Por Pablo
Sieira - Envalentonados por el triunfo en las PASO y el inicio de la campaña
para las legislativas del 14 de noviembre, los dirigentes de Juntos por el
Cambio empiezan a poner todos sus recursos en seducir a la vasta población
que no fue a votar en el primer test electoral, mientras hace sonar los
tambores en la Cámara de Diputados con un llamado a ir por el sillón de Sergio
Massa.
La participación en
las elecciones primarias del 12 de septiembre sobre el padrón nacional fue del
66%, la más baja desde 2010, es decir, desde que existe este mecanismo. En
todo el territorio nacional sufragaron algo más de 23 millones de las
34.330.557 habilitadas para emitir su voto.
En comparación con
las primarias de 2019, cuando la concurrencia fue del 76,4%, esta vez fueron a
votar unas 2,5 millones de personas menos. El nivel de ausentismo fue también
muy superior al de las PASO legislativas de 2017, cuando votó el 75,9%. En las
de 2015 asistió el 74,9%; en 2013 el 75% y en el debut de 2011 el 79%.
Sin embargo, en
todos esos casos, la cantidad de gente que fue a votar para las generales
creció entre 1 y 5 puntos respecto de la participación en las primarias, lo que
hace que tanto el oficialismo como la oposición miren con avidez a ese 34% del
padrón que no votó en las últimas PASO.
"En realidad
no importan los votos que fueron a (Javier) Milei o los que fueron a (José
Luis) Espert, importan los de la gente que no fue a votar", señalaron
a iProfesional fuentes que trabajan en la campaña de Juntos por el Cambio.
De esta manera señalan que no les preocupa una fuga de
votos "por derecha" hacia la corriente libertaria que representan
Milei en la Ciudad y Espert en la Provincia, sino que apuestan a retener los votos cosechados con las varias listas
que presentaron en las PASO y atraer a los que fueron indiferentes en las PASO.
El primer punto
está en marcha. La campaña de Juntos por el Cambio tras las PASO bajo su
intensidad a la espera del relanzamiento previsto para el 7 de octubre, según
adelantaron a este medio fuentes del espacio.
Con esa fecha como
punto de orientación, el candidato a diputado por la Provincia Diego
Santilli ya mantiene reuniones con el equipo que acompañó al
radical Facundo Manes. Se espera que el neurocientífico, que irá en el tercer
lugar de la boleta, vuelva del exterior para la próxima semana a fin de iniciar
la campaña conjunta.
Vidal hace lo
propio en la Ciudad de Buenos Aires con Ricardo López Murphy,
que irá en el cuarto lugar de la lista apadrinada por el jefe de Gobierno
porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Sus recorridas y visitas a estudios de
televisión menguaron pero volverán a intensificarse a mediados de octubre,
según señalaron en su entorno.
El otro punto, el
de convencer a las personas que no fueron a votar en las PASO y mejorar los
números obtenidos, es obviamente el más importante para los referentes de
Juntos por el Cambio, que ven allí la posibilidad de hacerse con el control de
la Cámara de Diputados.
Alcanzar convertirse en primera minoría, incluso con aliados
-como podrían ser Milei y Espert- le permitiría a Juntos por el Cambio
reclamar la presidenta de la Cámara baja, que constituye el tercer peldaño de la línea de sucesión del
Presidente de la Nación. La idea es ponerle un "límite institucional al
kirchnerismo", según dejan trascender en la Coalición Cívica de Elisa
Carrió.
Desde afuera del
Congreso y de la campaña, Carrió impulsa esa idea en tándem con la
presidenta del PRO, Patricia Bullrich, que empezó a sacar cuentas con
sus "halcones" del interbloque con la esperanza de alcanzar ese
objetivo. Y en las últimas horas se sumó a ese intento, para sorpresa de
muchos, el sector de Rodríguez Larreta.
La encargada de
ponerlo en palabras fue Vidal, durante una transmisión por la red social Twitch
junto a su jefe político, donde sostuvo que "hay que lograr un bloque de
120 diputados" y afirmó: "Ahora la oportunidad es frenar el quórum en
ambas cámaras y tener la presidencia de la Cámara de Diputados".
La actividad tuvo un doble uso: por un lado, es una de
las formas de salir a buscar a quienes no fueron a votar, principalmente entre
los electores más jóvenes, dado que el público promedio de Twitch oscila entre
los 16 y los 34 años, según datos de la propia red social. Por otro lado,
sirvió para enviar el mensaje de que
también el sector más "moderado" puede plegarse al intento por
controlar la Cámara baja.
De todos modos, en
la coalición opositora hay también algunos más prudentes frente a esa
posibilidad, principalmente en la UCR. Allí recuerdan que el único antecedente
de una oposición ocupó la presidencia de Diputados fue en 2001, cuando el PJ
ubicó allí a Eduardo Camaño en reemplazo del radical Rafael Pascual, mientras
el gobierno de Fernando De la Rúa tambaleaba.
Además, plantean
dudas sobre la posibilidad de quedar "pegados" a una especie de
"cogobierno" con el Frente de Todos, y con la vicepresidenta
Cristina Kirchner denunciando desde el Senado de la Nación un "golpe
institucional".
Por esa razón, hay
quienes desconfían de que Larreta termine finalmente formando parte de esa
movida y especulan que podría tratarse de una táctica para captar a los
votantes que simpatizan más con la "línea dura" de la oposición.
"Todo se verá en diciembre", subrayan las fuentes consultadas.
La mirada desde el
oficialismo
El 34% del padrón
que no fue a votar es también un objetivo clave para el Frente de Todos, mucho
más necesitado de mejorar su rendimiento en las primarias ante
la amenaza de perder no solo la primera minoría
en Diputados, sino también la mayoría en el Senado.
En la coalición oficialista creen que su derrota en las PASO
se debió, entre otros factores, al ausentismo, especialmente en los
barrios populares. Evalúan que algunas de las personas que los votaron en 2019 en rechazo a la gestión de
Mauricio Macri se abstuvieron en este turno, decepcionados con la ausencia de
mejoras económicas en los dos años que lleva de gobierno Alberto Fernández.
Hacia allí apunta
la renovada presencia territorial por parte de funcionarios nacionales como
Juan Zabaleta y Gabriel Katopodis, encargados de Desarrollo Social y Obras
Públicas, respectivamente, bajo la batuta del jefe de Gabinete, Juan
Manzur, posicionado como coordinador de la campaña.
El Gobierno mira
también a los sectores de clase media que en el mejor momento del kirchnerismo
solían acompañarlos, pero que ahora mostraron desencanto o directamente rechazo
a la oferta oficialista. Medidas como la suba del piso para el Impuesto a las
Ganancias hasta los 175 mil pesos de sueldo bruto y el anuncio de la
eliminación de retenciones a la exportación de servicios van en ese
sentido.
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