Por
Sofía Diamante - La suba de tasas de interés no está en discusión en las
negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El ministro de Economía,
Martín Guzmán, ya indicó que se apuntará a lograr tasas de interés reales
positivas; esto quiere decir que le deberán ganar a la inflación.
Actualmente,
la tasa de referencia de la economía está en 40%, mientras que la inflación
interanual publicada por el Indec fue de 50,7% en enero. Con la suba de tasas,
el Gobierno busca mejorar la demanda de pesos (que se ahorre más en moneda
local), una medida que será difícil de lograr mientras haya cepo cambiario y
riesgo de aceleración inflacionaria, según señalan los economistas. Por lo
tanto, indican que la suba de tasas deberá ser acompañada por otras medidas
para estabilizar la economía.
Luego
de confirmarse que en enero la inflación se mantuvo alta (3,9%), se espera que
hoy, en la reunión de directorio, el Banco Central (BCRA) aplique una nueva
alza de tasas de 200 puntos básicos adicional a la que realizó en enero, cuando
la elevó de 38 a 40%.
Esta
decisión implicaría un aumento también del déficit cuasifiscal; es decir, de
los pasivos de la entidad monetaria. Según los cálculos de la consultora
Equilibra, por cada cien puntos básicos que sube la tasa de política monetaria
(un punto porcentual) de la Leliq a 28 días, el costo del déficit cuasifiscal
aumenta en $50.00 millones por año.
“Una
suba de 200 puntos serán $100.000 millones más de déficit, que se suman a los
$100.000 millones del aumento de tasa de enero. Como sabemos que la estrategia
de Guzmán es que los bancos migren desde su posición en Leliq a demandar letras
del Tesoro para financiar parte del programa financiero, en las próximas
licitaciones tendrán también que subir las tasas para ofrecer una rentabilidad
suficiente para que estén dispuestos a cambiar riesgo del Banco Central por
riesgo del Ministerio de Economía. No es lo mismo tomar deuda del BCRA, que
imprime los billetes, a tomar deuda del Tesoro, que tiene antecedentes de
default”, explicó Lorena Giorgio, economista jefe de Equilibra.
La
analista también proyecta que podría haber otra suba de tasas adicional a la
esperada hoy para fin de mes. “Si se mira el avance del tipo de cambio de los
últimos cinco días hábiles, aumentó a un ritmo de 3% mensual. Con una tasa que
está apenas por arriba del 3,3% mensual, no hay mucho margen para acelerar el
crawling peg [la devaluación]. Además, la inflación fue de 3,9% y el tipo de
cambio nominal sigue perdiendo contra los precios. Si bien tenemos algo de
ayuda externa por la inflación internacional cuando se hacen las cuentas del
tipo de cambio real, el Banco Central necesita depreciar un poco más la moneda
si quiere contribuir a alcanzar el objetivo de recompra de reservas que se
anunció en las negociaciones con el FMI. Una tasa nominal anual de 44% implica
una tasa mensual más cerca de 3,6% o 3,7%”, explicó.
La
suba de tasa de interés implicará para las personas y empresas un aumento en
los costos de los créditos y una suba en la remuneración de los plazos fijos.
“Si quieren desincentivar que la gente vaya al dólar deberían subir las tasas
del plazo fijo para que se queden en pesos, que es la alternativa. Para los
exportadores, además, un aumento de tasas es un incentivo a liquidar las
divisas, porque si no siempre hay incentivo a demorarlas y esperar que haya una
devaluación. Si hay mayores tasas, se puede liquidar antes y colocarse en
pesos, mientras que de otra manera, la alternativa es esperar y tomar una línea
en pesos hasta que se liquidaba. Obviamente, creemos que dos puntos
porcentuales de aumento no van a mover cielo y tierra, pero sería un paso en la
dirección correcta. Debería haber otros dos puntos en marzo, porque la
inflación de febrero viene picante”, indicó Andrés Borenstein, economista de
Econviews.
Gabriel
Caamaño, analista de Ledesma, señala que es necesario subir muchas veces la
tasa de interés y de manera sostenida para que compense la “sorpresa
inflacionaria que puede haber”. Además, indica que la medida debe estar
acompañada con “un programa de política monetaria que permita mayor anclaje de
expectativas”; es decir, que se vaya retirando la emisión monetaria y que se
ajuste el déficit fiscal.
“La
suba sola de la tasa no arregla nada, pero sin la tasa no se puede ni empezar a
hablar. Tener una tasa negativa financia todas las coberturas de devaluación,
como el consumo de productos importados o la compra de dólares con créditos
baratos. Esto hace que el Banco Central se quede sin reservas más rápido, y
tenga que endurecer más el cepo y restrinja las importaciones. Está bueno
regalar plata, pero no se puede regalar todo el tiempo, porque terminás
ajustando en otro lado y pagando mayores costos”, dice Caamaño.
Sebastián
Menescaldi, analista de Ecogo, indicó que esperan que el Gobierno vaya subiendo
las tasas “teniendo en cuenta cómo se espera que evolucione la inflación en los
próximos tres meses”. En torno a eso, proyecta que la tasa de Leliq suba
sostenidamente hasta junio, lo que hará “más atractivo el ahorro y más costosos
los créditos para las familias y empresas”.ß
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