Por
Luis Beldi - En pocos días, el rublo igualó a las monedas menos
preciadas del mundo. En un mes se devaluó casi 50% y ayer alcanzó un máximo de
117 rublos por dólar. Es decir que la moneda rusa representa menos de 1
centavo de dólar.
De
hecho, ayer se operaron el equivalente a USD 1.500 millones en criptomonedas desde
la zona del rublo. El Bitcoin sumaba anoche USD 1.000 a su cotización
y operaba a USD 44. 031. Todo vale cuando una moneda es rechazada en el mundo,
una sensación que los argentinos conocen. En ese sentido, los rusos están
igualados porque junto a la Argentina son uno de los tres países que tiene
más dólares en el colchón. La cultura del dólar en Rusia viene desde hace años
y se intensificó en el agosto negro de 1998 cuando entraron en default.
Si
bien los rusos hacen largas filas para retirar sus ahorros, el verdadero
impacto de la devaluación todavía no se trasladó a los precios internos, un
efecto que no tardará mucho en llegar. Lo más grave, es que la crisis, sea cual
sea el resultado de la guerra, vino para quedarse. En el futuro Rusia deberá
acostumbrarse a vivir sin inversiones externas, elevada inflación y una cultura
del dólar exacerbada.
Ya
anunció su quiebra un banco y uno de los operadores del gasoducto Nord Stream 2
y la cadena de grandes empresas que quedarán en el camino achicará la economía
rusa. El efecto se extendió a Occidente que pagará con más inflación la
decadencia del rublo, en particular por el aumento del precio de la energía.
El
petróleo WTI de referencia en Estados Unidos anoche subía en el mercado
overnight 4,79% a USD 108,39, mientras el Brent de referencia en Europa y en la
Argentina acumulaba 2,09% de alza y cotizaba a USD 109,67 por barril, dato
clave para el convenio que el país está por firma con el FMI y donde la gran
diferencia se centra en el aumento de las tarifas eléctricas, de combustible y
de gas.
La
suba de granos, salvo para el trigo, tuvo un impasse. El trigo aumentó 3,04%
porque Rusia es el principal productor de este cereal. Pero el maíz retrocedía
0,06% y la soja, 0,50%.
La
aversión al riesgo sigue. De hecho, el VIX, llamado índice del pánico que
registra la volatilidad de los mercados, anoche subía 10,51% a 33,32 puntos una
cifra que marca alto riesgo. Por encima de 30 puntos, el índice enciende
alertas.
Tras
las caídas generalizadas de las Bolsas del mundo que arrastraron más de 3% a
las europeas y 1,5% a las de Nueva York, el panorama para hoy, según las
operaciones overnight, era algo más alentador.
En
medio de la crisis internacional es una incógnita cómo reaccionará un dólar que
venía calmado y permitía que la apuesta a las colocaciones en pesos fueran
exitosas
De
hecho, el oro que es el activo de cobertura en la medianoche perdía 0,05% de su
valor y cotizaba a USD 1.942 por onza troy, pero los bonos del Tesoro de
Estados Unidos a 10 años, otro indicador del riesgo, subían de precio y su
rendimiento bajaba a mínimos de 1,70% porcentaje que retrotraían a noviembre
pasado.
El
euro, por su parte, tras varias ruedas de caída, recuperaba algo de valor
frente al dólar y aumentaba 0,03% a USD 1,1129. La moneda de Estados Unidos
perdía ese mismo porcentaje frente a las seis principales monedas del mundo.
En
lo que hace a las acciones, los indicadores se mostraban más benévolos. El Dow
Jones estaba 0,20% arriba; el S&P 500, 0,12% y el Nasdaq perdía 0,05%. Las
Bolsas europeas tenían cotizaciones mixtas, pero prevalecían las positivas. El
Euro Stoxx 50 que mide a las 50 empresas más grandes de Europa, cotizaba 0,48
arriba. Todos estos precios tenían tendencia a la baja por lo que no es de
extrañar que cuando comiencen a operar lo hagan en terreno negativo.
La
reapertura de los mercados argentinos no encuentra el mejor de los
escenarios y hoy imperará la cautela porque, si bien, se está cerca del
arreglo con el FMI, preocupa la suba de tarifas y la devaluación que pueden
hacer insostenible las exigencias del organismo multilateral. La otra incógnita
es cómo reaccionará un dólar que venía calmado y permitía que la apuesta a las
colocaciones en pesos fueran exitosas. Las ganancias con el “carry trade” con
plazos fijos y bonos atados a la inflación, superaban ampliamente el porcentaje
de suba de la moneda norteamericana.
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