Por Rafael Mathus
Ruiz - WASHINGTON.– Una semana de reuniones del equipo económico liderado por Martín
Guzmán en esta ciudad asentó dos realidades de la discusión con el Fondo
Monetario Internacional: el Gobierno aún trabaja con el staff del FMI en el
programa económico, y todavía necesita recabar más respaldo internacional para
conseguir un recorte en la tasa de interés, un reclamo del cristinismo que el
presidente Alberto Fernández elevó como una condición sine qua non para firmar
el acuerdo final.
Ambas realidades
pintan un panorama más nítido sobre el avance de las negociaciones que se
tienencon el Fondo. A fines de septiembre, Fernández dijo que el acuerdo estaba
“cerrado” y solo restaba conseguir el recorte de tasas. Esta semana aseveró que
el arreglo llegará “tan pronto como se den las condiciones”. El Gobierno
todavía discute aspectos técnicos con el staff, reconocen fuentes del
Ministerio de Economía en Washington, y si bien hablan de un “apoyo
incremental” y destacan avances en el G-20 para lograr la quita en la tasa, ven
reparos y posiciones dispares entre los países del G-7, los principales accionistas
del Fondo, y de quienes depende la decisión final.
“Es muy importante
en el momento de las negociaciones resolver las condiciones financieras.
Estamos dando la pelea que tenemos que dar defendiendo a la Argentina”,
enmarcan fuentes de Economía en diálogo con la nacion.
El acuerdo se
cerrará cuando estén dadas las condiciones para hacerlo, remarcan las mismas
fuentes, en sintonía con la última postura de la Casa rosada. El Gobierno sigue
trabajando en un convenio a 10 años, y descarta por ahora un arreglo
provisorio, corto.
“Hay todavía hay un
camino por recorrer –reconocieron–. Estamos acá dando las batallas que hay que
dar. Cuanto más rápido, mejor, pero lo importante es hacerlo bien”.
El Gobierno mueve
el reclamo por la tasa en el G-20, un foro decisivo para el pedido de la
Argentina. En Washington, el ministro de Economía, Martín Guzmán, llevó la
exigencia a la reunión de ministros de Finanzas del grupo, y mantuvo reuniones
bilaterales con funcionarios de Italia, Suiza, Alemania, Corea del Sur,
Indonesia, rusia, Arabia Saudita, México, Barbados y la India, y vio en el
Tesoro norteamericano a un hombre crucial en toda la saga, David Lipton. El
Tesoro se mantuvo en silencio sobre esa reunión ante una consulta de la nacion.
“Fue una reunión
productiva, constructiva, y quedamos en continuar el diálogo”, describieron
escuetamente fuentes de Economía.
El Gobierno
consideró que la reunión del G-20 dejó dos victorias. La primera fue que el
grupo dijo en su comunicado que espera tener “una discusión adicional” en el
board del Fondo sobre los sobrecargos en la tasa. Para el Gobierno, eso es un
respaldo. Pero Kristalina Georgieva ya dijo que existen “reparos” entre los
socios a acceder a ese pedido. Y en Economía dan a entender que falta, aún
respaldo para obtener la quita en la tasa y evitan dar definiciones sobre dos votos
cruciales: Estados Unidos y Alemania.
“Se vienen
construyendo condiciones para tratarlo, y de hecho hay un apoyo incremental.
Cada vez son más países los que están apoyando una revisión”, indicaron fuentes
de Economía. “Siempre hay quienes apoyan y quienes tienen reparos. Hoy lo que
tenemos es cada vez más apoyo. La mayoría del G-7 apoya. Hay una mayoría que
está apoyando, y buscamos que apoyen aún más”, agregaron.
La segunda victoria
en el G-20, siempre según la mirada oficial, fue la referencia a los países
“vulnerables de ingresos medios” en la lista de posibles beneficiarios del
fondo de resiliencia y sustentabilidad que el Fondo planea crear para canalizar
una parte de los US$650.000 millones que se repartieron este año para enfrentar
la pandemia.
Esa definición le
cabe a la Argentina, y, una vez que el fondo esté listo, podría abrir una nueva
fuente de financiamiento.
En paralelo a las
gestiones diplomáticas del acuerdo, el Gobierno avanza en las discusiones
técnicas con el staff del Fondo. Julie Kozack y Luis Cubeddu, los funcionarios
que negocian con Martín Guzmán, pasaron largas horas esta semana en la embajada
argentina en Washington. Desde el Gobierno evitan ponerle un número al avance
de las discusiones técnicas, pero reconocen que hay temas “que se siguen
trabajando”.
“No existen los
porcentajes. Se han construido entendimientos que son fundamentales. Hay un
entendimiento claro en ciertas cuestiones, y hay otras cuestiones más técnicas
que se siguen trabajando, y nosotros, como soberanos y como gobierno, definimos
la política económica”, indicaron fuentes del Palacio de Hacienda.
La inquietud es qué
ocurrirá si las dos discusiones siguen abiertas al 31 de marzo de 2022, la
fecha en la cual Guzmán acordó con el Club de París que el acuerdo con el Fondo
estaría listo.
“Es una pregunta
hipotética”, se atajan en el Gobierno, y agregan: “Acá se trabaja para resolver
problemas. Hay planes de todo tipo y hay escenarios contingentes, y trabajamos
para resolver el problema en cada escenario”.
Argentina quiere un
acuerdo a 10 años y descarta un arreglo provisorio, corto.
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