Por Carlos Manzoni - La Administración
Federal de Ingresos Públicos (AFIP) hilvanó en los últimos meses una batería de
operativos y acciones contra deudores morosos, en algo que puede verse como una
carambola a tres bandas: recaudar más en tiempos de baja actividad económica,
infundir temor en los contribuyentes y mostrar (sobre todo al FMI) que está
activa en su rol.
Analistas consultados opinaron que la puesta en escena de la AFIP se
explica por dos razones: la primera es que necesita mostrar (sobre todo al
exterior en general y al FMI en particular) que se quiere ordenar la cuestión
impositiva, y la segunda, que detecta que hay niveles exorbitantes de evasión y
tiene que empezar a reducirlos.
“Seguramente como hay un compromiso de bajar el déficit fiscal, y no veo
un gesto de la política para bajar el gasto público, puede que también quieran
demostrar ante el FMI que están trabajando para combatir la evasión y la
informalidad”, opinó el tributarista César Litvin, CEO y socio de Lisicky,
Litvin y Asociados.
En este sentido, según se publicó en El Destape, el memorándum de
entendimiento con el FMI estima una mayor recaudación por eficiencia de la
AFIP. También se sabe que la agencia tributaria desarrolló un plan estratégico
para el período 2021-25, para abordar los altos niveles de incumplimiento,
mejorar la prestación de servicios y fortalecer las capacidades de la
tecnología de la información. Ese plan se daría a conocer a fines de marzo.
Entre las medidas que en los últimos tiempos tomó el organismo que
conduce Mercedes Marcó del Pont se cuentan el operativo en restaurantes en
Nordelta, la puesta en práctica de la carta de porte electrónica para el
traslado de granos, la intimación a 200.000 pymes por tener, presuntamente,
empleados no declarados y la más reciente iniciativa de embargar cuentas en
billeteras virtuales para cobrar de ahí deudas de morosos. “Además se iniciaron
los controles satelitales en el agro”, apuntaron en la AFIP.
En el caso de la inspección en locales gastronómicos de Nordelta, la
AFIP informó que encontró irregularidades en el 70% de ellos. “Los controles
permitieron detectar diferencias de hasta 150% entre las ventas observadas y
las declaradas, así como un 50% de informalidad laboral entre los trabajadores
relevados. Las empresas incumplidoras serán sancionadas con multas y, cuando
corresponda, fiscalizadas en forma integral”, informó el organismo.
Ahora bien, tal como explicó Fernanda Laiún, especialista en tributación
y socia de LFS.tax, si realmente hubiera una decisión oficial de terminar con
la evasión, se tomarían medidas más de fondo y no solo las que se tomaron en
los últimos meses, que son, en su mayoría, de fuerte impacto mediático, pero
bajo rédito recaudatorio. “Hay muchísimo más para hacer, pero esto no es una
decisión de AFIP, sino del Gobierno”, señaló.
El tributarista Gabriel Hermida, socio del Estudio Auren Argentina,
comentó que, en medio de una economía en recesión, sin posibilidades de
importar lo que las industrias necesitan y sin poder pagar al exterior lo que
corresponde, lo lógico es que la recaudación baje. “Ante esto, la receta más
vieja es la del apriete, la de cazar en el zoológico”, dijo.
¿Qué hace
específicamente la AFIP?
Según Hermida, lo que ya se sabe que existe .“Por ejemplo, va contra los
restaurantes, que ante la crisis se arriesgan y tienen empleados no declarados.
Ahora, con esto han logrado que algunos que han hecho una cosa mal se
regularizaran. Va a recaudar algo, pero eso no mueve el amperímetro”, dijo el
especialista.
En otros casos, contó Hermida, el organismo exagera su accionar y, por
ejemplo, hace una campaña en la que les envía una carta a 200.000 pequeños contribuyentes
diciéndoles que por su actividad deberían tener empleados en relación de
dependencia, cuando muchos de ellos no tienen realmente empleados. Un abogado
que trabaja solo no necesita empleados, lo mismo un médico que atiende
individualmente en su consultorio”, remarcó el especialista.
Sucede, además, que la cuarentena extendida y el trabajo remoto
afectaron la efectividad de la AFIP en el combate contra la informalidad, por
eso ahora que se vuelve a una mayor presencialidad retoma su contralor con más
énfasis. “Además, busca con sus operativos crear temor en los contribuyentes
para que se pongan en regla. Ahora la morosidad es más complicada, porque al
terminarse la suspensión de los embargos puede avanzar hasta terminar en un
juicio ejecutivo”, agregó Litvin.
En tanto, otra mirada sobre este nuevo ímpetu controlador es que quizá
parte de lo que anuncia la AFIP busca tener un efecto sobre los contribuyentes
en el sentido de que se tengan que ajustar a derecho pagando todos los
impuestos que no pagaron en época de pandemia. “Pero, en un momento en que la
situación económica argentina es mala, estas medidas no son bien recibidas por
parte del contribuyente”, subrayó Litvin.
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