Por Martín
Kanenguiser - El Banco
Mundial estimó hoy que el país crecerá 7,5% este año -tras la caída del 9,9%
del 2020- y que sumará un 2,6% en 2022 y 2,1% en 2023. Además, consideró que el
Gobierno necesita acordar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para
evitar que se acelere más la alta inflación del país, que ya ronda el 52% en el
último año.
La estimación para
el año próximo se ubica por debajo de la que realizó el gobierno nacional en el
presupuesto que envió al Congreso Nacional en septiembre, que prevé un rebote del 4 por ciento para
el año próximo; por su
parte, los analistas privados calculan que el crecimiento será del 6,5% este
año y del 2,5% tanto en 2022 como en 2023, según el último informe de
FocusEconomics Consensus Forecast LatinFocus.
Además, en una
conferencia de prensa, el economista jefe del banco para la
región, William Maloney, pidió bajar los subsidios energéticos a los
sectores que no los necesitan para mejorar la eficiencia del gasto público.
Maloney dijo que no
ve una aceleración descontrolada de los precios en el país: “La inflación
esta cerca del 50%, pero el Gobierno sigue contando con algunas herramientas
para evitar que la crisis se profundice, como llegar a un acuerdo con el FMI y
aclarar las expectativas; sin embargo, estamos hablando del corto plazo y
una vez que haya más estabilidad, el país debe abordar sus problemas
estructurales de mediano plazo porque no ha crecido casi en la última década”.
La semana próxima
se conocerá el informe de perspectivas económicas del FMI (WEO, según su sigla
en inglés), que en junio último estimó que el país crecería 6,4% este año
y 2,4% el próximo.
En su informe sobre
la región, la entidad que preside David Malpass mejoró sus
perspectivas sobre la Argentina, ya que en junio había estimado un crecimiento
del 6,4% para este año y del 1,7% para el próximo. En el Mercosur, Brasil
crecería el año próximo 1,7%, Paraguay 4% y Uruguay el 3,1%; además, México
registraría una mejora del 3%, Chile del 2,4% y Bolivia del 2,4%, frente al 2,8%
de promedio que se prevé para la región en 2022.
Así lo precisó hoy
en su informe semestral sobre América latina y el Caribe, denominado “Recobrar
el crecimiento: Reconstruyendo economías dinámicas pos-COVID con restricciones
presupuestarias”, divulgado antes del inicio de la asamblea anual conjunta
con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que se realizará la semana próxima
en Washington.
Pedido de reformas
En el informe, el
banco consideró que “se necesitan reformas urgentes para impulsar el
crecimiento y evitar otra década perdida en América Latina y el Caribe”.
“Las secuelas de la
crisis de COVID-19 llevarán años en desaparecer si los países de América Latina
y el Caribe no toman medidas inmediatas para impulsar un deslucido proceso de
recuperación de la pandemia, con la pobreza en su mayor nivel en décadas, de
acuerdo con un nuevo informe del Banco Mundial”, indicó el reporte difundido
desde Washington.
“Si bien se prevé
que el crecimiento regional se recupere un 6,3 por ciento en 2021, junto a
una aceleración de la vacunación y una caída en las muertes por
COVID-19, la mayoría de los países no logrará revertir del todo la
contracción de 6,7 por ciento que tuvo lugar el año pasado. Más aún,
las previsiones de crecimiento para los próximos dos años caen por debajo del
3 por ciento, un regreso a las tasas de crecimiento bajas de la década de
2010, generando preocupación de una nueva década perdida en términos de
desarrollo”, indicó. Es el caso de Argentina, que no recuperará este año
lo que perdió en 2020.
“Para alcanzar el
ritmo de crecimiento necesario para hacer avanzar a la región y reducir las
tensiones sociales, esta debe llevar a cabo de forma urgente reformas muy
postergadas aunque viables en el ámbito de la infraestructura, la
educación, la salud, la política energética y la innovación, además de encarar
los nuevos desafíos planteados por el cambio climático”, según el informe.
Al respecto,
Maloney sostuvo que “la buena noticia es que la región está creciendo por
el avance en la vacunación, pero la recuperación es más lenta que lo
esperado porque no estamos recuperando en promedio lo que perdimos. El
crecimiento de 2022 es insuficiente para reducir la pobreza”.
“Necesitamos
cambios que permitan que la región vuelva a crecer como en la década pasada,
pero en un contexto de recursos fiscales reducidos. Además, las presiones
inflacionarias pueden aumentar las tasas de interés, haciendo más difícil el financiamiento
en los mercados internacionales”, indicó el economista.
En este sentido,
para los analistas el crecimiento particular de la Argentina depende en buena
medida de la posibilidad de un acuerdo con el FMI que permita refinanciar el
vencimiento de la deuda de USD 45.000 millones que contrajo el gobierno de
Mauricio Macri en 2018, con pagos por USD 19.000 millones en 2022. Si se
lograra, el Gobierno debería mostrar un plan económico que podría anclar más
las expectativas, calmar la actual tensión cambiaria y comenzar a implementar
las reformas que piden tanto el FMI, el Banco Mundial como los inversores
privados para volver a confiar.
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