Una
de las prioridades del Gobierno durante este año será lograr un aumento de la
recaudación, para poder mantener el gasto al mismo tiempo que cumple con el
objetivo prometido al Fondo Monetario Internacional de reducir el déficit
fiscal del 3,3% al 2,5%.
El
propio ministro de Economía, Martín Guzmán, aclaró que el engrosamiento de los
recursos no se logrará mediante suba de impuestos, pero son pocos los
empresarios que creen en ese postulado. Según una encuesta de la consultora
KPMG, el 81% de las empresas consultadas prevé una mayor presión fiscal para
2022.
Desde
el Palacio de Hacienda precisaron que la mejora en los números de recaudación se conseguirá a través de una
serie de acciones que apuntan a reducir la evasión y la elusión impositiva.
Dicho de otra forma, se perseguirá a quienes evaden impuestos y se los
fiscalizará para que pasen a formar parte de la actividad formal.
Lo
cierto es que tampoco hay credibilidad sobre ese punto. El 93,94% de las empresas consultadas por KPMG
manifestó que el actual sistema impositivo no es funcional a bajar la
informalidad económica.
"El
tenor de estas opiniones se mantiene constante en las encuestas anuales aun
cuando las normativas fiscales son
permanentemente reformadas tanto en el ámbito nacional como provincial",
comentó Fernando Quiroga Lafargue, socio de Impuestos Corporativos de KPMG en
Argentina y responsable de la encuesta.
Desconfianza permanente
Un
punto a favor del Gobierno es el antecedente inmediato de lo ocurrido en 2021,
cuando la recaudación tributaria alcanzó los $ 11 billones, un crecimiento del
12% en términos reales respecto a 2020 y el 4% real en comparación a 2019,
último año "normal" antes de la pandemia.
Sin
embargo, el nivel de desconfianza de los empresarios no parece dispuesto a
ceder. "La previsión de mayor presión fiscal inició en 2018 y jamás se
detuvo. Ese año hubo una crisis financiera fuerte y a partir de ese momento los
números siempre mostraron una previsión de mayor presión tributaria para el año
siguiente", señaló Quiroga en diálogo con Clarín.
"En
la práctica esas previsiones se fueron confirmando y no veo que el contexto
actual, con el acuerdo del FMI de por medio, permita pensar en un escenario
diferente para 2022. La parte
fiscal siempre suele ser el parche para cualquier tipo de compromiso eventual
que se tome para bajar el gasto", remarcó el referente de KPMG.
Se
mostró de acuerdo el economista Jorge Day, de Fundación Mediterránea (Ieral),
quien recordó además que la recaudación impositiva depende de la actividad
económica. "Los pronósticos estiman que el PBI crecerá 3% en 2022, por
efecto arrastre. Ese contexto, se supone que la recaudación mejorará al mismo
ritmo que la inflación", indicó.
Day
explicó que si la idea del Gobierno es lograr una mejora real de la
recaudación, puede seguir solo dos caminos. El primero es aumentar alícuotas y el segundo es disminuir la evasión,
como lo prometió Guzmán. "La segunda opción es muy difícil que se
cumpla y la primera (suba de impuestos) puede provocar el efecto contrario. A
mayor presión fiscal puede reducir la actividad económica o crecer la actividad
en negro", advirtió.
Desinversión
Para
Quiroga, de KPMG, una de las consecuencias más graves de la alta presión
tributaria tiene que ver con la falta de inversiones. "Estamos todavía en
busca de un punto de equilibrio en el cual el marco fiscal permita que el
Estado esté bien atendido y al mismo tiempo incentive que el sector privado
tenga herramientas de expansión", opinó.
Esta
situación se manifiesta claramente en los números. Del total de empresas encuestadas, el 75,24% afirmó
que no aumentará sus inversiones durante el 2022 y el 18,18% respondió que la
disminuirá.
"Hay
mucho deseo de invertir contenido, pero no hay credibilidad. Aun si Guzmán
cumpliera con su promesa de no aumentar impuestos, sería difícil que cambiaran
las expectativas. Si se generara mayor seguridad jurídica y equilibrio fiscal,
comprendiendo el mensaje del lado de las empresas, seguramente habría una
reacción de las inversiones, pero la confianza es algo que se logra muy
gradualmente", apuntó el Socio de Impuestos Corporativos de KPMG.
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