Por Javier Blanco -
El Banco Central debió aportar ayer cerca de US$200 millones de sus reservas,
el 31,3% de los US$633,2 millones negociados en el mercado oficial. Así, cerró
septiembre con una pérdida de US$950 millones en sus tenencias netas de
divisas.
El Banco Central (BCRA)
debió aportar al mercado ayer cerca de US$200 millones de sus menguantes
reservas propias, el 31,3% de los US$633,2 millones negociados en el mercado
oficial en la rueda de del día.
Así cerró
septiembre con una pérdida de US$950 millones en sus reservas netas, solo por
intervenciones en el mercado de contado.
Se trata de la
mayor venta por esta vía en 11 meses, ya que se había desprendido de US$1090
millones en octubre de 2020, mes que había sido el último de grandes ventas ya
que luego impactó la nueva adecuación normativa que restringió algo más la
demanda en busca de generar las condiciones necesarias para que el BCRA –que se
estaba manejando por entonces con reservas líquidas negativas– comenzara una
recuperación de su tenencia propia.
El dato confirma
que la ampliación de entre 4,5 y 14 puntos que registró la brecha cambiaria
durante septiembre (pasó del 81 al 93% en el caso del CCL no intervenido y del
81 al 95% en el caso del dólar Senebi) aumentó la presión sobre las reservas
internacionales, acelerando una dinámica que los analistas coinciden en
describir como “insostenible”.
En especial, porque
a la pérdida de reservas que sufre el Central por las ventas directas que se ve
obligado a realizar para atender los pedidos de compra que pasaron los filtros
oficiales se agrega la que sufre por las intervenciones que realiza en el
mercado bursátil con bonos para tratar de contener artificialmente los precios
referenciales de los dólares al cierre de cada rueda, y luego de tener que
resignarse a que marquen día a día máximos en la mitad de la operatoria.
“En agosto, según
los últimos datos del balance cambiario, la entidad venía de registrar una
pérdida extra de US$279 millones para controlar los precios finales del dólar
MEP o CCL. De este modo, ya había acumulado ventas por US$1404 millones en lo
que va de 2021 por esa operatoria”, hizo notar recientemente la consultora
Delphos Investment.
Esto quiere decir
que si se considera que la intervención de septiembre en ese segmento de
mercado fue aún mayor (como coinciden en describir los operadores y se hizo
notar por la ampliación de volúmenes negociados), se concluye que la pérdida de
reservas netas y líquidas propias debe haber tenido un “piso” próximo a los
US$1300 millones en total en el mes, lo que justifica las proyecciones que
indican que se quedaría sin reservas propias al filo o incluso antes de la
elección de noviembre.
“Hay que tener en
cuenta además, por caso, que la cuenta viajes fue deficitaria en unos US$300
millones mes. Con apertura de fronteras esos egresos tenderán a crecer, al
reabrirse una canilla que estaba bastante cerrada”, hacen notar desde la
consultora Gabriel Rubinstein y Asociados (GRA), una de las que proyectan que
la tenencia líquida del BCRA corre serio riesgo de agotarse incluso antes de
las elecciones.
El Central mira el vaso lleno
Desde el BCRA
prefieren destacar que los US$950 millones perdidos en intervenciones directas
están muy por debajo de los US$1618 millones que debió vender en septiembre de
2020 o los US$1322 millones y US$1988 millones, respectivamente, de igual mes
en 2019 y 2018.
“En septiembre, con
el fin de la liquidación de la cosecha gruesa, los importadores son demandantes
netos de divisas. Este año esa demanda se mantuvo históricamente alta,
garantizando el ingreso de bienes de capital e insumos necesarios para la
actividad económica. Fueron significativos también los pagos por importaciones
de energía y de vacunas vinculadas con la pandemia” explican.
Según las
proyecciones que manejan en la entidad, les resta superar unos dos meses de
sequía. “Esperamos tener que seguir asistiendo al mercado con ventas en octubre
y noviembre”, admiten. Pero confían en dar vuelta la taba durante diciembre con
el ingreso de la cosecha fina: “Entonces el BCRA recuperará la capacidad de
comprar divisas en el mercado”, dicen.
Los operadores no
coinciden con esa estimación: creen que para llegar necesitará dosificar de
algún modo la demanda o alentar la oferta de divisas. “De otra manera la
ecuación no cierra”, advirtió a un experimentado la nacion agente cambiario.
La nueva gran venta
del BCRA (la mayor para un día desde el 13 de julio pasado) ocurrió en una
jornada en la que convalidó una suba de $98,72 a $98,74 por unidad en el tipo
de cambio mayorista vendedor, es decir, de apenas 2 centavos.
Se presume que lo
hizo (pese a la sangría que debió asumir) para respetar la pauta que lo lleva a
ajustar desde hace meses apenas 1% el tipo de cambio oficial por mes, un tercio
de la inflación que se había registrado en el período (para tratar de
ralentizar el aumento en el costo de vida).
Lo curioso es que
mantiene esta apuesta (que al ser “solitaria” ayudó poco a bajar la inflación)
aun cuando sus propias estadísticas muestran que el peso se apreció otros 4,5
puntos reales en septiembre, con lo que el país ya resignó un 16,4% de
competitividad cambiaria en lo que va del año.
Con apertura de
fronteras, los egresos de dólares crecerán, advierte un analista
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