Por Gustavo Ybarra - Horas
antes de que se conozca el contenido del acuerdo con el FMI, el bloque de
senadores del Frente de Todos volvió a enviar señales de rebeldía y decidió que
no le garantizará a Alberto Fernández la aprobación hasta no tener el
entendimiento definitivo y someterlo al debate de la bancada.
No solo eso. Tras una
extensa y tormentosa reunión, en la que casi no se escucharon voces de apoyo al
Gobierno, los senadores oficialistas que conduce José Mayans (Formosa) también
decidieron que, con el acuerdo en la mano, volverán a reunirse para discutirlo
y que recién entonces tomarán una decisión sobre el rumbo a seguir cuando el
acuerdo ingrese al recinto de la Cámara alta.
“La alternativa será entre
votar lo que decida la mayoría o dar libertad de acción”, explicó un integrante
del oficialismo.
En ese sentido, los
senadores oficialistas apoyaron el pedido que Mayans le transmitió hace tres
semanas a Sergio Chodos, representante argentino ante el FMI, para que el
Gobierno envíe el acuerdo por la Cámara de Diputados.
Mientras tanto, el giro
del entendimiento al Congreso volvió a postergarse.
Fuentes de la Cámara baja
confirmaron que el texto recién estaría entrando el lunes próximo, para lo que
se habilitará de manera especial la mesa de entradas en un día feriado.
No llegará hoy, como
prometieron en el Poder Ejecutivo luego de que la fecha del martes pasado
también fue incumplida.
Según confiaron voceros
oficialistas, el encuentro de la bancada kirchnerista del Senado fue acalorado
y se escucharon varios discursos enfáticos.
Sin embargo, las fuentes
fueron coincidentes en que fue un debate sin polémica.
Todas las intervenciones
fueron críticas de las negociaciones con el FMI, de las condiciones que se
conocieron con la filtración del borrador del entendimiento y hasta de la
gestión presidencial de Alberto Fernández, aseguraron.
Tampoco faltó la postura
extrema del kirchnerismo que rechaza cualquier tipo de negociación. Ese sector
argumenta que la deuda tomada por Mauricio Macri es ilegal, ya que no fue
aprobada por el Congreso, y que, encima, fue “fugada al exterior” para
favorecer a empresas.
Lo sorpresivo fue que, en
este primer encuentro del año, la propuesta tuvo un fuerte acompañamiento por
parte de varios miembros del bloque, según coincidieron las fuentes consultadas
ayer por la nacion.
Sobre este punto, los
senadores oficialistas también decidieron hacerle llegar al Poder Ejecutivo el
mensaje de que el tema de la irregularidad del préstamo que recibió Macri debe
quedar asentado de alguna forma en las negociaciones y cuando se envíe el
entendimiento al Congreso.
Las voces más equilibradas
Tras una larga hora de
catarsis, comenzaron a ganar el centro de la escena las voces más racionales,
que, sin dejar de coincidir en el tono crítico de quienes los habían antecedido
en el uso de la palabra, plantearon la necesidad de tener más precisiones antes
de seguir con las diatribas.
“Dejemos de discutir por
algo que todavía no conocemos. Esperemos a que llegue el acuerdo y entonces ahí
nos volvemos a reunir para discutirlo y ver qué hacemos”, fue el planteo que
terminó primando cuando la reunión de bloque entró en su recta final.
Según confiaban ayer en
usinas oficialistas del Senado, y es una creencia extendida en varias bancadas,
el gobierno demora el envío del acuerdo porque todavía no está cerrado.
De hecho, en el Congreso
ya se da como una “versión vieja” que habría quedado superada el borrador que
circuló al principio de esta semana.
No obstante, el clima en
el bloque oficialista es cada vez más hostil hacia la negociación que lleva
adelante el Gobierno, que parece ir perdiendo apoyo interno con cada día que
pasa.
“Me llama la atención la
cantidad de gobernadores, y no te hablo de los ‘kirchneristas’, que no ven con
buenos ojos el acuerdo”, comentó a la nacion una senadora oficialista .
La misma fuente expresó su
asombro por la falta de apoyo hacia el gobierno de Alberto Fernández por parte
de los caudillos provinciales y subrayó que la distancia con el Presidente ya
no abarcaba solamente a los sectores más duros del oficialismo, sino que se
extendía a mandatarios que antes eran aliados de la Casa Rosada.
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