Por Mariano
Boettner - La baja de
reservas de los últimos dos meses por la intervención mayor del Banco Central
para contener el precio del tipo de cambio acentuó el tira y afloje del
Gobierno y las empresas importadoras, que denunciaron en los últimos días un
cierre mayor de la canilla de autorizaciones para conseguir bienes e
insumos para la producción.
Según fuentes del
mercado, hay algunos sectores productivos que registran mayores inconvenientes.
Un ejecutivo importador mencionó, entre ellos, al textil. “No la ropa
terminada, sino hilados y tejidos para fabricar localmente toallas, sábanas,
ropa de cama en general. Lo que faltan son los insumos”, apuntó.
También enumeró
otros sectores impactados por la menor autorización de importaciones. “Entre
los neumáticos faltan medidas, variedad, encontrar el modelo que necesitás para
un auto es un milagro y no hay neumáticos agrícolas”, continuó.
Por otra parte,
agregó que “no hay cerámicos, porcelanatos, pisos flotantes y algunos
insumos industriales que se utilizan para procesos posteriores de producción no
se autorizan. Hay pocas habilitaciones para aluminio semi elaborados,
y tejos de aluminio prácticamente no se permite”, agregó la fuente del
mercado importador.
En tanto, concluyó
que para el sector calzado “es díficil encontrar calzado sofisticado que no se
fabrique acá, pero también hay demoras en el ingreso de capellada y suelas
para fabricación. Y algunos componentes como agroquímicos, que pueden ser
materia prima en insumos, tampoco están autorizando”, dijeron desde el sector
importador.
La industria
automotriz es una de las que más dólares demanda. REUTERS/Agustin Marcarian
En el Gobierno se
defienden al asegurar que “en comparación con 2019, en los primeros ocho meses
del año las importaciones aumentaron en un 16,27 por ciento”. Los números del
Indec muestran que en el acumulado pasaron de USD 34.460 millones a USD 40.068
millones.
Desde el Ministerio
de Desarrollo Productivo indicaron que “la importación de insumos (Bienes
Intermedios y Partes y Piezas de Bienes de Capital) creció un 60% en los
primeros ocho meses de 2021 respecto a 2020″, argumentaron. De todas formas,
reconocieron que “sí existen problemas puntuales en algunos rubros por
problemas de abastecimiento o de logística internacional. Algunos ejemplos son
las placas para PCs, donde existen problemas de producción globales por cuellos
de botella”.
“También hay una crisis logística
internacional, que está generando demoras en la importación de insumos
(fundamentalmente provenientes del este asiático) y produce cuellos de botella
que están limitando la reactivación de la producción”, mencionaron. Desde un
despacho oficial mencionaban que las quejas importadoras a esta altura del año
era algo esperado en el Gobierno, lo que atribuyen a que un incremento en
la brecha cambiaria hace más “tentador” sobrefacturar importaciones y conseguir
más divisas a precio oficial.
En el Gobierno,
insisten, “hay dólares suficientes” para afrontar la suba de la
demanda de divisas por el aumento de la actividad industrial. De todas
formas, desde el sector exportador si bien aclararon que “todavía no hay
una situación de escasez pero sí de oferta restringida y eso puede pasar a precios”,
concluyeron que “si la situación persisten probablemente haya algún problema de
abastecimiento”.
Ese incremento del
ritmo de las importaciones que celebra el Gobierno, de todas formas, no hacía
otra cosa que anticipar tensiones a esta altura del año, al menos de acuerdo a
las estimaciones de consultoras y economistas. La consultora Equilibra había
mencionado en un informe reciente que “en un contexto de fuertes controles como
los actuales, tampoco hay demasiado margen para seguir restringiendo operatorias
en el mercado oficial, más que cerrar el grifo a importadores”.
La Cámara de
Comercio ya había reclamado a Kulfas por las autorizaciones de importación.
“Como ya
mencionamos, producto del aumento de las expectativas de devaluación, el sector
privado no sólo podría reducir sus tenencias de activos en pesos, sino también
posponer ventas en dólares, reduciendo las exportaciones en los próximos dos
meses a la espera del ‘día después’ de las elecciones”, apuntaron.
Un economista
cercano al Gobierno, por su parte, tenía un diagnóstico distinto al oficial:
“La recuperación de la actividad te presiona las importaciones. Con una
elasticidad de importaciones y PBI más alto como consecuencia de los 4 años de
Macri, y menos ingresos de divisas, se te juntan todos los factores para
que la tensión cambiaria aumente”, dijo a Infobae el economista, que
pidió reserva de su nombre.
La consultora
Analytica estimó recientemente cuál fue el “excedente” de dólares para la
importación que pidió cada sector de la producción. En ese sentido,
calculó que la industria automotriz pidió unos USD 3.000 millones por
encima de su “demanda teórica” de acuerdo a su nivel de actividad hasta
mayo. La industria química, por ejemplo, habría solicitado unos USD 1.800
millones excedentes y el sector oleaginoso y cerealero, unos USD 1.600
millones.
Los funcionarios
del Poder Ejecutivo ya tuvieron reclamos directos de empresarios por la
velocidad y flujo de divisas para la importación. La Cámara Argentina de
Comercio (CAC), por ejemplo, le planteó al ministro de Desarrollo
Productivo Matías Kulfas que “algunas dificultades que hoy
existen para lograr la aprobación de licencias de importación, lo cual incide
en forma directa en el desarrollo del sector”. |