Por Mariano
Jaimovich - Las distintas medidas restrictivas que existen en Argentina
para operar en el mercado de cambios, como forma de contener la venta de
dólares y su precio en los distintos segmentos, generan efectos negativos
en la actividad e inflación. También una brecha cambiaria que tiende a ser cada
vez mayor, algo que preocupa.
Medidas que se
prolongan en el tiempo mucho más allá de lo "prometido" por
las autoridades, debido a que los desequilibrios
macroeconómicos de fondo no se solucionan.
De hecho, los
actores precisan que se implemente un esquema que brinde la suficiente
confianza para intentar eliminar los controles cambiarios.
La realidad muestra
otra cosa: más restricciones y más cepo con el fin de contener
los escasos dólares que se encuentran como reservas en el Banco
Central.
Por lo tanto, entre el tipo de cambio oficial, que
tiene una cotización "contenida" con meros fines electorales, y el
precio de las divisas que se pueden adquirir en el mercado libre, existe
una distancia –brecha- cada vez mayor.
Hoy el billete
mayorista, que es el convalidado para bancos y comercio internacional, se ubica
en torno a los $99, mientras que el informal blue se
vende en torno a los $185. Es decir, una diferencia, o brecha,
de 87%. Y en cuanto al financiero, la "separación" respecto al
oficial es del 78%.
"Las últimas
medidas conocidas hacer algunas semanas van en la línea de seguir
ajustando el cepo", dice a iProfesional el economista Roberto
Geretto, portfolio manager de Fundcorp.
Y completa:
"Con el mercado oficial totalmente controlado por el Banco Central, hace
ya un tiempo, la atención pasó a los dólares financieros. De ese modo, el hecho de establecer que para liquidar operaciones de
títulos en dólares se debe hacer necesariamente contra una cuenta local en
dólares (si es dólar MEP) o
del exterior (si es dólar cable), quitó mucho volumen en el mercado".
Además, sostiene
que muchos minoristas no tienen acceso a una cuenta en el
exterior, y también son susceptibles de algún tipo de "fiscalización
o pedido de documentación" por parte de los bancos, si es que tienen más
de una transferencia en sus cuentas locales en dólares.
"Las mayores restricciones cumplieron el objetivo
de quitar profundidad al mercado, haciendo que las ventas realizadas por el BCRA para
contener los dólares financieros tengan más efecto, ahorrando así
(potencialmente) divisas", resume Geretto.
Sin embargo, la
contracara de esto es el aumento en el volumen de los otros mercados
cambiarios. En concreto, el blue para
el ahorrista minorista, y el de negociación bilateral (Senebi) para las
operaciones mayoristas.
Dólar y brecha
Al momento, para
este analista lo "único cierto" para las próximas semanas
es que la coalición gobernante llevará acabo una aceleración fiscal y monetaria
de cara a las elecciones generales de noviembre.
A modo de ejemplo,
este economista indica que en los primeros días de septiembre, el Banco Central
ya transfirió al Tesoro $140 mil millones, equivalentes al casi 5% de la base
monetaria.
"Por tanto, es
de suponer que esta expansión, más temprano que tarde, ejercerá
presión en la brecha, por lo que, probablemente, tanto el Banco Central
como la CNV realizarán otra ´vuelta de tuerca´ al cepo", proyecta
Geretto.
Y a esto se agregan
los vencimientos del Tesoro en pesos por alrededor de $1 billón, donde lo que
no se logra "rollear" (volver a colocar), se emite. Es decir, esta es
otra potencial fuente de expansión monetaria.
"De hecho, el
primer paso ya se dio, el cual fue el cambio de los DEGs del FMI por
pesos, y simultáneamente de DEGs por una Letra Intransferible para que vuelvan
al Tesoro. Esto permite al Tesoro conseguir financiamiento por $430 mil
millones (1% del PBI)", advierte Geretto.
Al margen del
anuncio en sí mismo, este economista sostiene que "es poco probable"
que en menos de 2 meses se produzca un impacto económico, que pueda hacer
revertir el resultado de las PASO.
"En cambio, creo que en
el corto plazo el impacto se verá mayormente en el mercado
cambiario, en especial
la brecha", alerta.
Importaciones y dólar
Por su parte,
en el mercado oficial, este analista advierte que lo "más
relevante" a analizar son las importaciones.
Cabe recordar que
la necesidad de divisas por importaciones comenzaron el año en
niveles muy deprimidos, en unos u$s3.500 millones mensuales. Pero, con el
rebote del nivel de actividad post-pandemia, en el segundo trimestre ya
mostraban niveles promedio de más de u$s5 mil millones. Y para julio ya estaban
en torno a u$s5.700 millones.
"Teniendo en cuanta que las reservas netas
líquidas son menos de u$s2 mil millones, queda claro que el mercado cambiario es muy dependiente
de los flujos, donde la estacionalidad de las exportaciones de cara a los
próximos meses no ayuda", enciende las alarmas Geretto.
Por lo tanto,
agrega que, para el mercado oficial, "también es esperable un nuevo
ajuste del cepo. Y aquí la disyuntiva para las autoridades es entre perder
reservas o limitar las importaciones, lo cual pone un techo al nivel de
actividad".
Esto se lee como
que puede generar inflación desde el incremento de precio de
los dólares financieros, en caso que los importadores no tengan acceso al mercado oficial.
Post-Noviembre
Ahora bien,
las elecciones legislativas de noviembre están prácticamente a la
vuelta de la esquina, y se calcula que lo más probable para los próximos meses
será una mayor presión en la brecha.Por lo que queda el interrogante respecto a
qué ocurrirá con el dólar post-noviembre.
"Esto
dependerá no sólo del rumbo que determinará la coalición gobernante, sino
también del acuerdo con el FMI. Desde lo cambiario, es de esperar
que aumente el crawling (deslizamiento de precio) del dólar
oficial, a efectos de no seguir atrasando el tipo de cambio frente a
la inflación, que va a repuntar en los primeros meses del
2022 desde el actual piso del 2,5% mensual", resume Geretto.
Y completa:
"Salvo que la realidad lo imponga, o el Gobierno perciba que con un
crawling la macroeconomía no va a arrancar, dada la magnitud de la
brecha, el mercado estima que es poco probable que ocurra
un salto discreto por las consecuencias política y sociales que ello
conlleva".
En conclusión, para
este analista, lo más probable es que post-noviembre siga
al deslizamiento del precio del dólar oficial, pero a un ritmo
mayor. Y que sólo se tenga un salto en el dólar oficial dentro del marco de un
plan acordado con el FMI.
"Esto último
se daría si el Gobierno percibe que es la única manera de licuar los
desequilibrios macroeconómicos para llegar con más aire al 2023.
Devaluar sin un acuerdo con el FMI parecería traer mayores riesgos",
baraja Geretto.
De todos modos, sostiene que con o sin salto discreto
del dólar oficial,
el actual contexto de
incertidumbre y desequilibrios económicos, en especial, el fiscal y
monetario, "están lejos de ser resueltos".
"En el mejor
de los casos, un acuerdo con el FMI brindará una hoja de
ruta para solucionar estos desequilibrios, permitiendo así una reducción
gradual de la brecha y relajamiento del cepo, quien hace rato llegó para
quedarse por buen tiempo. Es decir, es el nivel de restricciones endógeno al
devenir macro", completa.
Más allá de lo que
ocurra en las elecciones de noviembre, el mercado tiene en claro que el aspecto
que pesará más de acá en adelante será cómo el Gobierno resolverá y encarará
los próximos 2 años que le quedan de gestión, y no tanto las expectativas de
cambio de gobierno para el 2023.
"Los desequilibrios
macroeconómicos actuales y para después del 2023 son muy
grandes para cualquier signo político", subraya Geretto.
Es decir, parece
difícil pensar que el resultado electoral de noviembre "pueda hacer torcer
el rumbo de los activos y empiece un rally", pronostica.
Entonces, en un
escenario base, se puede considerar que la brecha va a
"evolucionar en línea con la inflación".
"En caso que
se tenga un mayor nivel de confianza asociado a un acuerdo con el FMI, estará
perdiendo contra el movimiento de los precios", alerta Geretto.
Por lo tanto,
sostiene que, en caso que la falta de confianza no se logre revertir, es
probable que "vengan mayores medidas de ajuste al cepo, o siga la política
monetaria y fiscal altamente expansiva, por lo que la brecha estará
por encima de la inflación".-
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