Domingo 20 - “Si no hay reformas para
solucionar los desequilibrios, será de cualquier forma imprescindible que haya
medidas para sacar a la economía del umbral de crisis”, sostiene el informe de
Abeceb (Reuters)
Por
Martín Kanenguiser - La economía argentina enfrentará este año 7 factores de
desequilibrio y 5 elementos de riesgo, entre los que se destacan la falta
de reservas internacionales y de un ancla clara para frenar la inflación por
debajo del 50 por ciento. Más allá de que se firme el acuerdo con el Fondo
Monetario Internacional (FMI), estos problemas estarán presentes en el
escenario del 2022, según un informe de la consultora Abeceb para sus clientes.
Allí
se indicó que “el Gobierno anunció que habría acuerdo con el FMI, pero la letra chica
sigue sin conocerse”. Fuentes oficiales afirman que todavía
resta una semana más de negociación técnica.
Además,
indica Abeceb, “el consenso político para apoyar el eventual acuerdo lejos está
de haberse fortalecido. Por el silencio de Cristina, por la renuncia de su hijo
y por una oposición que, naturalmente, pide conocer el programa para fijar
posición”.
Al
respecto, “no sorprende que el Banco Central se haya quedado prácticamente sin
reservas líquidas luego de pagar sus obligaciones con el FMI”.
“La falta de dólares ya está teniendo dos
consecuencias clave: más restricciones a las importaciones vía AFIP -se ajustó
la capacidad financiera para acceder a permisos de importación- y Pesce aceleró el ritmo de las devaluaciones diarias a
valores que no se veían desde que se empezó a atrasar el tipo de cambio oficial
por las elecciones, al comenzar 2021″.
Según
Abeceb, “el Gobierno no va a cambiar su estrategia de administrar
desequilibrios sin solucionarlos. Si hubiera funcionarios con voluntad de
avanzar con reformas encontrarían resistencias en el FdeT y tendrían serias
dificultades para avanzar con un gobierno loteado y débil en la coordinación de
decisiones. El ruido político, además, resentiría la gobernabilidad”.
Por
otra parte, “el FMI podría ‘digerir’ un acuerdo en el que el gobierno siguiera
con la estrategia de administrar desequilibrios. Dejaría la renegociación de un
acuerdo económicamente más sustentable para luego de 2023″.
“Si
no hay reformas para solucionar los desequilibrios, será de cualquier forma
imprescindible que haya medidas para sacar a la economía del umbral de crisis”.
“El
FMI pondrá una condición inamovible: la administración de los desequilibrios
debe ser mucho más prolija y macroeconómicamente más consistente que lo visto
hasta ahora”, según la consultora del ex ministro Dante Sica (Fernando Dvoskin)
“El
FMI, por lo tanto, pondrá una condición inamovible: la administración de los
desequilibrios debe ser mucho más prolija y macroeconómicamente más consistente
que lo visto hasta ahora”, según la consultora del ex ministro Dante Sica.
“Sacar
a la economía del umbral de crisis implica, como mínimo: cumplir con el sendero
para el déficit fiscal ya acordado, recomponer las reservas y el tipo de cambio
real y bajar la inflación”.
Para Abeceb, hay siete
“desequilibrios que empujan a nuestro país hacia el umbral de crisis”:
- Una
aceleración de la inflación (50,9% en 2021). “Cuanto más alta es la inflación, mayor es la
volatilidad de los precios relativos, lo que dificulta la formación de
expectativas y aumenta la preferencia por cobertura”.
- Distorsiones
crecientes del tipo de cambio oficial y las tarifas. “Son insostenibles
por el efecto en el déficit fiscal y sobre el superávit comercial. El mercado
anticipa que habrá modificaciones. Pesce ya empezó a devaluar más rápido y
subió tasas”. “Guzmán quiere llevar el peso de los subsidios energéticos al
1.7% del PBI. Pero esto generó una grieta en el oficialismo que erosiona la
credibilidad”.
- Emisión
monetaria excesiva (4,5% del PBI en 2021). “Alimenta la inflación y la
especulación cambiaria. Para tener chances de controlarla, incluso el déficit
del FMI es excesivo si no se consigue financiamiento extra, por ejemplo, de
organismos regionales o multilaterales”.
- Falta
un ancla nominal creíble que guíe la formación de expectativas de
precios. “Esto se agravó desde que el Central empezó a acelerar la
devaluación sin explicitar qué política cambiaria piensa seguir en el futuro”.
- Aumento
acelerado de la deuda pública: USD 40.000 millones en dos años (neto de
adelantos del BCRA), cerca de 10% del PBI. “Economía aclaró que le no preocupa
tanto porque la mayor parte es en pesos y no en dólares. ¿Se piensa licuar la
deuda en pesos?”
“Que
se plantee esa duda puede debilitar sensiblemente la demanda de deuda pública
cuando casi un tercio del déficit fiscal se financia con deuda doméstica y el
Central tiene más Leliqs y pases en su balance que base monetaria”.
- La
economía global tampoco sonríe. “La FED hizo saber que es muy probable que
corrija la tasa de referencia en marzo. El dólar índex se está reforzando y
esto juega a favor de la tendencia a la depreciación de las monedas emergentes
y aumenta la necesidad de corregir el tipo de cambio local”.
- Las
importaciones de gas van a ser más caras e insumirán parte del superávit
comercial. “Afortunadamente, el incremento del precio de la soja está
compensando en parte lo que se pierde por la sequía”.
A la vez, hay cinco riesgos
que agravan el escenario:
- La
escasez de reservas líquidas propias priva a las autoridades de un insumo
indispensable para administrar desequilibrios. “El país será dependiente de los desembolsos del FMI y
correrá cada tres meses el riesgo de tener que pedir un waiver o
incurrir en arrears. Esto será una fuente de incertidumbre si los
mercados anticipan desvíos de las metas”.
- ”Las
divisas no se pueden inventar, pero las reglas de juego se pueden manipular si
hay necesidad. Siempre estará la posibilidad de que se intensifiquen
regulaciones, intervenciones y racionamientos”. En particular: a) “Control de importaciones con un sesgo de flexibilidad en los permisos
para las empresas que puedan aportar por el lado de las
exportaciones o las inversiones directas; (b) si la devaluación y con ello la
inflación suben, se intensificarán los controles de precios; (c) es posible que
haya aumento de tasas de interés real y ello va a afectar la hoja de balance
del Central que podría imponer regulaciones a los bancos para que mantengan en
cartera los activos de la autoridad monetaria; esto va a desplazar al sector
privado del mercado de crédito”.
- Sin
un ancla nominal firme, “la inflación del 50% de 2021 va a ser un piso y no un
techo. En esto influiría también el racionamiento de importaciones y
eventuales ajustes cambiarios o de tarifas, que presionarían por el lado de los
costos. Podría favorecer, no obstante, la demanda de bienes durables de consumo
como refugio y, también, las importaciones”.
- Si
el déficit fiscal se descontrola o las reservas no se recuperan, “el FMI podría
poner objeciones en la revisión trimestral. Si el gobierno ajustara de
forma abrupta el tipo de cambio o las tarifas, habría una fuerte aceleración
inflacionaria”. “Como ocurrió repetidas veces en el pasado esto podría ser
funcional para licuar deudas en pesos, salarios y gasto público. Pero sería muy
recesivo y afectaría la gobernabilidad, elevando la incertidumbre”.
- ”Cuando
la incertidumbre traspasa ciertos límites, se convierte en una fuente autónoma
de desequilibrios. Cuando los precios son excesivamente volátiles o están
distorsionados por intervenciones y controles, aumenta la probabilidad de que
el sector privado tome decisiones equivocadas y ello contribuye a
retroalimentar los desequilibrios existentes”, concluyó este tajante informe,
que refleja el desánimo de los inversores más allá de que esperen que se
concrete el acuerdo con el FMI para que la tormenta no se vuelva más peligrosa.
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