Por
Fernando Bertello - La soja, el principal producto de exportación del país en
forma de poroto, harina, aceite y biodiésel, volvió a superar los US$600 por
tonelada como hace nueve meses en el mercado de Chicago, cuando llegó a
US$610,13. Según los analistas, la suba es por la sequía en Brasil y la
Argentina, el aumento de la demanda china y el arrastre por el alza del trigo
por la tensión entre Rusia y Ucrania.
En
una jornada con mucha expectativa sobre el mercado granario por el contexto de
la tensión entre Rusia y Ucrania, la soja en la Bolsa de Chicago superó ayer
los 600 dólares por tonelada. El trigo, en tanto, producto donde ambos países
en conflicto son relevantes, operó con fuertes alzas.
De
mantenerse los actuales precios para la oleaginosa, representará una buena
noticia para la economía argentina, pese a que tendrá una menor cosecha que el
año pasado debido a la sequía. Para los productores, en tanto, afectados por
esa inferior producción, no les llega toda la mejora de la soja: por efecto de
las retenciones y de la brecha cambiaria les queda en torno de un 35% del valor
internacional.
Ayer,
pasadas las 15, la posición marzo de la soja comenzó a tonificarse y tocó los
598 dólares por tonelada. En tanto, minutos antes del cierre marcó 601,96 por
tonelada, ganando 13,50 dólares por tonelada respecto del viernes pasado,
última rueda de operaciones. Finalmente, terminó la jornada en US$600,76 por
tonelada, una mejora de US$12,31 por tonelada.
Según
Eugenio Irazuegui, de la corredora Zeni, a las cuestiones ligadas con la oferta
de Sudamérica, que será menor por la sequía en Brasil, la Argentina y Paraguay,
países donde entre los tres se estima una reducción de unos 30 millones de
toneladas, se suma una demanda sostenida que tonifica los precios. Además, hubo
un contagio por la suba del trigo debido a la tensión entre Rusia y Ucrania.
“Ayer
se pactaron nuevas operaciones de exportación con destino a China por 132.000
toneladas”, indicó. Irazuegui recordó que el 10 de este mes la soja superó los
US$600 en forma momentánea y, en una rueda muy volátil, terminó cerrando en
US$578,44. En tanto, el 12 de mayo del año pasado marcó US$610,13.
Vale
recordar que para la Argentina la Bolsa de Comercio de Rosario aguarda una
cosecha de soja de 40,5 millones de toneladas, por debajo de las estimaciones
de 45 millones de toneladas previstas al inicio de la campaña.
En
los últimos días hubo lluvias que aliviaron la situación en cultivos que
estaban estresados, pero en muchos casos fueron insuficientes para frenar las
pérdidas.
“Se
esperan lluvias más generalizadas a partir de mañana, pero llegarían algo tarde
para los cultivos de primera (implantados en octubre). Ya se descuentan mermas
en la producción de soja y maíz para la zona núcleo”, dijo.
Respecto
de la soja, el experto dijo que “tiene sus propios fundamentos, pero hay un
adicional que es Rusia y Ucrania”. Y aquí entra a jugar el cultivo de trigo.
En
rigor, la tensión entre ambos países influye por el lado de los cereales. Rusia
es el mayor exportador mundial de trigo, mientras que
Ucrania,
según los años, está en el cuarto puesto. Ucrania también está en ese lugar en
maíz, detrás de Estados Unidos, Brasil y la Argentina.
En
Chicago, el trigo ganó para la posición marzo 17,36 dólares por tonelada y
cerró a US$310,21 la tonelada.
En
este contexto, Ariel Tejera, de la firma Grassi, explicó: “La firmeza de la
soja responde, principalmente, a las mermas en las perspectivas de producción
de la Argentina y Brasil, con impacto directo en la oferta mundial de la
campaña 2021/22. El saldo aun no está determinado. A la vez, en el marco de un
panorama global con balances más tirantes, se suman el combustible alcista de
los fondos especulativos, el crudo, que se mantiene caliente arriba de US$92, y
las repercusiones derivadas de los mercados externos, dominados por las
crecientes tensiones entre Rusia y Ucrania”.
Por
su parte, en un reporte la corredora Granar señaló sobre la oleaginosa: “Entre
los fundamentos propios se destacaron la continuidad de las lluvias sobre el
centro-oeste de Brasil, que están ralentizando las labores de cosecha de soja,
con todo lo que ello puede implicar para la calidad de los granos, y la
sostenida apreciación del real frente al dólar, que le está restando
competitividad a las exportaciones brasileñas, justo cuando ingresa la soja
nueva en el circuito comercial. Esto mantiene latente la posibilidad de ver
cancelaciones de compras chinas y mejora las perspectivas para los vendedores
estadounidenses”.
Impacto
A
los productores argentinos, por efecto de las retenciones y la brecha
cambiaria, les queda mucho menos que el valor internacional. Ronda el 35%
respecto del precio en que se cotizan los futuros de Chicago.
En
tanto, cuando falta más de un mes para que en algunas regiones se generalice la
cosecha de soja 2021/2022, queda sin comercializar del ciclo pasado un volumen
chico: 4,26 millones de toneladas sobre una cosecha que se ubicó en 43,1
millones de toneladas. La soja sin vender representa unos US$2700 millones. ß
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