Por Camila
Dolabjian.- Tras la derrota en las PASO, el Gobierno se abocó a gestar medidas
de alivio, incentivo y reactivación económica a corto plazo. Se anunciaron más
de 15 decisiones, propuestas y programas, entre los que se destacan la suba del
piso exento del impuesto a las ganancias; el plan Registradas, para blanquear
al servicio doméstico; la suba del salario mínimo, vital y móvil; la extensión
del Repro II; la eliminación de las retenciones a las exportaciones de
servicios y a las incrementales de la industria automotriz, y el plan Previaje
para jubilados del PAMI.
El aumento del
gasto público, el peso sobre el déficit y la aceleración de la emisión
monetaria que generarán esas medidas preocupan a los especialistas, pero,
además, abren interrogantes sobre la utilidad real del esfuerzo que el fisco
tendrá que hacer para soportar el plan “platita en el bolsillo”. La pregunta
que surge es: ¿hasta qué punto las medidas tendrán un impacto positivo en la
sociedad en el corto y el mediano plazo?
La consultora
Abeceb realizó un informe sobre las limitaciones del plan del Gobierno y
quiénes serán sus probables perdedores. “Las iniciativas significan riesgos y
oportunidades diferenciados para los sectores productivos. Si los estímulos son
limitados, los resultados también lo son: las sumas por única vez no resuelven
el deterioro de los ingresos reales. Las líneas de financiamiento e incentivos
tributarios no moderan la incertidumbre cambiaria ni los efectos del cepo. Así,
es difícil pensar que se pueda lograr reducir la mayor incertidumbre económica
inaugurada en las PASO”, dice el informe.
Según la
consultora, hay tres motivos por los que el plan tendrá rendimientos
decrecientes. En primer lugar, los estímulos de corto plazo no podrán cambiar
la situación ni la percepción sobre el entorno socioeconómico para mejorar los
niveles de consumo. En el caso de medidas como el aumento del salario mínimo y
de la suba del piso exento de Ganancias, la inflación contrarrestará el efecto
de los mayores ingresos antes de fin de año. Además, las “inyecciones por única
vez”, como el IFE, se consumirán en gastos postergados por un período muy
acotado y posiblemente en fechas emblemáticas, como el Día de la Madre.
“Se vuelven a
repetir esquemas anteriores a la elección de las PASO, como Ahora 12, el bono
para jubilados o los aumentos de paritarias. Esto en rédito electoral no se
vio. La población está pidiendo soluciones más de fondo, que tengan que ver con
un programa país más contundente y un análisis de costo beneficio de las
medidas que se adoptan”, dijo Belén Rubio, responsable de análisis sectorial de
Abeceb.
El segundo motivo
por el que las medidas no tendrían el impacto deseado se relaciona con los
bancos, que están imponiendo límites al crédito como medida de prevención de
riesgo ante los altos niveles de endeudamiento de las familias y el uso de
planes de cuotas, como el Ahora 12. “Afecta a los planes que intenten empujar
el consumo de bienes durables y semidurables de mayor costo. Las familias ya
vienen utilizando estos esquemas de financiamiento, y entonces las cuotas se
van acumulando. No es lo mismo un programa novedoso que seguir poniendo en la
mesa las mismas opciones”, comentó Rubio.
Por último, la
consultora explicó que parte de las compras de reposición, como televisores,
mobiliario o electrodomésticos, ya ocurrieron ante la mayor permanencia en casa
(por la cuarentena) y los picos de consumo a fines de 2020 y principios de
2021.
A continuación, un
análisis de cómo impactarán las medidas en cada sector de la economía:
Servicios del tiempo libre:
“Impactan más en la
economía la liberación de las restricciones que los planes de fomento. Aumentan
los consumos postergados vinculados con el ocio, como transporte de personas,
organizaciones de eventos, reuniones sociales y de esparcimiento, turismo,
recreación, gastronomía, cuidados personales y entretenimiento. La red de
servicios se empieza a mover, principalmente en los grandes centros urbanos.
Sin embargo, el impacto económico es limitado por el poder adquisitivo de los
salarios”, explicó Blanco.
Consumo masivo: por
un corto lapso y de manera limitada, se verán beneficiados por el aumento del
efectivo en mano de los clientes y por los picos de consumo en el Día de la
Madre y Navidad los sectores de pequeños electrodomésticos o tecnología (celulares),
textil, calzado, higiene y alimentos y bebidas. “El consumo masivo continuará
reponiéndose desde niveles muy bajos. Tras sufrir el efecto de la aceleración
inflacionaria de principios de año, aún no da señales de una reanimación
visible. En los próximos meses, la mejora puntual en los ingresos permitirá
lograr al menos un tibio repunte desde niveles muy bajos. Las políticas de
control de precios (Súper Cerca, Precios Cuidados) seguirán vigentes,
condicionando la rentabilidad de las empresas proveedoras”, dijeron en Abeceb.
Importaciones: el Gobierno está restringiendo las importaciones de bienes
finales y algunas de bienes intermedios para la industria. Tendrá un impacto
negativo en el acceso a algunos productos, como autos, repuestos, calzados y
ropa de primera calidad. Además, hay preocupación por insumos tales como
botellas de vidrio para envasar vino y aceite.
Industria: “Los
mayores frentes de alerta no se modificaron. Aquellas empresas orientadas al
mercado interno quizá puedan aprovechar los movimientos en el consumo, y
algunas, en el margen, los escasos créditos a través de las líneas como
Transformación Productiva, u otras activas con financiamiento vía Fondep”,
dijeron. Sin embargo, apuntan a que el aumento de la producción local también
está atado a las limitaciones de importaciones en rubros como autos, motos,
juguetes y maquinaria agrícola, entre otros. En el mediano plazo podría tener
un efecto negativo en el acceso a productos.
Autos: no se espera
una recuperación. Observan con preocupación la discrecionalidad en la
asignación de cupos, la falta de programas de financiamiento y un mercado
rígido por el limitado ingreso de vehículos importados.
Inversiones: “La
alerta por la escasez de divisas obliga a analizar con cautela el impacto de
algunas de las medidas anunciadas para promover las inversiones. En el caso de
las extractivas, la reglamentación del decreto 234/2021 es una buena noticia,
con mayor impacto potencial para la minería de litio que para las metalíferas.
Por otra parte, la ley de hidrocarburos continúa empantanada por el debate en
la coalición gobernante. La única certidumbre del sector es el Plan Gas, con el
barril criollo como prenda de cambio por algunos dólares de exportación para
las petroleras. La eliminación de las retenciones a los servicios no logra
modificar el escenario, en un entorno donde muchas empresas ya podían acceder
al beneficio a partir de la ley de economía del conocimiento, y donde el mayor
problema sigue siendo el tipo de cambio de referencia al que ingresan las
divisas”, sostiene Abeceb.
Construcción: hay
una percepción mixta. Por un lado, el Gobierno está reactivando las obras
públicas de corta duración y rápida ejecución, como programas de vivienda,
puesta en valor de espacios urbanos y pavimentación. Se ve con pesimismo la
posibilidad de dinamizar obras de infraestructura o grandes construcciones
debido a que tanto para el Estado como para el privado el acceso al
financiamiento está limitado por el riesgo de la economía argentina. Blanco
aseguró que la crisis en el Gobierno tuvo un efecto negativo en los inversores
inmobiliarios, que pausaron la toma de decisiones sobre sus proyectos.
Exportaciones: “El
perfil exportador seguirá siendo una fortaleza, aunque se enfrenta al riesgo de
mayores restricciones para garantizar el abastecimiento interno y mira de reojo
la caída en las perspectivas de crecimiento de Brasil (1,6% anual hoy, contra
2% en agosto pasado) en un año electoral. En este punto, el agro tiene la llave
para aliviar o profundizar las tensiones. El diálogo con la Mesa de Enlace por
las restricciones a la carne busca dar señales a otros productores, preocupados
por la potencial extensión de esquemas de cupos. No obstante, las mayores
amenazas no están hoy bajo el dominio de las autoridades: si bien se
mantendrían elevados, los precios internacionales estarán influidos por la
dinámica de los mercados financieros”, dijeron en Abeceb.
Pero la mayor
preocupación de los especialistas es el año próximo, cuando se sentirán las
consecuencias del raid de gasto público en la inflación y el déficit. “Más allá
del alivio de corto plazo, la escasez de dólares y la limitada recuperación del
poder de compra continuarán condicionando el margen de expansión del consumo y
la producción, anticipando más cepo y la necesidad de mayores controles a las
importaciones”, concluyeron.
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