Por
Daniel Sticco - Concluye un febrero signado por las expectativas y deseos de la
mayor parte de los agentes de que el Gobierno logre un acuerdo con el FMI que
permita impulsar la economía, luego de la sólo recuperación del 2021 sobre la
base de un pésimo 2020; y a la vez consternado por el drástico cambio escenario
internacional con la invasión de Rusia a Ucrania, con sus primeros efectos
sobre la apreciación del dólar en el mundo y la consecuente suba de los precios
internaciones de las materias primas; mientras internamente las autoridades no son precisas en las señales que emite el equipo
económico sobre el sendero que tendrán las tarifas de los servicios públicos,
y genera más tensiones que soluciones en el tratamiento de los dramáticos
incendios en Corrientes.
Semejante
combinación de hechos simultáneos parece explicar la nueva caída del
Índice de Confianza del Consumidor en febrero, tras el sorpresivo repunte de
6,3% que había registrado en enero, luego de tres meses en declive, según el
relevamiento de Poliarquía Consultores para el Centro de Investigación en
Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella.
La
disminución del estado de ánimo de las familias en algún modo fue anticipado por el indicador de Confianza en el
Gobierno que la casa de altos estudios difundió previamente, al
punto más bajo desde el inicio de la presidencia de Alberto Fernández, aunque
en este caso la caída en los 27 meses de gestión es de 6,9%; singularmente más
marcada en el interior del país con 11,6%; seguida por 5,2% en el área del Gran
Buenos Aires; y 3,3% en CABA.
Una
respuesta similar anotó el indicador en la variación respecto del mes anterior
que confirmó que la mejora de enero no tenía sustento para que se afirmara:
bajó 2% en el interior y GBA, y en menor medida, 0,7% en la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires.
En
gran medida, esa brecha se explicaría por concentrar el distrito porteño a
la población con mayores ingresos, porque algunas familias tiene mayor
capacidad que en el resto del país para generar ahorros y volcarlos como
refugio de valor a la compra de bienes durables, como viviendas, automotores y
refacciones en sus hogares.
Justamente,
el relevamiento del CIF detectó que en febrero variaciones heterogéneas en los
principales componentes del índice: “Mientras que los subíndices de Situación
Personal y Situación Macroeconómica cayeron 2,2% y 5,4% respectivamente, el de
Bienes Durables e Inmuebles subió 3,5%, siempre con respecto al mes previo”.
De
ahí que, por nivel de ingresos del individuo, la confianza subió 1,9% en el
grupo de consumidores con mayores recursos monetarios y bajó 5,6% en el extremo
opuesto.
Cuadro heterogéneo
En
comparación con los índices regionales de un año antes, el ICC mantuvo sendos
aumentos de 6,9% en el Interior; 6,8% en GBA y 2,4% en CABA, con un promedio
general de 4,4 por ciento.
En
el caso de los subíndices de los componentes, se mantuvo en el cotejo
interanual la heterogeneidad de las variaciones: subieron 16,4% en el caso de
las expectativas de compras de bienes durables; y 7,2% en la situación personal, en línea con la recuperación de la
actividad económica agregada, pero por el contrario cayó 6,3% en el
que mide la percepción del escenario macroeconómico.
Ese
comportamiento heterogéneo del indicador volvió a manifestarse en el que busca
dar señales para los próximos meses: aumentó 2,1% en el referido a las
“Condiciones Presentes”, y disminuyó 4,6% en el que mide las “Expectativas
Futuras”.
El
relevamiento de Poliarquía Consultores para el Centro de Investigación en
Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella fue hecho a través
de consulta telefónica a 1.209 residentes de 40 localidades de todo el
país a lo largo de la primera quincena del mes.
|