Por Julián
Guarino - Parece contraintuitivo pero no lo es. ¿De quién depende el
futuro de la cotización del blue? ¿Qué clase de señales se están enviando bajo
la línea? En medio de las discusiones con el FMI -promedia la
negociación con Kristalina Gerogieva y aún queda
definir lo más importante- la pregunta por la brecha cambiaria está a la orden
del día, y la respuesta en el corto plazo, la que hace referencia al dólar financiero, la
tienen dos personajes, dos entidades, que resultan extraños al devenir
doméstico. Como se verá más adelante, la cuestión es generosa en materia
técnica pero no tanto.
Del
seguimiento pormenorizado de lo que hagan estos gigantes depende en gran medida
una de las cuestiones centrales de la economía. ¿Se habló de ellos con el
FMI? Es probable. ¿Están conformes con las
primeras definiciones del acuerdo? Probablemente no. Eso sí: existe
un patrón de comportamiento que permite avizorar que la cotización de los
dólares financieros, que sirven de guía al dólar blue, se mantendrán
en niveles elevados, siempre guardando una referencia con la cotización
oficial. Al menor por el corto plazo. Y también el mediano.
Huelga
tener presente una referencia no menor: numerosos analistas de la
economía argentina auguran que, de reducirse la brecha cambiaria que separa la
cotización oficial de la financiera, hoy en torno al 105%, los
incentivos para bajar la inflación serían más efectivos, un argumento poderoso
que el Gobierno no debiera desestimar.
A
riesgo de un enfoque reduccionista, el Gobierno mantiene una larga conversación
por este tema con dos fondos. Son los megainversores Templeton y Pimco, los
fondos más grandes del planeta. Sin una precisión acabada, se supone que entre
ambos atesoran unos u$s 3500 M, si se toma en cuenta
distintas estimaciones, si bien tenían tenencias en bonos de unos u$S 10.000 M a comienzos de 2020. Son fondos que
habían realizado fuertes inversiones de compra de deuda en pesos apalancados en
el entusiasmo de emisión de deuda de la gestión del ex presidente Macri y en
las altas tasas de interés en los años 2016 y 2017.
Atrapados sin salida
Como
es sabido, con las fuertes devaluaciones de mediados de 2018 en adelante a las
que recurrían los funcionarios de Cambiemos, estos fondos vieron como una parte
de sus inversiones se perdía irremediablemente con la caída en la cotización de
los bonos en pesos y las dificultades para volver a dolarizarse. Esas
dificultades se volvieron verdaderas trabas desde 2019, ya que el gobierno de Alberto Fernández comprendió que no había
forma de mantener sin restricciones la brutal dolarización (fuga) que había
tenido lugar. Tan importante se volvieron las trabas en el mercado
de capitales que fue el propio ministro Guzmán el que hace algunos meses les
ofreció un “escape” a los fondos para que pudiesen vender
sus bonos en pesos y “recuperar” u$S 1500 M sin
presionar la ventanilla de los dólares financieros del MEP y CCL.
Sin
embargo, el registro más importante lo ofrece una fuente que forma parte de las
negociaciones con el FMI. Sostiene que “para definir el futuro de la brecha
cambiaria, lo más relevante es lo que harán los fondos que tienen bonos y que
han quedado atrapados con sus inversiones en pesos”. Según la fuente, esos fondos “quieren salir” pero esperan que el Gobierno les
ofrezca algún mecanismo para no “tironear” la cotización del CCL, hoy en $216. Señala
que las últimas experiencias han generado una suba, ya que suelen vender
títulos y comprar los mismos bonos en el exterior, lo que resulta en una suba
del CCL que suele arrastrar al MEP y al blue. Esa fuente agrega una información
importante: señala que cada vez que la brecha comienza a achicarse, los fondos
“aprovechan” ese comportamiento para hacer sus operaciones de salida, con la
consecuente suba. Así, mantienen un piso alto y por ende, una
brecha bastante rígida.
Como
se dijo, el dólar (CCL) -operado con el bono GD30- terminó el viernes en los $216,21,
por lo cual acumuló un retroceso de 2% (-$4,03) en la semana y un recorte de
6,5% (-$14,94) desde que el Gobierno anunció el entendimiento con el FMI. Por
su parte, el dólar MEP se hundió 2,2% (-$4,64) en los últimos siete días hasta
los $207,59, a la vez que mostró un declive de 7,2% (-$16,16) desde el
principio de acuerdo con el organismo multilateral de crédito. Desde los
anuncios del presidente y el ministro de aquel viernes 27 de enero, las brechas
con el oficial se contrajeron casi 17 puntos hasta el 103,7% en caso del CCL, y
18 puntos hasta el 95,6% en el caso del MEP. El blue cerró en $215,5.
La
historia se repite
Atrás
parece haber quedado también la intervención del BCRA y CNV en la cotización
del CCL, que se utilizó para administrar esa salida. Muchos recuerdan que hace
unos meses, con un acceso a los dólares muy restringido, el BCRA intervenía en
el CCL vendiendo bonos, lo que había generado una
diferencia entre el valor del billete en el mercado de contado con liquidación
“oficial” y el contado con liqui libre de regulaciones, que se negociaba
entre privados en el segmento conocido como SENEBI (segmento de negociación
bilateral). Ese sistema también fue desarticulado.
Cae
de maduro que esta problemática se encuentra en las conversaciones entre el
Gobierno y el FMI. Y que, por ahora, el FMI no ha habilitado mecanismo alguno
para dolarizar gran parte de las tenencias mediante un canje de los títulos en
pesos en su cartera por bonos en dólares, tal como hizo Guzmán en su
momento. Se estaría cambiando deuda en pesos por deuda en dólares, algo que
probablemente, una parte del Frente de Todos no vería con buenos ojos.
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