Por Claudio Zlotnik - "El congelamiento de precios
no forma parte de la agenda", asegura a iProfesional una fuente cercana a Paula Español. La respuesta intenta
contener la inquietud de los empresarios de la alimentación que desde la semana
pasada desfilan por el despacho de la poderosa secretaria de Comercio Interior,
ante una convocatoria urgente de la funcionaria.
En la Casa Rosada
existe una gran preocupación por las constantes subas de los
precios de los alimentos de la canasta básica, reconoce una fuente con
contacto habitual con Alberto Fernández.
Español, en ese
contexto y de cara a las elecciones de noviembre, busca limitar las subas del
precio de la comida.
Especialmente ahora
que el Gobierno lanzará, de manera dosificada, una serie de medidas que alentarán
el consumo popular. El temor de los funcionarios es que esa "platita"
adicional en la calle recaliente los precios de los alimentos y termine
ahogando lo que debería ser una mejora en el consumo.
Desde la semana
pasada, empresas de la alimentación -los principales fabricantes y las cadenas
de supermercados- empezaron a ser convocadas al despacho de Español. Por ahora,
en esos encuentros los ejecutivos escucharon la inquietud oficial por
la suba de los precios de los alimentos. "Tenemos que reforzar la
coordinación con la Secretaria de Comercio en materia de precios", les dijeron.
Español se los
planteó directamente: "Este encuentro tiene como finalidad cuidar el poder
adquisitivo, la capacidad de compra de todas y todos, para que el
fortalecimiento de los salarios no signifique un aumento en los precios de los
productos básicos".
Los encuentros se
producen a pocas horas de que expire el último acuerdo con las empresas.
Comercio Interior, luego del final del programa "Precios Máximos"
-que mantenía prácticamente congelados los precios de unos 70.000
productos- firmó un pacto con los principales fabricantes para que los aumentos
no superen el 5% promedio.
En simultáneo, la
semana que viene habrá que renovar por otros tres meses la lista de
"Precios Cuidados" -unos 660 artículos- que se consiguen en las
cadenas de supermercados.
De cara a estas negociaciones, el Gobierno pretende dar
una señal de fortaleza frente a los empresarios y demostrar que los precios no
se escapan, aun en un contexto de incertidumbre política, cambiaria y financiera.
Los últimos datos
del Indec marcaron una inflación de los alimentos por debajo del promedio, que
se explica por el leve descenso en los precios de la carne. Pero no así en los
artículos de "almacén", como aceites, harina, fideos o arroz.
El Gobierno quiere
que los precios de esos productos de la canasta básica se mantengan
prácticamente estables por lo menos de acá a las elecciones.
Por eso mismo se
priorizará que esos artículos sean los que menos aumenten de acá hasta fin
de año. Aunque todavía no se definieron los porcentajes que se autorizarán para
esos productos y para el resto.
Después de varios
meses con alzas muy fuertes en los alimentos, sobre todo en los frescos
(carnes, lácteos, frutas y verduras), el Gobierno necesita mostrar alzas
moderadas, en línea con la expectativa de inflación anual. Y también acorde con
las pautas salariales que se empezaron a discutir en el ámbito privado.
En las reuniones que ya mantuvo con los fabricantes, Español
les dijo a los empresarios que "los controles siguen más vigentes que
nunca".
La marca a presión
sobre las empresas -fabricantes y supermercados- se intensificó tras la derrota
electoral del oficialismo.
El diagnóstico de
la Casa Rosada es que la caída en el poder adquisitivo fue determinante para
ese resultado. Y por eso fluyen las críticas a Matín Guzmán -con Cristina
Kirchner a la cabeza-, por el "ajuste" de la cuentas públicas en
medio de la pandemia y las necesidades electorales del Frente de Todos.
En los últimos
días, el Gobierno arrancó con distintas medidas para poner más
dinero en los bolsillos. La mejora en Ganancias, la suba del salario
mínimo. Y vienen más anuncios. Los funcionarios apercibieron a las empresas
para que no aprovechen ese contexto para incrementar los márgenes en sus
balances.
Los programas oficiales
continúan
Para mostrar que
"Precios Cuidados" tiene una buena aceptación entre el público pero
también entre las propias empresas, Español comentó en la reunión que la venta
de esos productos ya representa el 10% de las ventas totales de los
supermercados.
Y que en julio se
registró un incremento del 20,6% de las cantidades vendidas de los artículos en
"Precios Cuidados" respecto al mes anterior.
Ese favoritismo del
público queda en evidencia con los datos que miden las consultoras
especializadas en consumo masivo. Scentia, por caso, midió que mientras las
ventas de los autoservicios chinos siguen mostrando un retroceso respecto del
año 2020, las de las grandes cadenas van en aumento.
Básicamente porque
los "chinos" venden más caro que los supermercados. Por eso
mismo, Comercio Interior lanzó hace poco el plan "Más cerca", que
incluye el congelamiento hasta fin de año de 70 productos de la canasta básica
en los autoservicios barriales.
Otra cuestión que suele influir es que los proveedores
no llegan con los mismos precios al mismo tiempo a todos sus clientes. Las
listas de precios se mandan en simultáneo, pero suele suceder que los comercios respetan los valores
"viejos" hasta agotar el stock, una decisión también comercial, que
les permite vender más barato algunos artículos "por tiempo
limitado".
Como sea, esta
dispersión preocupa a los funcionarios del equipo económico. De hecho, Paula
Español mantiene comunicaciones a diario con los referentes comerciales de
todas las cadenas y también con los fabricantes para monitorear los cambios de
precios en aquellos productos que están por fuera de "Precios
Cuidados", el programa oficial que -ahí sí- obliga a mantener los mismos
valores durante un trimestre.
|