Por Carlos
Lamiral - Se dice que los mercados prefieren los cambios graduales
porque suelen ser más previsibles. Tal
vez por ello el ministro de Economía, Martín Guzmán, trata de
negociar con el Fondo Monetario Internacional un acuerdo que permita ir
saliendo paulatinamente del cepo al dólar. Economistas consultados al respecto
coincidieron en que para poder llevarlo a cabo el Banco Central necesitará
engrosar las reservas y el Gobierno tendrá que recuperar la confianza.
Esteban Domecq,
titular de la consultora Invecq señaló que una posible salida gradual del cepo
es viable con un “crawling peg acelerando por encima de la tasa de
inflación”, con un salto del tipo
de cambio “discreto”, un acuerdo con el organismo de crédito y “un cambio de
rumbo político”.
En la visión de
Domecq, el ministro Martín Guzmán estaría urgido por resolver la situación ante
el FMI. Señaló que el
actual dólar oficial a $99 “se puede volver insostenible” en razón de que están
cambiando las condiciones financieras globales que afectarán a las monedas latinoamericanas. Se espera que la Reserva Federal de Estados Unidos tenga que
acelerar la suba de las tasas ante el incremento de la inflación en ese país,
lo cual presionará a la devaluación de las diferentes monedas en el mundo.
Javier Marcus, gerente de Negocios de Southern Trust
explicó que para salir gradualmente del cepo se necesita “un acuerdo con el FMI
que genere un shock positivo de credibilidad, aumentando la velocidad de
depreciación del dólar oficial y al mismo tiempo eliminando quirúrgicamente las
regulaciones sobre los mercados”.
“Lo ideal sería contar con fondos frescos para reforzar las
reservas netas así se van liberando las importaciones y se evita que las
restricciones al tipo de cambio afecten los precios al consumidor”, señaló Marcus. Al respecto, dijo que
“un aumento sustancial en la tasa de depreciación mensual tiene riesgos pero
las alternativas de un salto abrupto o un desdoblamiento pueden tener peores
consecuencias”.
Nicolás Zeolla, economista jefe de la Fundación de
Investigaciones para el Desarrollo (FIDE) asegura que “cualquier estrategia de
desregulación acelerada es mala” en función de que “implicaría una demanda de
dólares que hoy la economía argentina no está en condiciones de abastecer”.
Zeolla afirma que “cerrar la brecha por abajo” (devaluando el tipo de cambio
oficial en vez de bajando los paralelos) “sería hoy desestabilizador”.
En cambio, el
economista Iván Carrino asegura que “todo tipo de control de
precios es malo para la economía y el cepo es uno de ellos”. Plantea que “la
única manera de salir del cepo de forma gradual sería de subir la tasa de
devaluación del dólar oficial”. El analista considera que “siempre es buen
momento para eliminar controles de precios” y que si se elimina el cepo hay que
dejar “que flote la divisa”. En ese sentido, se mostró partidario
de la eliminación de los controles de cambio en el contexto de un programa con
el FMI.
Por su lado, Lorenzo Sigaut Gravina, de Equilibra, explicó que achicar
la brecha “requiere de tener un programa económico con el FMI y mayor nivel de
reservas” que el actual.
Para Sigaut
Gravina, “no se puede tomar a los dólares financieros como referencia porque
están caros”. El director de Equilibra afirma que el actual tipo de cambio
oficial no registra un gran nivel de retraso y que por lo tanto, el margen de
ajuste no es el que marca la brecha del 80%.
FMI: sin
credibilidad fiscal será difícil transitar la pospandemia
Por Jorge Herrera
- Se avecinan cambios en las condiciones financieras y crediticias mundiales, y
el FMI procura que los
países vayan preparando el terreno fiscal para lo que viene. Por ello, en la previa de su Reunión Anual sentó
algunas bases o guías, de interés sobre todo para aquellos países que estén o
deban encarar una negociación con el Fondo, en cuanto al tema fiscal y de
endeudamiento.
Los ingentes
estímulos fiscales lanzados durante la pandemia han provocado un aumento de las
necesidades brutas de financiamiento, así como de las vulnerabilidades
asociadas, por lo que el FMI estima que es probable que la deuda pública se
mantenga en niveles elevados durante muchos años. Por ejemplo, para retornar a los niveles de deuda de
pre-pandemia, el Fondo estima que sería necesario registrar durante más de una
década saldos fiscales primarios superiores a los previos a la pandemia.
“Una tarea complicada
no solo por el gasto relacionado con la crisis, sino también por las presiones
preexistentes derivadas del envejecimiento de la población o las necesidades de
desarrollo, así como por la resistencia a aumentar el ingreso”, señala el organismo en el último Monitor
Fiscal.
Vulnerabilidades
Claro que para
determinar cuál es el momento indicado para reducir el déficit “se deberán
tener en cuenta las condiciones específicas de cada país; en especial, en qué
fase de la pandemia se encuentra, qué vulnerabilidades fiscales existen, cuál
es el riesgo de sufrir daños económicos y cuál es la calidad del gasto público.
Como así también los efectos distributivos de un eventual incremento del
ingreso tributario o una reducción del gasto público”, advierten los expertos
del Fondo.
Y si bien las
condiciones financieras han sido favorables y puede extenderse un poco más, a
pesar del aumento de la incertidumbre, del elevado nivel de deuda y de algunos
defaults soberanos; una caída pronunciada del ahorro mundial o una
fuerte y repentina suba de las tasas de interés tendría repercusiones negativas
para los mercados emergentes y las economías pre-emergentes vulnerables.
Pero en lo que
machaca el Fondo es en el compromiso con la sostenibilidad fiscal basado en
marcos creíbles (reglas e instituciones que orientan la política fiscal) porque
permite ganar tiempo y limitar los daños de la estabilización o reducción de la
deuda. “Cuando los prestamistas confían en la responsabilidad fiscal del
gobierno, resulta más sencillo financiar los déficits más importantes y los
mecanismos de refinanciamiento de la deuda”, recuerda el organismo en el caso
tanto de países con pleno o limitado acceso a financiamiento.
El Fondo destaca
que el compromiso con la disciplina presupuestaria y la comunicación clara de
las prioridades de política, respaldado por la transparencia fiscal, consigue
reducir los costos de financiamiento. “Los datos relativos a las
expectativas del sector privado indican que los anuncios presupuestarios han
tenido mayor credibilidad en los países en los que se aplican reglas fiscales y
disponen de organismos independientes para el monitoreo de las reglas. La
diferencia entre las previsiones oficiales y privadas del déficit fiscal fue un
1% del PIB inferior en los países que aplican normas de equilibrio
presupuestario.
A su vez, la
credibilidad de los anuncios presupuestarios se vio recompensada con una
reducción temporal de los rendimientos de los títulos soberanos de
aproximadamente 40 puntos básicos”, sostiene el estudio oficial. Además destaca
la reacción de los medios de comunicación a la suspensión de las reglas
fiscales, durante la pandemia, que fue más positiva en los países que gozan de
mayor transparencia fiscal. Sin embargo, “los anuncios de importantes ajustes
fiscales no siempre generan credibilidad fiscal, puesto que, en los pronósticos
privados del déficit presupuestario, se suelen descontar los efectos a corto
plazo sobre el déficit.
En general, la
solidez del marco fiscal puede contribuir decisivamente al fortalecimiento de
la credibilidad de las finanzas públicas”. En la práctica, “los gobiernos
pueden comprometerse con los esfuerzos fiscales futuros de diferentes maneras,
pero es posible que se necesiten algunas acciones por adelantado en países
donde el historial es débil, porque construir credibilidad lleva tiempo. Los
marcos fiscales que incorporan la reducción del déficit en el futuro pueden
adoptarse después de lograr el consenso necesario”, sentencian los funcionarios
del FMI.
Congelamiento de
precios: el Gobierno exigió a las empresas que entreguen hoy la lista con los
1200 productos que no aumentarán
Por Ximena
Casas - En su debut como
secretario de Comercio, Roberto Feletti cerró un rápido acuerdo con
empresas y supermercados un acuerdo para congelar el precio de 1.245 productos
de consumo masivo (alimentos, limpieza e higiene personal). A una primera
lista de 900, se sumaron en las últimas horas 345 más. Las compañías deberán
presentar este mismo miércoles a última hora una lista con los precios de esos
productos al 1º de octubre firmada por sus representantes legales.
Serán esas listas
las que funcionarán como base del acuerdo que deberán cumplir hasta el 7 d
enero de 2022 y que estará ya vigente a partir de mañana y que incluirá la lista
aun vigente de Precios Cuidados, sin aumentos. “El objetivo es aparear la
política de ingresos del Gobierno con una política de precios. Para eso tomamos
como base un indicador que mide el impacto de la canasta básica de un adulto en
el salario promedio de los trabajadores registrados. Ese indicador era de 9% en
2019, cuando asumió el Gobierno, y hoy está en 11%”, señaló Roberto Feletti
durante una charla con periodistas.
“El equilibrio social depende de que esta
presión sobre el salario baje”, agregó. El acuerdo se va a explicar en los
próximos días a las gobernaciones e intendencias. Ya hay previsto un encuentro
virtual con ministros de Producción de todo el país y también, en forma
presencial, con intendentes y organizaciones sociales y sindicales.
Luego del encuentro
con los empresarios de las principales compañías de consumo masivo y
supermercadistas, Feletti aseguró que el acuerdo fue “comprendido” por las
compañías porque está en el marco de un ciclo de expansión de consumo que se
prevé para los próximos meses. Y que la idea es que las empresas puedan ganar
por cantidad y no por precio. “Ninguna de las empresas dijo que no”, agregó.
A diferencia del
programa Precios Cuidados, la idea es que los precios acordados en esta nueva
lista —más amplia— estén vigentes no solo en las grandes cadenas de
supermercados sino también en supermercados de cercanía y almacenes. Aunque
sería un eje más a largo plazo junto con la llegada de empresas proveedoras más
chicas a las grandes cadenas.
“Vamos a un
trimestre de expansión de consumo. Es algo estacional. Hay paritarias, se cobra
el aguinaldo, están las fiestas y las vacaciones. Y con la caída de los
contagios hay mayor expectativa de circulación. No podemos permitir que el
crecimiento del consumo se frustre por una suba de precios”, aseguró el
secretario de Comercio que asumió en reemplazo de Paula Español.
Los precios de los
productos del acuerdo tendrán identificación en las góndolas (EFE/Juan Ignacio
Feletti también
confía en que el acuerdo servirá para lograr una baja en el índice de
inflación. “Como secretario de Comercio, nuestro trabajo es definir una
política de precios que tenga correlación con los salarios. Asumo la
responsabilidad de esa política de precios”, aseguró el secretario, que estaba
acompañado por la ex ministra de Producción Débora Giorgi y por el
economista Antonio Mezmezian, que se desempeñarán como subsecretarios del
área.
Consultado sobre la
presión de la brecha cambiaria o los precios de las materias primas puedan
tener sobre los precios de los productos del acuerdo, Feletti confió en que no
se espera un cimbronazo macroeconómico en los próximos meses. “Las empresas
tampoco lo están advirtiendo”, remarcó.
Los precios de los
productos que forman parte del acuerdo estarán identificados en las góndolas
aunque aun no se sabe si el programa contará con un nombre que lo identifique o
se mantendrá el de Precios Cuidados. “Se les pidió a las empresas que tengan un
rótulo y estén señalizados. En lugar de Congelados prefiero usar
Estabilizados”, dijo el secretario de Comercio.
Consultado sobre la
efectividad de estos acuerdos de precios, que ya fueron implementados varias
veces en la historia económica de la Argentina, Feletti aseguró que normalmente
este tipo de programas se aplicaban en momentos de sobre expansión de la
economía, donde la capacidad salarial era mayor.
Feletti aclaró que
el acuerdo es una primera etapa dentro de un plan de estabilización y que no
habrá una norma escrita, más allá de las listas de precios que presenten este
miércoles las empresas. Sin embargo, aclaró que habrá sanciones cuando se
produzcan desviaciones en los precios acordados. “Son las mismas sanciones que
ya están vigentes. Vamos a monitorear que se cumpla”, aseguró.
Con todo, el
funcionario detalló que quedan varias temas pendientes, que se irán resolviendo
más adelante: entre ellas, revisar otros sectores como, por ejemplo, el
packaging de los productos, o las materias primas como trigo y maíz. “Hay un
compromiso de ver situaciones heterogéneas por productos y por región, como la
industria del vino o de la yerba. Un compromiso de tratar esas tensiones”,
completó Giorgi.
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