Por
Rafael Mathus Ruiz - WASHINGTON.– Gita Gopinath, la número dos del FMI, dijo
ayer que están trabajando estrechamente con la Argentina y esperan avanzar
hacia un nuevo acuerdo que permita refinanciar la deuda con el organismo,
aunque insistió en que el país debe tener un programa “sólido y creíble” para
encarrilar la economía. “Esperamos lograr más avances en los próximos días”,
afirmó.
WASHINGTON.–
Gita Gopinath, la número dos del Fondo Monetario Internacional (FMI), dijo ayer
que están trabajando estrechamente con el Gobierno con un enfoque “pragmático y
flexible” y esperan avanzar hacia un nuevo acuerdo que permita refinanciar la
deuda vigente con el organismo por 44.000 millones de dólares, aunque insistió
en que la Argentina debe enhebrar un programa “sólido y creíble” para encarrilar
la economía. “Esperamos lograr más avances en los próximos días”, afirmó.
“Estamos
trabajando muy de cerca con las autoridades argentinas para crear un programa
que ayude a la gente de la Argentina. Eso requeriría de un programa que sea
sólido y creíble y que aborde los desequilibrios que tiene el país”, dijo
Gopinath, al responder una pregunta sobre las negociaciones en la conferencia
de prensa en la que presentó la actualización del Panorama Económico Mundial,
el informe insignia del Fondo.
“Tenemos
que mejorar los desequilibrios para ayudar a los argentinos a recuperarse de
las dificultades que están viviendo. Estamos trabajando muy de cerca con las
autoridades. Entendemos que la situación social y económica es desafiante, por
eso estamos adoptando un enfoque flexible y pragmático y esperamos lograr más
avances en los próximos días”, completó la funcionaria del FMI.
La
declaración de Gopinath llega en medio de crecientes preocupaciones de que las
negociaciones entre la Argentina y el Fondo se dilatarán y el Gobierno se
atrasará en los pagos al organismo, o a lo sumo llevará a un programa “light”
que sólo servirá para refinanciar la deuda y patear la pelota para adelante sin
resolver los problemas de fondo de la economía. La demora en las negociaciones
ha llevado mucha presión al dólar y a los bonos argentinos. El Fondo y el
gobierno de Joe Biden han insistido en el que acuerdo debe brindar un horizonte
perdurable y tiene que colocar a la Argentina en una senda de crecimiento
sostenible, pero inversores, analistas y economistas creen que en las
condiciones actuales el FMI y el Gobierno solo pueden aspirar a cerrar el
acuerdo “menos malo” posible.
Uno
de los problemas centrales que debe resolver el nuevo programa es la inflación.
Ayer el Fondo recomendó endurecer la política monetaria para atacar el alza del
costo de vida. El Gobierno también aspira a que el acuerdo preserve la
recuperación económica. El Fondo mejoró levemente la perspectiva de crecimiento
de la Argentina para este año, luego del fuerte rebote que tuvo la economía en
2021 tras el derrape provocado por la pandemia del coronavirus.
El
Fondo estimó que el país crecerá un 3% este año –medio punto más que en la
previsión anterior– y un 2,5% el año próximo, según las cifras actualizadas del
Panorama Económico Mundial. Ambos pronósticos están atados a lo que suceda con
la negociación, cuyo resultado es crucial para evitar un deterioro mayor de la
economía.
El
Fondo también recomendó endurecer la política monetaria para controlar la
inflación en los países donde “la inflación tiene una base amplia junto con una
fuerte recuperación”, o cuando “la inflación alta corre el riesgo de
afianzarse, como en algunas economías de mercados emergentes y en desarrollo y
economías avanzadas”, dos descripciones aplicables a la Argentina.
La
inflación llegó al 50,9% el año anterior y el Gobierno hasta ahora ha optado
por intentar controlarla a través de controles de precios, congelamiento de
tarifas y un abanico de cepos al dólar. El staff del Fondo dijo a fines del año
anterior que para atacar la “persistente y alta inflación” en la Argentina se
requiere un “enfoque múltiple que implique una reducción del financiamiento
monetario del déficit fiscal, una política monetaria adecuada con tasas de
interés reales positivas y una coordinación de precios y salarios”.
Recuperación en pandemia
La
última actualización del Panorama Económico Mundial ofreció la mirada del
organismo luego de dos años de pandemia, una crisis de salud global que provocó
una de las peores disrupciones en la economía mundial.
Gopinath,
subdirectora gerente del FMI, volvió a remarcar que, para abordar muchas de las
dificultades que enfrenta la economía, es vital primero “romper el control de
la pandemia”. El organismo de crédito internacional volvió a poner el acento en
la disparidad global de la campaña de vacunación: sólo el 4% de la población en
los países pobres está totalmente vacunada, contra el 70% en los países ricos.
“cuando
la inflación tiene una base amplia junto con una fuerte recuperación, como en
Estados Unidos, o cuando la inflación alta corre el riesgo de afianzarse, como
en algunas economías de mercados emergentes y en desarrollo y economías
avanzadas, se debe retirar el apoyo extraordinario de la política monetaria”,
afirmó Gopinath en un comentario difundido junto con el informe en Washington.
“Varios
bancos centrales ya han comenzado a subir las tasas de interés para adelantarse
a las presiones de los precios. Es clave comunicar bien la transición de la
política hacia una postura más restrictiva para garantizar una reacción
ordenada del mercado”, apuntó la funcionaria.
El
Fondo proyectó un crecimiento mundial para este año del 4,4%, medio punto
porcentual por debajo del pronóstico anterior, principalmente debido a las
rebajas en las calificaciones de Estados Unidos y china. En el caso de Estados
Unidos, el empeoramiento del panorama se debe a las dificultades del gobierno
de Joe Biden para aprobar en el congreso el proyecto “Build Back Better”, que
prevé una histórica ampliación del Estado de bienestar en el país, además del
endurecimiento de la política monetaria de la reserva Federal y los problemas
en las cadenas de suministro, que contribuyeron a generar la mayor inflación en
cuatro décadas.
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