Por
Javier Blanco - La nota de liquidez (Notaliq) a seis meses, el nuevo
instrumento con que el Banco Central (BCRA) busca mejorar su política de
esterilización de pesos tras haber inundado el mercado con ellos en los últimos
dos años, debutó ayer con buena recepción por parte de los bancos.
Las
entidades, únicas habilitadas a comprarlas, suscribieron $249.050 millones en
estos papeles, que les aseguran cobrar la tasa que la entidad pague por las letras
de liquidez (Leliq) cortas –a 28 días (42,5% nominal anual hoy)– más un spread
de 4,5%.
Para
tomar una dimensión hay que marcar que los montos invertidos en el nuevo
instrumento superaron en 520 veces los $470 millones que los bancos volcaron a
suscribir las Leliq “largas” a 180 días, un título que aseguraba desde el vamos
una tasa del 47% nominal anual, que es, en definitiva, la misma que pactaron
con la Notaliq, aunque esta última puede variar.
Eso
demuestra que esperan que el ajuste alcista que el BCRA ya aplica a las tasas
de interés referenciales del mercado (las subió del 38 al 42,5% en dos tandas
este año) se sostenga en los próximos meses para cumplir con los compromisos
asumidos con el FMI, aquellos que los borradores filtrados en las últimas horas
del memorándum no hicieron más que confirmar.
Con
esta apuesta dejaron bien en claro que la expectativa de los bancos es cobrar
algo más que el 47% que les aseguraba la Leliq a 180 días, a tal punto que
están dispuestos a correr el riesgo de que la tasa de Leliq a 28 días (que
actúa de “piso” para el nuevo instrumento) pudiera ser recortada, aunque como
se trata de un título que comenzará próximamente a cotizar en el mercado,
tendrán la chance de transformarlo en liquidez si así lo quisieran o necesitaran.
La
Notaliq jugó además un papel primordial para que el ente monetario pudiera
absorber unos $705.000 millones ($410.000 millones más que los $295.000
millones en total que le vencían en este tipo de papeles) y acelerar la
reconfiguración de su deuda remunerada. Es algo que impulsa desde comienzos de
año (el 6 de enero pasado había anunciado el rediseño y el desarme progresivo
de los pases pasivos a 7 días), en un intento de ir mudándola de plazos muy
cortos (de 1 día a una semana) a otros más largos (de uno a seis meses) con la
intención de mejorar el funcionamiento de su “aspiradora”.
Ese
arbitraje no solo estuvo auspiciado normativamente, sino que además fue
fuertemente incentivado vía precios: los pases a un día (que sobreviven) pagan
hoy tasas del 33,5% nominal anual, nueve puntos inferiores a las de la Leliq
corta, de la que la separaban apenas tres puntos al comenzar el año.
Por
esta razón no sorprende que el nuevo instrumento haya captado en su debut algo
más del 35% de los pesos esterilizados vía letras o notas de liquidez en la
jornada y menos que se haya producido un traspaso de más de $230.000 millones
colocados en pases a letras o notas en una jornada en que además le vencía $1
billón colocado en esos instrumentos de cortísimo plazo.
Cuestión de expectativas
Para
el mercado, el lanzamiento de la nota –y la aceptación lograda– tiende a
confirmar que el BCRA buscará ejecutar este año una política monetaria menos
laxa, en especial en relación con la que ejecutó en el bienio 2020/2021.
“La
creación de las Notaliq les permite a los bancos privados optar por un
instrumento que los cubra en caso de nuevos incrementos de tasas o hacerlo con
una Leliq (tasa fija) si es que las estimaciones son de movimientos a la baja
en las tasas de referencia”, explicaron desde Cohen Aliados Financieros.
Lo
que parece claro es que el BCRA busca mejorar la política de esterilización de
pesos, una preocupación que aparece no casualmente luego de haber permitido que
la base monetaria (BM) haya aumentado 26,7% en los últimos cinco meses (es
decir, desde las últimas primarias hasta aquí producto del denominado “plan
platita”) cuando en el mismo lapso “su deuda total (suma de las Leliq más
pases) creció apenas 10%”, tal como hizo notar el analista y consultor
financiero Salvador Di Stefano.
La
contracara inquietante la puede dar el impulso que tome su deuda en los
próximos meses, aquella que aunque se volvió a expandir notablemente el año
pasado (al pasar de $2,6 a $4,6 billones), se redujo en 0,8 puntos en relación
con el PBI dado el rebote que tuvo la actividad económica. Pero sobre todo
preocupa una tasa de inflación que superó el 50% y resultó 14 puntos mayor que
la tasa de interés promedio que el Central pagó por su deuda.
En
especial porque la estimación es que la actividad vaya amesetándose y porque
con las subas de tasas ya dispuesta la factura de intereses por mantener esa
deuda le creció en más de $200.000 millones, aunque es un costo que podrá
sobrellevar si como ya acordó con el FMI dejará que el dólar suba “palo a palo”
con los precios para “mantener el tipo de cambio efectivo real en general sin
alteraciones en relación con los niveles de fin de enero de 2022”, según consta
en el borrador del memorándum.
Nueva
venta de reservas
Todo
sucedió en una jornada en la que el BCRA debió volver a vender unos US$55
millones de sus reservas, con lo que aportó algo así como el 22% de los
US$250,8 millones operados por la plaza oficial.
Con
esa intervención vendedora, que tiende a confirmar que el tramo final del mes
habilita el paso a más demanda que en la parte inicial, redujo a algo menos de
US$50 millones su ganancia por recompras en el mes, una cifra que le costará
mantener, coinciden los operadores.
Para
tratar de minimizar esa pérdida la entidad convalidó un aumento de 15 centavos
del dólar mayorista, que cerró la jornada a $106,99/107,19 por unidad para la
compra y venta respectivamente, con lo que mantiene la tasa de devaluación del
peso en el 2,8% promedio en el mes (lleva 2,1% acumulado hasta ayer), un
escalón por encima del ajuste del 2,24% convalidado en enero.
“En
los dos primeros días de esta semana el dólar mayorista subió 41 centavos,
contra 32 centavos de idéntico lapso de la semana anterior”, hizo notar el
operador y analista Gustavo Quintana, de PR Cambios.
La
tendencia a perder reservas se mantiene pese al sólido aporte que el complejo
agroexportador viene haciendo al mercado, alentado por la firmeza que muestran
los precios internacionales de los granos.
Por
caso, la semana pasada ese sector ingresó en el mercado oficial US$751,3
millones, lo que supone un monto promedio de US$150 millones por rueda e
implicó la cifra semanal liquidada más alta desde la última semana de diciembre
de 2021.ß
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