Por Matías
Barbería - El Banco Central
emitió otros $50.000 millones el 22 de septiembre pasado, según revelaron datos
oficiales publicados anoche. La cifra lleva a los nuevos pesos creados por la
entidad conducida por Miguel Pesce desde que el Gobierno sufrió un
duro revés en la PASO a $110.000 millones y, en lo que va del año, el monto
emitido para ayudar al Tesoro a cubrir sus gastos se acerca al billón de pesos.
La aceleración de
la emisión monetaria cerca del final del año era algo que los economistas
esperaban. La mayor parte de las necesidades de financiamiento del presupuesto
2021 se concentraban, como cada año, en el segundo semestre. Pero la pobre
suerte del ministro de Economía, Martín Guzmán, a la hora de conseguir que
el sector privado le preste pesos en sus periódicas licitaciones de deuda en
moneda local y la previsión de un aumento del gasto que generó el revés
electoral tienen a los analistas mirando de cerca esa dinámica.
Los $50.000
millones en concepto de “transferencia de utilidades” la semana pasada se suman
a otros $60.000 millones que ya había impreso la entidad el 15 de septiembre.
Así, ya suman $110.000 millones los que se crearon y volcaron a la calle desde
que el Gobierno perdió las primarias. Es más del 10% de lo emitido en el año.
Pero ya es la
cuarta transferencia que hace el BCRA en el mes. El 3 de septiembre había
tenido que emitir $60.000 millones a pedido de Economía y, cinco días más tarde,
$80.000 millones más. El total en el mes llega hasta ahora a los $250.000
millones.
Y ese dinero sigue
a $200.000 millones emitidos en agosto, $180.000 millones en julio, $90.000
millones más en junio y $50.000 millones en mayo. La tendencia es ascendente. Y
está pronta a alcanzar el billón de pesos en el año: el Central ya asistió al
Tesoro por $960.000 millones en lo que va de 2021.
Tal es la necesidad
del Tesoro de recurrir a la emisión monetaria para cerrar sus cuentas que hace
poco Guzmán desempolvó un viejo truco de
contabilidad creativa para
aumentar la capacidad legal del Banco Central de seguir creando pesos y
volcarlos a la calle.
Esto es porque el
BCRA tiene dos vías para asistir al Tesoro. Una, la transferencia de utilidades
(ganancias contables que anota el balance de la entidad por la suba del valor
en pesos de sus activos en moneda extranjera, por la devaluación en resumen). Y
la otra son los “adelantos transitorios”, una suerte de préstamo que implica
creación de dinero y que tienen un tope máximo definido como una porción de la
base monetaria más un porcentaje de la recaudación impositiva del último año.
Hasta abril, la
asistencia monetaria del BCRA al Tesoro se hizo exclusivamente con adelantos
transitorios. Pero la cantidad prestada se acercaba al límite y, con las
utilidades casi agotadas, había que encontrar una forma de emitir más.
La solución se
reveló hace poco más de una semana: el Gobierno usó los USD 4.300 millones en
derechos especiales de giro (DEG) que le dio el FMI por la emergencia sanitaria
para cancelar adelantos transitorios y así darle más margen a Pesce para
encender “la maquinita” cada vez que Guzmán lo requiere. Los DEG se reciclaron,
ya que al mismo tiempo Guzmán colocó una letra de deuda al BCRA a cambio de
ellos, justo antes de usarlos para pagar un vencimiento con el FMI por casi USD
1.900 millones.
La capacidad del
Banco Central de seguir emitiendo dinero sin violar su Carta Orgánica se
amplió, en consecuencia, en unos $422.000 millones. Los va a poder usar tanto
este año como el próximo.
Al mismo tiempo
Los números que volcó
a la calle hasta el momento el Banco Central están en línea, hasta ahora, con
lo previsto en el año. Analistas esperaban que en base a los datos del
presupuesto de este año se le pidiera al Banco Central imprimir $1,2 billones
en 2021. Pero la aceleración de los últimos meses, la poca suerte de Guzmán a
la hora de conseguir que le presten pesos y las previsiones de mayores gastos
electorales -entre 0,2% y 0,5% del PIB, según distintas estimaciones- ya hacen
esperar que el número sea mayor.
“Esperábamos un
déficit primario de $1,5 billones y ahora lo modificamos a $1,7 billones. Toda
la diferencia va a ser emisión”, estimó Juan Manuel Pazos de TPCG.
“No es tanta plata, pero al ser toda junta no
sabemos cómo reacciona la demanda de dinero. En el corto plazo debería ser
manejable porque entramos en el pico de demanda de dinero de noviembre y
diciembre. Pero en febrero la vamos a sentir fuerte”, dijo el economista.
Dólares calientes
“En 4 meses se
consumieron casi todas las utilidades del Banco Central. Así que fijate cómo
vienen emitiendo. Si a eso le sumás que parte de la deuda que coloca Guzmán
sale de liquidez bancaria, que expande la oferta monetaria, fácil 2 puntos del
PIB lo están financiando con emisión. El efecto de eso ya lo estamos viendo en
la forma en que se mueven los dólares financieros, todos los distintos dólares
contado con liquidación”, dijo Gabriel Caamaño de Consultora Ledesma.
“Es más brecha cambiaria”, agregó.
“Y la brecha tan
alta ya te empieza a colar en precios porque los agentes económicos se van
cubriendo poniendo el precio preventivo esperando eso. Pero lo vas a ir
sintiendo con datos de inflación mensual que se van a volver a acomodar en 3% o
arriba”, concluyó el especialista.
Licitación difícil
Hoy Guzmán enfrenta
otro partido difícil. Cada licitación en pesos lo es en los últimos meses. Para
no aumentar aún más la emisión monetaria que le pide al Banco Central el
ministro necesita hoy conseguir financiamiento neto. Lo hará saliendo a ofrecer
cinco letras y bonos a fondos, aseguradoras, inversores locales y extranjeros.
En total, en
septiembre, vence deuda en pesos algo más de $260.500 millones. Guzmán necesita
conseguir ese monto a lo largo del mes si no quiere tener que emitir más sólo
para pagar deuda. Y, además, necesita superar esa cifra para conseguir dinero
fresco -financiamiento neto- que cumpla con las previsiones de en torno a
$900.000 millones de deuda que necesita para este año. Cada peso que no consiga
en el mercado será, otra vez, más demanda de emisión para el BCRA.
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