Por Sofía Diamante - El Gobierno enfrenta un mes desafiante en términos
de financiamiento que, en caso de tener malos resultados, podría generar mayor nerviosismo en el
mercado y esto se vería reflejado en los precios de los tipos de cambio libres.
En
concreto, en octubre hay vencimientos de deuda por $310.000 millones, de los
cuales casi el 75% está en manos de privados ($230.000 millones), según datos
de la consultora Ecogo.
El
primer test del mes comienza hoy, con la convocatoria del Ministerio de
Economía a una licitación para cubrir el primer gran vencimiento: el Bonte 2021
(TO21) de $77.7000 millones. El mes pasado, Economía mejoró su tasa de
renovación de deuda, que fue de 107%, y logró hacerse de $39.532 millones de
financiamiento neto, según la consultora Equilibra, luego de que en agosto no
alcanzara a cubrir los vencimientos (un roll over de 97,5%). Sin embargo,
todavía está lejos del promedio de renovación de 124% que tenía en el primer
semestre.
Con
esta dificultad para captar pesos del mercado, el Tesoro está lejos de cumplir
con su meta del presupuesto de este año, en el cual aspiraba a cubrir el gasto
del Estado con una proporción de 60% por parte de emisión del Banco Central
(BCRA) y un 40% del mercado. En lo que va del año, el Central asistió a
Economía en $960.000 millones, mientras que el mercado de deuda local aportó
$413.234 millones, resaltó en su último informe Equilibra. Es decir, el mix de
financiamiento es 70%-30%.
Otra meta incumplida
El año
pasado, en pleno nerviosismo del mercado, cuando el dólar blue llegó a $195 y
la brecha cambiaria superó el 100%, el ministro de Economía, Martín Guzmán,
llegó a prometer que intentaría que el mix de financiamiento sea de 60% a
través de deuda local y 40% por emisión para calmar la situación, una meta que
quedó inalcanzable y que prende de nuevo las alarmas sobre la economía.
Con el
mercado internacional cerrada y la negativa del Tesoro de subir las tasas de
interés en el mercado doméstico, la casi única vía de financiamiento que tiene
el Gobierno es el BCRA. El viernes último, en un intento de lograr mayor
apetito por sus bonos, la Comisión Nacional de Valores (CNV) flexibilizó su
regulación para que los fondos comunes de inversión (FCI) puedan comprar deuda
del Tesoro. Sin embargo, los economistas dudan de que los títulos que ofrece el
Gobierno sean atractivos para los fondos de money markets, como se les dice en
la jerga financiera.
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