Por Francisco
Jueguen - “Una profunda crisis de confianza” que limita la acción del sector
privado y un “desorden macroeconómico” que frena inversiones e impide generar
empleo y crecer fueron las advertencias de los empresarios reunidos ayer en
IDEA.
En la apertura del
57º Coloquio de IDEA, los empresarios describieron ayer un escenario en el que
reina “una profunda crisis de confianza” que actúa como limitante para el
sector privado y alertaron sobre un “desorden macroeconómico” que frena
inversiones e impide generar empleo, y crecer de forma “genuina y continua”.
Para lograr esos
objetivos, los empresarios pidieron crear entornos de previsibilidad, trabajar
a fondo sobre la educación, la pobreza y el medio ambiente, y, sobre todo,
generar “consensos mínimos” entre la dirigencia argentina.
El crudo pincelazo
de la actualidad surgió del discurso brindado por Paula Altavilla, presidenta
del Coloquio y Country President Argentina, Uruguay, Paraguay de Schneider
Electric. “Con nuestro potencial, ¿por qué nos cuesta tanto cambiar la
tendencia y crecer en forma genuina y continua?”, se preguntó la ejecutiva en
la apertura del evento en Costa Salguero.
“Parecería que esta
crisis compleja, con componentes económicos, políticos, sanitarios, culturales,
está anclada en una profunda crisis de confianza”, estimó Altavilla. “Y la
falta de confianza es muy limitante. A las personas nos limita a la hora de
asumir riesgos para cumplir nuestros sueños como el de la casa o el emprendimiento
propios. Y a las organizaciones las limita a actuar pensando solo en el corto
plazo”, agregó la presidenta del Coloquio.
“¿Cuántos de
ustedes, como yo, tuvieron que archivar con tristeza y frustración proyectos de
inversión solamente porque ‘la volatilidad en la Argentina los hacía demasiado
riesgosos’? Y es esa sensación de peligro inminente que genera nuestro desorden
macroeconómico la que se refleja en la tasa de inversión, que está por debajo
del nivel mínimo necesario para mantener el capital instalado, y en los puestos
de trabajo formal privado, que no crecen desde hace una década”, señaló.
A continuación,
Altavilla agregó: “Hace falta recuperar la confianza para que podamos tomar
colectivamente las decisiones de inversión y de generación de empleo productivo
que realmente muevan la aguja del crecimiento, que requieren un horizonte más
largo, porque son las decisiones que construyen futuro”.
La ejecutiva afirmó
que la Argentina es un país con un enorme potencial. “Pero con el potencial no
alcanza”, cuestionó y agregó: “El potencial necesita inversión para no quedar
enterrado, necesita educación para desarrollarse, y necesita incentivos para
quedarse. Hoy puede irse, físicamente, o con un clic, saliendo del sistema y
pasando a crear valor en cualquier otro lugar del mundo”. Fue entonces cuando
abrió la pregunta sobre cómo generar confianza.
“En IDEA creemos
que tenemos que encontrarnos, escucharnos y ponernos de acuerdo en algunos
consensos mínimos para poder empujar todos juntos”, dijo Altavilla. “El desafío
es que no estamos acostumbrados a colaborar. Estamos acostumbrados a una
dinámica de confrontación y de puja de intereses”, alegó. Ofreció entonces la
imagen de estar en una cinchada “con todos tirando de la cuerda para su lado”.
Cerró: “Sin registrar que estamos parados en la pendiente empinada y resbalosa
de una montaña; la inercia nos lleva para abajo: y nosotros seguimos tirando
ensimismados de la cuerda y cuánto más tiramos, más caemos…”.
Fue entonces cuando
Altavilla reafirmó que “la clave está en empezar por un acuerdo mínimo, a
partir de un objetivo en común”. Esa variable, “la llave que permite tender
puentes –dijo– es crear trabajo genuino, registrado, tanto empleo como
autoempleo, creando puentes también con la economía popular, para ir integrándola
a cadenas de valor formales”.
“Hay que generar
trabajo genuino y productivo para recuperar el horizonte de progreso que nos
reclaman y están yendo a buscar muchos de nuestros hijos”, dijo en alusión a la
creciente cantidad de jóvenes que abandonan el país.
Luego habló de la
pandemia, “un cambio de era”, y remarcó el camino de transformación digital que
empujó. ”Hoy ya son 11 los unicornios argentinos que en muy poco tiempo crearon
valor a partir de talento capaz de generar disrupción, y que siguen creciendo
exponencialmente”, definió. “Necesitamos generar las condiciones necesarias
para que los emprendedores elijan seguir innovando, creando sus empresas y
manteniendo sus casas matrices acá. Para eso, sindicatos, movimientos sociales,
empresarios, Estado, nos tenemos que poner de acuerdo en que queremos que estas
empresas se instalen y crezcan en la Argentina”, indicó la empresaria, que
también remarcó la necesidad de reforzar otras industrias más allá de la
explosión que se registra con relación a la economía del conocimiento.
Dio un dato: la
Argentina tiene 14 empresas cada 1000 habitantes, poco más de mitad de las que
tiene Brasil, y un cuarto de las que tiene Chile. “Para crecer e incluir
necesitamos más”, aseguró.
Pidió “repensar la
educación” para crear nuevo talento y pensar en términos de economía circular.
“La pandemia evidenció que el mundo es uno solo y si no lo cuidamos, no habrá
empresas ni mundo ni futuro”, indicó.
“Los líderes
empresariales, sindicales, sociales y políticos argentinos tenemos que tomar
una decisión: seguir haciendo lo mismo que venimos haciendo hasta ahora y ser
recordados como la generación responsable de que la Argentina estructuralice
este nivel de pobreza y se convierta en un país pobre, de pobreza hereditaria.
O podemos elegir ser la generación que cambie la tendencia y genere un punto de
inflexión, para que la Argentina vuelva a ser un país de oportunidades”, cerró
Altavilla y recordó que el 54% de los chicos está hoy en la pobreza.
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