Texto José Del Rio
- En una extensa entrevista grabada, el ministro de Economía, Martín Guzmán,
participó del Coloquio de IDEA y dejó definiciones sobre temas de actualidad.
Como un guiño a los empresarios, el ministro remarcó que la prohibición de
despidos es una cuestión “coyuntural y transitoria”. Además, en un intento de
transmitir previsibilidad, aseguró: “Tenemos claro que no vamos a hacer ningún
salto devaluatorio”, y reiteró que la inflación tiene múltiples causas. Aquí,
parte del diálogo:
–El eje principal
del Coloquio es la generación de empleo privado. Se propone una reforma de este
sector y del marco jurídico. ¿Cuál es su opinión al respecto?
–Primero, nosotros
consideramos que la actividad privada es fundamental para una economía de
mercado que funcione bien. Siempre decimos que sector público y sector privado
deben trabajar de la mano. Hay cuestiones en las que el rol del Estado es
absolutamente esencial, resolviendo cuestiones que el sector privado por sí
solo no puede resolver. Y eso es lo que refleja nuestra visión de cómo
administramos la política económica, apostando por la infraestructura, la
aplicación del conocimiento a la producción. Pero al mismo tiempo hay que ir
generando condiciones para que la economía pueda sostener niveles de crecimiento
sin chocarse contra lo que tantas veces nos ha pasado en esta historia, que son
los problemas cambiarios, las crisis macroeconómicas.
–¿Cómo califica el
cepo al dólar, que hoy atraviesa sobre todo a los inversores?
–Hoy la Argentina
tiene controles en la cuenta de capital y controles cambiarios que tienen una
naturaleza principalmente defensiva. Esto tiene que ver con evitar que haya una
salida de golpe de los capitales que empezaron a entrar en la Argentina a fines
de 2015, principios de 2016, que vinieron a aprovechar oportunidades de
retornos financieros de corto plazo. Lo que se suele llamar la bicicleta
financiera. Y que cuando cambiaron las expectativas en la Argentina, en abril
de 2018, se comenzaron a ir. Dólares que se cambiaban por pesos. Pesos que se
invertían en un activo financiero, inicialmente las Lebac. Y se seguía haciendo
ese juego hasta que se acabó. Hay buena parte de esos capitales aún atrapados.
Es un número grande. Y los controles lo que hacen es evitar que salgan de
golpe. Está claro que también tienen un costo. Porque así como previenen que
haya una salida de los capitales financieros que vinieron a hacer carry trade
de golpe también genera problemas para el ingreso de inversiones en la economía
real. Y es por eso que trabajamos para construir condiciones que nos permitan
tener un esquema diferente de las regulaciones de capital.
–Pero frenar esa
salida también frena el ingreso de dólares. Las grandes compañías del país
tienen un insumo importado para producir bienes terminados. ¿No corre riesgo la
economía argentina de tener falta de productos?
–Acá hay dos cosas
por separar. Por un lado, lo que son importaciones; por el otro, el ingreso de
capitales a la economía real. Primero, con el tema de las importaciones lo que
hay hoy es una política cambiaria que consideramos consistente y que busca
justamente evitar un desfase entre la evolución de las importaciones y la
evolución de las exportaciones, o en forma más general, entre el ingreso y la
salida de dólares. Para evitar que la Argentina se choque contra lo que tantas
veces ha pasado: saltos abruptos en el tipo de cambio. Hoy la política
cambiaria es consistente. Con respecto a lo que implica para la entrada de
capitales, lo que vamos haciendo es adaptar esos controles en la medida en que
se puede. Por ejemplo, este año se adoptó un decreto llamado “de grandes
inversiones”, que facilita la salida de capitales para los proyectos de
inversión en la economía real superiores a US$100 millones. Hay que continuar
elevando los niveles de exportaciones, que le permitan a la Argentina tener un
mayor nivel de reservas y continuar limpiando el stock de capitales
especulativos.
–¿Cuánto le
preocupa el nivel de reservas actual?
–Tuvimos unos siete
primeros meses del año claramente favorables en cuanto a la acumulación de
reservas. El Banco Central llegó a acumular alrededor de US$3500 millones.
Luego tuvimos el ingreso de los derechos especiales de giro, que fortalecieron
la posición cambiaria. Y luego tenemos la dinámica que es absolutamente
esperable en esta última parte del año. Consideramos que la situación en el
sector externo es tal que podemos seguir llevando adelante la política
cambiaria que venimos llevando a cabo.
–El Gobierno tiene
dos años más por delante. ¿Espera aliviar las restricciones cambiarias?
–Lo que tenemos hoy
es una dinámica que desde el punto de vista macroeconómico en el frente externo
es positiva, porque las exportaciones están creciendo. En agosto tuvimos un
valor de exportaciones que no teníamos desde 2013. Y eso es muy importante.
Porque para que la economía pueda crecer y el mercado interno pueda sostener el
crecimiento hace falta que no nos quedemos sin divisas. Y para eso tiene que
haber generación de divisas. Va a llevar tiempo que la Argentina pueda ir
normalizando las regulaciones de la cuenta de capital y podamos tener
regulaciones macroprudenciales.
–Cuando hay una
brecha tan grande, lo que suele ocurrir es que el exportador empieza a pisar
sus envíos al exterior y el importador, a anticiparlos, generando una situación
más compleja. ¿No cree que va a pasar eso?
–Hemos con vivido
con una situación de brecha por un largo tiempo.
–¿No es cada vez
más grande?
–Hoy es 70 puntos
porcentuales menos que hace un año aproximadamente y, dependiendo de qué tipo
de cambio miremos, 50, 60 o 70. Porque hay múltiples tipos de cambio paralelos.
Claramente, cuando la brecha está a un nivel tal que genera una expectativa de
devaluación empiezan a aparecer comportamientos como los que describís. Pero lo
que nosotros hoy tenemos claro es que no vamos a hacer ningún salto
devaluatorio.
–¿Por qué cuesta
tanto bajar los niveles de inflación?
–Porque la
inflación es un fenómeno que tiene múltiples causas. Hubo un gobierno previo
que planteó que reducir la inflación era algo sencillo. Claramente no es así,
porque para reducir la inflación no alcanza simplemente con reducir la emisión
monetaria, que fue el esquema que prevaleció bajo el gobierno anterior. Se hizo
eso y la inflación terminó en casi 54% anual. Atacar el problema de la
inflación requiere atacar sus múltiples causas. Primero, que la Argentina pueda
tener más divisas, para no experimentar choques contra las restricciones
externas que signifiquen saltos cambiarios. Para eso son fundamentales dos cosas:
que aumenten las exportaciones netas y que resolvamos los problemas de las
deudas. Todo esto lo estamos haciendo.
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