Por Javier Blanco - El
Gobierno concretó ayer la mayor captación de fondos mediante la emisión de papeles de
deuda en pesos en el mercado local de la gestión Fernández: consiguió $375.121
millones, algo que logró avalando aumentos de entre 185 y hasta 400 puntos en
las tasas de interés que pagará por las letras más cortas que se comprometió a
emitir.
La mega-captación llegó en una jornada de clima enrarecido en los
mercado del mundo, tras la invasión rusa de Ucrania, lo que golpeó a los bonos
y acciones en general, pero particularmente a los argentinos, siempre más
sensibles ante cualquier evento dada la fragilidad que exhibe nuestra economía.
Además, confirmó un cambio de actitud, ya que al Ministerio de Economía
le bastaba con tomar unos $237.000 millones para poder cerrar el mes refinanciando
el total de vencimientos por $316.588 millones que debe honrar tras los
feriados por Carnaval, tomando en cuenta que ya se había asegurado un colchón
de $79.000 millones tras la primera subasta del mes.
Sin embargo, como había avisado al mercado al fijar el martes los
términos de la subasta, estaba dispuesto a convalidar una marcada suba de tasas
para lograr captar nuevos fondos frescos que le permitan cubrir parte del rojo
fiscal (enero cerró con un déficit primario de casi $17.000 millones), ahora que
la posibilidad de recurrir a “la maquinita” quedó muy acotada.
De hecho, había fijado tasas del 39,50% nominal anual para las letras de
liquidez del Tesoro (Lelites) más cortas que venía de pagar al 35,50% hace 15
días e indicativas de hasta 47,96% para las letras de descuento (Ledes) de
mediano plazo –hasta seis meses–, para dejarlas apenas por encima de lo que
paga al mismo plazo el Banco Central por sus Leliq a seis meses, tras haberlas
retocado al alza la semana pasada.
Es un dato nada despreciable tomando en cuenta que la factura por
intereses de la deuda alcanzó los $133.966 millones en enero, siendo el gasto
público que más creció ese mes (394%, casi ocho veces más incluso que los
subsidios) y superó en casi $18.000 millones a la que paga el Central por el
total de sus pasivos remunerados (la denominada “bola de Leliq”), todo un
sacrilegio para una administración kirchnerista.
Y revela cómo un nuevo intento de cumplir con los compromisos
preacordados con el FMI, en pos de lograr la refinanciación de esa deuda para
asegurar mayor financiamiento por vía de mercado y bajar la dependencia de la
maquinita, en especial, porque demuestra que el esfuerzo que contemplará
mantener esa deuda (que ya se disparó en enero) seguirá en alza.
Para el analista financiero Christian Buteler, lo que se valora de la
“muy buena colocación” es que se mantiene la captación de “dinero fresco”, algo
que permitirá recurrir menos a la emisión monetaria y traerá en adelante “menos
inflación y ayudará a seguir reduciendo la brecha cambiaria”. Con todo
–destacó– “la clave sigue estando en bajar el déficit y enero mostró un mal
dato al respecto”.
Más ingresos
Por lo pronto, el Tesoro ya se aseguró un ingreso cercano a los $146.000
millones por colocaciones de deuda nueva, tras conseguir un financiamiento por
”cerca de $60.000 millones” ayer, que se agrega a los $86.000 millones extras
conseguidos tras la primera y segunda vuelta de la subasta anterior en el mes,
cifra que podrá crecer hasta 20% mañana cuando actúen los “creadores de mercado”.
Así, en el primer bimestre del año acumuló un financiamiento neto de
$285.405 millones, “lo que implica un refinanciamiento del 145%”, explicó
Economía en su comunicado.
El grueso de la captación la logró con la nueva letra ajustable por
inflación (Lecer), que emitió a casi un año: le aportó $114.958 millones (31%
del total captado) en una subasta en la que competía con otros ocho
instrumentos, incluso con dos más de las mismas características (con capital
protegido por CER), pero a plazos mucho mayores (de 529 a 877 días).
Este nivel de demanda hizo que salga con tasa baja (del 0,05% por encima
de la inflación que se registre en el período versus las del 1,25% y 1,49% de
los otros papeles similares), lo que confirma que el mercado espera otro año de
elevada inflación.
“Sin duda, la demanda de cobertura ante la inflación sigue muy firme”,
observó Nicolás Rivas, analista financiero en Estudio Kotsias,
En su comunicado, el Ministerio de Economía explicó que en la subasta se
recibieron 1319 ofertas, que representaron propuestas de compra por $454.936
millones en total a valor nominal. “Del total de financiamiento, el 57%
correspondió a instrumentos con vencimiento en 2022, el 42% en 2023 y el 1%
restante en 2024. Asimismo, el 57% del monto adjudicado fue en instrumentos a
tasa fija, y el 43% restante en otros ajustables por inflación (CER)”, detalló.
En el mercado valoran el nuevo gesto oficial y el esfuerzo por allanar
el camino hacia un acuerdo con el FMI. “Estaban frente a un vencimiento que, en
monto nominal, superaba a todos los de 2021 y con una elevada exposición a
inversores no residentes [9% de los vencimientos]”, explicaron desde Facimex. •
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