Por Carlos Manzoni
- La pobreza afecta al 40,6% de la población en los principales conglomerados
urbanos, promedio que proyectado a todo el país implica que hay 18,5 millones
de personas en esa condición, informó ayer el Indec. El registro corresponde al
primer semestre de 2021, que arrojó que el 31,2% de los hogares (2,9 millones)
son pobres.
En la indigencia
(personas que no alcanzan a cubrir la canasta básica alimentaria) está el 10,7%
de la población. Ese flagelo impacta a 4,8 millones de personas en el país.
Los datos muestran
que, a pesar del fin de la cuarentena, la vuelta a la actividad y el rebote
económico, sigue siendo muy elevado el número de pobres. Los expertos advierten
que, aunque se recuperó parte del empleo, el salario no alcanza a cubrir las
necesidades básicas por el impacto de la inflación. Así, respecto del segundo
semestre de 2020, el índice se redujo 1,4 puntos porcentuales, pero la
indigencia aumentó en 0,2 puntos.
Luego de un año y
medio de pandemia y de casi dos de gobierno de Alberto Fernández, la pobreza
continúa en niveles preocupantes por lo elevados: según informó el Instituto
Nacional de Estadística y Censos (Indec), la pobreza afecta al 40,6% de la
población, lo que proyectado a todo el país implica que hay 18,5 millones de
pobres y que la cantidad de hogares por debajo de esa línea asciende al 31,2%,
es decir, 2,9 millones.
En cuanto a la
indigencia (la población que no llega a cubrir una canasta básica alimentaria),
afecta al 10,7% de las personas y al 8,2% de los hogares. En todo el país este
flagelo afecta a 4,8 millones de personas.
Con respecto al
segundo semestre de 2020, la incidencia de la pobreza registró una reducción de
1,4 puntos porcentuales en cantidad de personas y de 0,4 puntos porcentuales en
hogares. “En cambio, en el caso de la indigencia, mostró un aumento de 0,4
puntos en los hogares y de 0,2 puntos en las personas”, informó el organismo
estadístico.
A nivel regional,
en tanto, se observaron disparidades en la evolución de los índices de pobreza
e indigencia. En el Gran Buenos Aires (GBA), que es la región con mayor
cantidad de población, y en la Patagonia, se produjo una reducción de la
incidencia de la pobreza y de la indigencia, mientras que en el resto de las
regiones aumentó.
Los cálculos del
Indec para el universo de los 31 aglomerados urbanos de la Encuesta Permanente
de Hogares (EPH) muestran que 2.895.699 hogares, que incluyen a 11.726.794
personas, se encuentran por debajo de la línea de pobreza, y dentro de ese
conjunto, 756.499 hogares se encuentran por debajo de la línea de indigencia,
lo que representa 3.087.427 personas indigentes.
Lorenzo Sigaut
Gravina, economista de la consultora Equilibra, opinó que el nivel de pobreza
sigue siendo muy alto. “Si bien mejoró un poco respecto del segundo semestre
del año pasado, cuando se ubicó en 42%, lamentablemente el número sigue siendo
altísimo. Es más: hoy tenemos más pobres que hace un año (11.727.000 personas
contra 11.680.000), porque si bien el porcentaje bajó, la población creció”,
comentó el especialista.
Agustín Salvia,
jefe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina
(UCA), dijo que se va dejando atrás lo peor de la pandemia, pero que
lamentablemente no hay mucho para festejar en términos de pobreza. “Se mantiene
por encima del 40%, lo que es muy elevado (en línea con lo que había en 1999,
antes de la gran crisis de 2001) y, además, uno de cada diez argentinos está
bajo la línea de la indigencia”, subrayó.
Esto no es lo peor,
puesto que, según analizó Salvia, hay que tener en cuenta que los malos datos
sobre pobreza e indigencia son los emergentes de un problema mucho más
estructural, que se agrava por la situación de inflación y la falta de creación
de empleo y de inversión.
“Cabría señalar que
hoy por hoy la incorporación de un salario universal de emergencia, si no está
vinculado a actividades laborales y a contraprestaciones efectivas o a la
creación de riqueza en el interior de los sectores pobres, en términos
ambientales, económicos y de capital social, no resuelve los problemas
estructurales, sino que incluso los agrava. Para salir de esto, el país necesita
más inversión, más crecimiento, más creación de riqueza y más producción de
bienes y servicios”, subrayó Salvia.
Por su parte, Jorge
Colina, director de Idesa, señaló que el elevado nivel de la pobreza en la
Argentina se debe a la caída de los ingresos. “El índice del año pasado estaba
explicado por la pérdida de empleo de los trabajadores informales. Se trató de
tres millones de personas, que, aunque ahora volvieron al mercado de trabajo,
ven que no llegan a cubrir la canasta básica. Hoy, la brecha de pobreza en el
país se mantiene en 40%; es decir, que esos trabajadores solo llegan a cubrir
el 60% de lo que se necesita para no ser pobre. Si bien se recuperó el empleo,
los ingresos siguen muy menguados”, indicó el economista.
Los más afectados
Otro punto a
destacar del informe del Indec es que la pobreza en el país todavía afecta
sobre todo a los niños de 0 a 14 años, donde la cifra llega a 54,3%, algo que
se viene viendo desde hace tiempo, pero que no se resuelve. “Esto compromete el
futuro, porque los pobres son más de la mitad de los menores de 15 años”,
destacó Sigaut Gravina.
Nuria Susmel,
economista de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas
(FIEL), subrayó que la menor tasa de pobreza se encuentra entre los mayores
(13,8%) y la más alta, entre los niños (54,3%). “Esto revela hacia dónde están
dirigidas las políticas públicas. Del total de pobres, el 31% son niños y solo
el 4% son mayores, mientras que en la población solo el 23% son niños y el
11,8%, mayores”, detalló la especialista.
Un dato que aparece
como más preocupante aun que el de la pobreza es el de la indigencia, que,
según analizó Sigaut Gravina, creció en porcentaje. “Antes de la pandemia, el
8% de las personas eran indigentes; después ese número subió a 10,5% en el primer
semestre de 2020, se mantuvo en ese porcentaje en el segundo y subió a 10,7% en
el primer semestre de este año. Esto significa que 3,1 millones de personas son
indigentes en la Argentina; obviamente, siempre teniendo en cuenta que el
universo de la EPH toma al 60% de la población”, concluyó el economista.
Asimismo, Susmel
puntualizó que la brecha de pobreza (diferencia entre el ingreso medio de los
hogares pobres y el ingreso que los saca de la pobreza) se ubica en 60% (el
semestre anterior era ligeramente menor: 58,1%), mientras que la brecha de
indigencia (diferencia entre el ingreso medio de los hogares indigentes y el
que necesitarían para no ser indigentes) cayó de 40,4% a 37,7 por ciento.
Se recuperaron
empleos, pero los salarios no cubren la canasta básica
Hoy hay más pobres
que hace un año: bajó el porcentaje, pero creció la población
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