Por Alfredo Sainz -
Después del encuentro con los supermercados, la secretaria de Comercio Interior,
Paula Español, retomó las reuniones con los grandes fabricantes de productos de
consumo masivo y relanzó su programa de “aumentos administrados” de precios,
con la mira puesta en las elecciones de noviembre y el frente interno.
Los aumentos administrados
parten de la premisa de que las únicas listas de precios con subas que pueden
recibir los supermercados son aquellas que en forma previa y expresa fueron
autorizadas por la Secretaría de Comercio Interior. Al igual que en el
encuentro del último lunes con las cadenas de supermercados, en las reuniones 1
a 1 que lleva adelante con la industria Español ratificó la idea de que las
empresas solo podrán disponer aumentos de un dígito y en un plazo nunca menor a
los dos meses.
El objetivo
declarado de Español es evitar que los aumentos de precios en los alimentos
terminen “quedándose” con la plata que el Gobierno está volcando al mercado a
través de la suba en el salario mínimo, la devolución del impuesto a las
ganancias o un eventual relanzamiento de programas como el Ingreso Familiar de
Emergencia (IFE).
“Lo que nos pidió
fue una máxima coordinación con los supermercados para disponer únicamente los
aumentos de precios autorizados por la propia Secretaría”, explicaron en una
empresa de alimentos que ya pasó por las oficinas del equipo de Español.
Las reuniones con
la industria se iniciaron la semana pasada con los encuentros con P&G,
Arcor, Las Marías y Molinos Río de la Plata. Ayer fue el turno de La
Serenísima, y para los próximos días están programadas citas con representantes
de Unilever, Quilmes y
Danone. Para la
semana próxima está programada una ronda de reuniones con los mayoristas y los
supermercados nacionales, nucleados en la Cámara Argentina de Supermercados
(CAS).
Multas en las góndolas
En los encuentros
con los empresarios, Español también les adelantó que se intensificarán los
controles para fiscalizar la aplicación de la ley de góndolas. Formalmente, la
norma entró en vigor en mayo último, aunque hasta ahora hubo un período de
gracia para que los supermercados fueran adecuando su propuesta comercial.
“En los primeros
meses, entendiendo que la implementación necesita cierto proceso para
identificar e incorporar nuevos proveedores, se dio cierta flexibilidad para la
adaptación. Pero a partir de ahora se considera que ese período de adaptación
ya se cumplió”, explicaron fuentes de la Secretaría. Y precisaron que las
multas pueden ser de hasta 10 millones de unidades móviles, que hoy equivalen a
$550 millones.
En la Secretaría de
Comercio Interior destacaron que la ley de góndolas ya se tradujo en la
incorporación de 80 nuevas pymes como proveedoras a los grandes supermercados.
Además, hay otras 90 que están por ser dadas de alta o trabajando para
desarrollar nuevos productos junto a las cadenas.
En forma paralela,
la Secretaría avanza con las reuniones para la nueva etapa de Precios Cuidados.
La actual canasta vence en los primeros días de la semana próxima y la idea de
Español es relanzar el programa oficial incorporando más marcas y categorías. “Todavía
no está definida la pauta de aumentos para el próximo trimestre en Precios
Cuidados, pero damos por descontado que será de un dígito”, señalaron a en una
empresa la nacion que participa del programa.
La Secretaría
además está trabajando en la ampliación de Súper Cerca, una canasta de
alimentos y bebidas focalizada en el llamado canal tradicional (almacenes,
autoservicios chinos y pequeños comercios de barrio). En este caso, la
intención también es ampliar la canasta sumando productos.
El refuerzo de la
canasta Súper Cerca no es un dato menor. En la Secretaría de Comercio son
conscientes de que el punto débil del plan de aumentos administrados pasa por
el canal tradicional. A las empresas fabricantes les resulta muy difícil colar
una lista de precios nueva en los supermercados, básicamente porque las grandes
cadenas denuncian ante el organismo cualquier suba no autorizada. El panorama
es muy diferente en el canal tradicional, ya que los pequeños comercios tienen
mucho menor poder para resistirse ante un aumento de precios.
Esta disparidad
explica que en el último tiempo se haya ido incrementando la brecha de precios
entre los grandes supermercados y el resto de los comercios. Tradicionalmente,
las cadenas más grandes eran en promedio un 5% más baratas que los canales
competidores, como autoservicios chinos o almacenes. Pero, a partir de la
implementación de los controles de la Secretaría –que frenan muchos de los
aumentos para los supermercados, pero son mucho menos efectivos entre chinos o
pequeños autoservicios– la brecha de precios fue creciendo.
Según el último
relevamiento de la consultora Scentia, una misma canasta de 1000 productos hoy
es un 27% más barata en supermercados que en el canal tradicional. Y la
diferencia tiende a incrementarse cuando se incluyen en la medición los cortes
de carne. De acuerdo con las cadenas, los “cortes cuidados” que ofrecen los
supermercados a precios económicos ya representan hasta 20% de la facturación
de una cadena.
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