunas no exportan.
“Criticaron los aumentos desmedidos y manifestaron preocupación por los
incrementos acumulados en el año. Solicitaron retrotraer las subas de precios
ocurridas en octubre y moderar futuros aumentos”, dijeron en otra firma, en la
que calificaron el pedido oficial como “impracticable” y un “delirio”.
La posibilidad de un congelamientode precios surgió la semana pasada y
fue descartada de plano por Massa. “Es simple, cuando vos a un gordo lo querés
hacer bajar de peso de golpe, lo terminás debilitando más. Hay que hacer
ejercicio, dieta y hay que ser metódicos”, graficó. ß
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