Sábado 9 - Por Marcelo Silva de Sousa - RÍO DE JANEIRO.– En su primera gira
internacional, el canciller de Argentina, Santiago Cafiero, dio un paso
importante para destrabar la relación con Brasil y despejar los fantasmas de
implosión en el bloque Mercosur. Junto a su par brasileño, Carlos Alberto
França, alcanzaron en Brasilia ayer un acuerdo para reducir un 10% el arancel
externo común (AEC) para la mayor parte de los bienes, demanda que venía siendo
levantada con fuerza por la administración de Jair Bolsonaro y que Argentina
terminó negociando.
El acuerdo, que
será trasladado a Paraguay y Uruguay para una aprobación rápida en el Consejo
de Mercado del Mercosur, llegó después de meses de una negociación que se
mantuvo en un pantano, rodeada de amenazas de ruptura para el bloque.
“El entendimiento
alcanzado contempla las distintas necesidades de los países miembros,
demostrando la capacidad del Mercosur para avanzar con vocación hacia la
actualización y adaptación de su estructura arancelaria a las condiciones actuales
del comercio regional y mundial en forma equilibrada respecto de las
capacidades productivas del bloque”, rezó la nota oficial publicada por ambas
cancillerías luego de la reunión de cancilleres.
El canciller
brasileño agasajó a Cafiero con un almuerzo, y luego ambos ministros
encabezaron una reunión ampliada en el Palacio de Itamaraty, en la capital
brasileña. Acompañaba a Cafiero el ministro de Desarrollo Productivo, Matías
Kulfas; la secretaria de Relaciones Exteriores, Cecilia Todesca; el secretario
de Industria, Ariel Schale; y el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli.
Por el lado brasileño,
França estaba
flanqueado por Roberto Fendt, secretario especial de Comercio Exterior del
ministerio de Economía de Brasil; el secretario de Asuntos Estratégicos, Flavio
Viana Rocha; y Pedro Miguel da Costa e Silva, secretario de negociaciones
bilaterales y regionales en América de Itamaraty.
La comitiva
argentina salió conforme de la reunión, con un cierto sabor a victoria. Por un
lado, por haber hecho lo que creen fue un avance contundente para fortalecer la
relación con Brasil, vínculo muy dificultoso en el último tiempo. Y además, por
haber podido imponer su deseo de dejar afuera de la rebaja del AEC a sectores
como el automotriz, textil y calzados, considerados muy vulnerables ante una
apertura drástica.
“Era muy público:
estaba todo roto (el vínculo). Sacamos adelante un acuerdo beneficioso para los
industriales”, se jactó Cafiero, según reconstruyó LA NACION. El canciller dejó
Itamaraty conforme por haber consensuado con los brasileños la exclusión de
ciertos sectores, vital según la administración de Alberto Fernández para
proteger puestos de trabajo.
Más allá de las
diferencias ideológicas entre el presidente argentino y Bolsonaro -quien a
menudo señala al país como ejemplo del “colapso” de las políticas de
izquierda-, el país venía siendo presionado por Brasil y Uruguay para abrir la
unión aduanera del Mercosur y reducir el AEC. La misión de Cafiero era
justamente sellar un acuerdo -densamente trabajado estos meses por los equipos
técnicos de las cancillerías- y archivar definitivamente las amenazas -al menos
retóricas- de ruptura.
El desafío más
reciente lo había sido puesto sobre la mesa por el ministro Economía de Brasil,
Paulo Guedes, que aseguró que Brasil no estaba dispuesto a aceptar el bloque
como herramienta ideológica, invitando a irse a quienes no estuvieran
dispuestos acompañar la integración en la economía global. La postura había
intranquilizado a la Casa Rosada, aunque sin generar alarmismo.
La visita y el
acuerdo para revisar el AEC pudo haber sido un divisor de aguas en la relación
entre Argentina y Brasil, coincidían ayer del lado brasileño.
“Fue un encuentro
excelente. Sólo tocamos temas positivos, y la nota de las cancillerías es prueba
de eso”, dijo a LA NACION un miembro de la comitiva brasileña testigo de la
reunión.
Durante los meses
que la negociación se mantuvo trabada, diplomáticos argentinos siempre
intentaron separar las arremetidas de Guedes -la espada más dura dentro del gobierno
de Bolsonaro para liberalizar el bloque- con la de los diplomáticos brasileños,
más predispuestos al diálogo.
Guedes había
empujado por una revisión más ambiciosa del AEC, originalmente de 50% y luego
reformulada a 20% para todos los bienes, la mitad este año y la otra mitad en
2023. El acuerdo significó un revés para el ministro, quien vivió una de sus
peores semanas en el gobierno tras quedar bajo la lupa por los Pandora Papers,
que revelaron una cuenta offshore a su nombre en Islas Vírgenes Británicas.
Las cancillerías,
por último, se comprometieron a trabajar para realizar un foro empresarial del
Mercosur y alcanzar acuerdos extrarregionales, otro de los puntos que también
Uruguay reclama. Además, Cafiero y França acordaron en que Brasil y la Argentina
sigan explorando proyectos para que el país exporte gas del yacimiento
argentino Vaca Muerta.
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