Las
negociaciones entre el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI)
entraron en la recta final mientras los contactos virtuales entre los técnicos
de ambas partes se reiteraron hasta última hora de ayer con un eje central: el
sendero de ajuste fiscal que debería transitar la Argentina. Un avanzado
acuerdo sobre ese aspecto destrabaría el acceso para el país para refinanciar
el crédito Stand By por USD 44.000 millones.
La
discusión de las partes sigue pasando por cuál debería ser la velocidad a la
que se reducirá el déficit de las cuentas públicas. La diferencia es que
el Ejecutivo quiere converger hacia el equilibrio fiscal en 2027 mientras que
el FMI lo requiere para 2025.
Las
intensas conversaciones con el Fondo llevadas a cabo ayer fueron supervisadas
no solo por el presidente Alberto Fernández sino también por la
vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien se enteró de las
últimas novedades en el diálogo bilateral antes de partir a Honduras para la
asunción de la presidenta Xiomara Castro. Incluso, desde despachos oficiales
aseguran que parte de la
demora que tuvo en despegar hacia ese destino tuvo que ver con el cierre de la
negociación.
Las
negociaciones enfrentan la presión de los vencimientos que obligan al
Gobierno a pagar entre este viernes y el martes próximo USD 1.100 millones al
Fondo Monetario Internacional, situación que afectaría notoriamente las
reservas del Banco Central. El Gobierno no confirmó la realización de ese pago,
una señala de que el acuerdo podría alcanzarse en el corto plazo.
Un
eventual incumplimiento con el organismo de crédito, aunque no implique un
default inmediato y sea solo transitorio, generaría más incertidumbre un
mercado que ya cuenta con fuertes presiones cambiarias y financieras en medio
del escepticismo.
En
ese contexto, el FMI afirmó en las últimas horas que está trabajando “muy
de cerca” con el Gobierno, con un “enfoque flexible y pragmático”, para
alcanzar un nuevo programa que permita renegociar la deuda. Lo hizo a través de
la subdirectora gerente, Gita Gopinath, durante la conferencia de prensa
donde se presentó la actualización del informe de Perspectivas Económicas
Mundiales.
“Tenemos
que mejorar los desequilibrios para que podamos ayudar a que los argentinos se
recuperen y puedan salir de las dificultades que están enfrentando”, ahondó la
economista, máxima autoridad del Fondo despues de Kristalina Georgieva. Además,
Gopinath reiteró que el país necesita un plan económico “sólido y creíble”.
"Tenemos
que mejorar los desequilibrios para que podamos ayudar a que los argentinos se
recuperen y puedan salir de las dificultades que están enfrentando",
afirmó la número 2 del FMI, Gita Gopinath
En
plena negociación con el Gobierno, el Fondo decidió mejorar la proyección de
crecimiento para la economía argentina para 2022. El organismo estimó que el PBI argentino crecería este año un 3%, una
mejora de 0,5 puntos en comparación con el 2,5% que esperaba en su última
entrega de este reporte, en octubre pasado.
Según
pudo saber Infobae, el contacto entre los técnicos del Poder Ejecutivo y
los del organismo financiero es permanente. La cuestión que todavía se discute
puertas adentro del Poder Ejecutivo es si hacerle frente a los vencimientos de
los próximos días puede costarle más caro al Gobierno que ceder ese monto de
reservas del Banco Central.
En
ese sentido, se dan distintas alternativas si no se firma un acuerdo entre las partes.
Del default técnico a un crédito puente, existen opciones que podrían ayudar a
extender los plazos.
Si
se incumple con el Fondo no sería la primera vez que ocurre. De hecho, el
último acuerdo que firmó la Argentina con el FMI antes del Stand By fue
alcanzado en septiembre de 2003 luego de que el entonces presidente Néstor
Kirchner incumpliera un pago por USD 2.900 millones por su negativa a utilizar
reservas de la autoridad monetaria. Casi 20 años más tarde, no puede
descartarse que éste vuelva a ser el escenario, aun cuanto el contexto actual
es mucho más desfavorable para la Argentina
No
obstante, la posibilidad de que eso pueda suceder altera los ánimos en el Banco
Central, donde advierten que no hay margen para llevar la situación a ese
escenario sin arriesgar complicaciones sino que también plantearon que nunca se
puso sobre la mesa la opción del default ni se preparan para una situación como
esa.
El
presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía Martín Guzmán durante
una conferencia virtual con la titular del FMI, Kristalina Georgieva
En
concreto, la intención del Gobierno es que este año el recorte del rojo fiscal
sea moderado, hasta un 2,9% del PIB, desde cerca del 3% que informó la cartera
de Economía la semana pasada.
No
obstante, ese porcentaje incluye ingresos que este año no podrá volver a
conseguir el Tesoro como el aporte extraordinario de las grandes fortunas, los
derechos especiales de giro (DEG) del FMI y la entrada de derechos de
exportación por el aumento de los precios internacionales de los commodities.
Mientras
tanto, los técnicos del FMI aspiran a un ajuste del gasto más concreto y
que lleve el déficit de las cuentas públicas a un nivel del 1,9 por ciento.
El
presidente Fernández afirmó esta semana que el FMI debe contemplar el “derecho
a crecer como nosotros queremos crecer” en las negociaciones que la Argentina
lleva adelante con el organismo multilateral.
“La
diferencia que tenemos con el FMI es la velocidad de consolidación fiscal y las
combinaciones entre gastos e ingresos. No queremos penalizar la demanda cuando
la economía se está recuperando”, remarcó el ministro de Economía Martín
Guzmán en una entrevista con el diario francés Le Figaro.
Se
espera que en las próximas horas haya avances concretos en la definición de una
restructuración del préstamo del FMI a la Argentina por un acuerdo de
facilidades extendidas a 10 años.
|