Por Liliana
Franco - “No hemos tomado una decisión” señaló esta mañana la
directora del Fondo Monetario
Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, con relación al pedido argentino de
reducir los sobrecargos que cobra el organismo multilateral sobre
sus créditos.
El tema sigue en
discusión, afirmó en respuesta a una pregunta de Ámbito en el marco
de una conferencia de prensa ofrecida esta mañana en Washington. También ante
una consulta de este medio, sostuvo que “continúan trabajando” con
el Gobierno argentino “con un compromiso de ambos lados” de
definir un programa que sirva para que el país “pueda tener políticas
firmes para inducir el crecimiento privado, generar empleo genuino y el buen
uso de los recursos públicos para apuntalar a aquellos que más necesitan
apoyo”.
Precisó que en las
discusiones dentro del organismo “hay reservas en cuanto a
congelar los sobrecargos”, mayormente derivadas de la preocupación
por preservar la fortaleza que debe mantener el Fondo en el contexto de la
crisis internacional. Pero aclaró que el tema “no está resuelto ni en un
sentido ni en otro” y agregó que “también hubo apoyo para hacer
lo que el Fondo hace periódicamente, revisar los sobrecargos”. En este
sentido, afirmó que “la historia tendría que definirse como:
continuará”.
El Gobierno
argentino planteó al Fondo la reducción los sobrecargos que le aplica en el
pago de la deuda por haber excedido el 187% de su cuota en el crédito tomado en
2018 por la gestión de Mauricio Macri. Cabe
señalar que, si el directorio del organismo decidiera este cambio, sería para
todos los países y no para uno en particular.
La cuota argentina
del FMI suma unos 4.540 millones de dólares. El préstamo vigente con el país
alcanza a 45.453 millones de dólares a valor presente, según señala Joaquín Waldman de Ecolatina. El 187,5% de la cuota
equivale a 8.490 millones de dólares, de donde el país paga sobrecargos por U$S
36.963 millones. El 2% de sobretasa equivale a U$S 738 millones. En el Gobierno
calculan que, a lo largo del tiempo, la acumulación de estos
intereses (la refinanciación sería a no menos de diez años) implicarían un pago
adicional cercano a los 10.000 millones de dólares.
“Creíble y útil”
Georgieva sostuvo
que las negociaciones entre el FMI y las autoridades argentinas orientadas a
lograr un nuevo acuerdo continúan “de manera constructiva” y con
“un compromiso de ambos lados” por avanzar. Sin embargo, no precisó cuándo se
firmaría el entendimiento.
“Me reuní con el
ministro (Martín) Guzmán el compromiso es trabajar de manera constructiva.
Tenemos que encontrar un buen punto de acuerdo, donde
un programa para la Argentina sea visto como creíble y útil para para la gente
y así lo puedan apoyar”, indicó.
Cabe recordar que
ayer, el presidente Alberto Fernández le aseguró a un
grupo importantes empresarios que el acuerdo está cerca de lograrse toda vez
que el país enfrenta vencimientos por casi 20.000 millones de dólares el año
próximo que resultan imposibles de afrontar. Justamente los empresarios
manifestaron que se fueron más “optimistas respecto al futuro con el FMI”
Georgieva comenzó
la conferencia agradeciendo al directorio “por permitirle hablar” sobre la
controversia en torno de su gestión por un informe del Banco Mundial sobre
China y por permitirle seguir al frente del organismo.
En tal sentido,
remarcó el trabajo conjunto entre el FMI y el Banco Mundial durante la
pandemia. Respecto del informe, indicó que hubo una investigación que se
tradujo en la ratificación del board de principios de esta semana, pero admitió
que las investigaciones seguirán su curso. También enfatizó la “excelencia” de
las estadísticas del Fondo.
Tiempos desafiantes
Planteó a
continuación que el mundo vive “tiempos particularmente
desafiantes” por las perspectivas de inflación, el alto
endeudamiento y la divergencia en el acceso a las vacunas entre países. Para
ilustrar la profundidad de la crisis, señaló que “2024 habrá 160 países que no
habrán alcanzado los niveles de 2019″.
La funcionaria
destacó la “generosidad” de los países desarrollados para transferir
“voluntariamente” parte de los nuevos derechos especiales de giro (DEG) que
recibieron a fines de agosto a las naciones que más lo necesitan.
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