El presidente Alberto
Fernández y el ministro de Economía Martín Guzmán se reunieron
este jueves en la Casa de Gobierno para delinear los pasos a seguir de un
plan “goteo”, que incluirá distintas medidas económicas en las próximas
semanas, y que estarán enfocadas en un aumento del consumo.
Según pudo
saber Infobae de fuentes oficiales, el encuentro entre el mandatario
y el jefe del Palacio de Hacienda en la Casa Rosada versó sobre distintas
cuestiones. En primer lugar, cómo implementar el paquete económico como
respuesta a la derrota electoral que sufrió el oficialismo en las
elecciones primarias.
Luego, otros temas
centrales de la agenda de política económica: el Presupuesto 2022, que ya
ingresó en el Congreso pero cuyo tratamiento todavía no comenzó y los
avances de la negociación con el Fondo Monetario Internacional para
reestructurar los USD 45.000 millones del préstamo vigente, un día después del pago de casi USD 1.900 millones que hizo el Tesoro
argentino a Washington.
Por un lado, el
plan de medidas apuntará a que haya un derrame en la actividad económica,
en el poder adquisitivo y en el consumo más rápido que otras como la
aceleración de la ejecución de la obra pública, uno de las cuestiones a las que
se había comprometido el ministro Guzmán esta semana tras la crítica carta de
Cristina Kirchner que habló de un “ajuste fiscal” llevado adelante por parte
del ministro. Se anunciarán a lo largo de los día en una suerte de
anuncios goteo.
Guzmán todavía no
acudió al Congreso para defender el proyecto de Presupuesto (Maximiliano Luna)
Si bien cerca de la
vicepresidenta Cristina Kirchner desmintieron la semana pasada haber
pedido su puesto, el sillón principal del Ministerio de Economía fue uno de los
apuntados durante la tensión entre los distintos sectores del oficialismo,
junto con el del ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas y el
jefe de Gabinete Santiago Cafiero. Los tres se mantuvieron dentro del
staff de ministros, aunque este último pasó a la Cancillería en lugar de Felipe
Solá. No se espera que haya cambios en el equipo económico, al menos antes
de las elecciones generales de noviembre.
La primera parte de
ese paquete ya fue anunciado: por un lado, con el incremento adicional
para el salario mínimo, que lo llevará hacia fin de año a los $32.000, lo que
implicaría un aumento de punta a punta a lo largo de 2021 de 55,4%, por encima
de las proyecciones públicas y privadas de inflación.
Por otra parte,
este jueves se oficializó el nuevo mínimo no imponible para el impuesto a
las Ganancias, que actualizará el piso de tributación desde los 150.000 pesos brutos de
salario para los empleados en relación de dependencia a $175.000,
con la posibilidad de ampliarlo una vez más en enero de 2022. El objetivo
oficial es que los reajustes hagan que en ningún momento la cantidad de
trabajadores alcanzados supere al decil más alto de la pirámide, lo que
representa según estimaciones oficiales cerca de un 25% de la masa salarial
total.
El paquete
económico en cuestión tendrá otras medidas. Algunas de ellas serían anunciadas
este viernes, en un acto en Pilar junto con el ministro de Turismo Matías
Lammens, y que incluirían beneficios para jubilados.
Guzmán tendría una
reunión en las próximas horas con Carlos Heller y Máximo Kirchner para
explicarles el Presupuesto 2022
La conversación
entre Fernández y Guzmán atravesó además el tratamiento del proyecto de
Presupuesto 2022, que el ministro de Economía envió al parlamento el miércoles
pasado, mientras el gabinete todavía estaba en pleno temblor por la crisis
política que terminó por forzar un recambio ministerial. La iniciativa
incluye una inflación de 33%, un crecimiento de 4% y un déficit de 3,3% del
PBI.
El ministro aún no
acudió, como es habitual, en los primeros días de presentado el proyecto, al
plenario de comisiones de Presupuesto y Hacienda para defender los números de
la nueva ley de leyes. Antes de que eso suceda, Guzmán deberá limar asperezas
con otros sectores del Frente de Todos que tienen posturas críticas sobre las
proyecciones de gastos que hizo el Ministerio de Economía, con un eje
central: las partidas que destinará para subsidios económicos.
Fernández le habría
pedido al jefe del Palacio de Hacienda que mantenga reuniones con
legisladores y referentes del ala oficialista que tienen terminal política en
Cristina Kirchner para explicar cómo planea llevar adelante esa reducción
de subsidios. El objetivo en la Casa Rosada es evitar otro foco de conflicto
como el que tuvo lugar en abril pasado, cuando por diferencias de criterio en
la política energética y en la necesidad de pagar subsidios, Guzmán intentó
deshacerse del subsecretario de Energía Federico Basualdo, pero quien con
respaldo del kirchnerismo, logró quedarse en su cargo.
De todas formas,
según se espera, el proyecto de Presupuesto tendrá cambios durante su
tratamiento en comisiones, según adelantan en el oficialismo. “Seguramente
va a haber algún cambio con lo que propone el Poder Ejecutivo porque eso
siempre sucede”, manifestó el diputado oficialista y miembro de la
comisión Marcelo Casaretto.
Una de las
reuniones que están en carpeta, que tendría lugar este viernes o a principios
de la semana que viene, estaría protagonizada por Guzmán y, del otro lado de la
mesa, el presidente de la Cámara de Diputados Sergio Massa, el
presidente de la comisión Carlos Heller y el jefe de la bancada
oficialista en la cámara baja Máximo Kirchner.
En el Ministerio de
Economía aseguran que la reducción de los subsidios –que en 2022 representarían
un 1,5% del Producto Bruto– está explicada en, por un lado, la
segmentación tarifaria que el equipo económico prometió que podría
arrancar a principios del año próximo y, por otro, que un tercio de ese recorte
se dará porque dejará de tener vigencia la resolución 46 que decretó
el gobierno de Mauricio Macri y que otorgaba subvenciones altas a la
producción adicional de gas.
Por último, en la
agenda entre el presidente y el ministro de Economía apareció la negociación
con el Fondo Monetario. En las últimas horas levantó polvareda la acusación que
afronta la directora gerente del organismo Kristalina Georgieva, que fue
señalada por una auditoría interna del Banco Mundial por haber impulsado
una manipulación de datos sobre la economía china durante la elaboración
del informe Doing Business de 2018, cuando la economista
búlgara se desempeñaba en esa institución.
Este jueves la
publicación The Economist, una de las más influyentes el mundo en
materia económica y financiera, publicó un editorial reclamando la renuncia de
Georgieva, un artículo que circuló entre los despachos oficiales. Las
fuentes oficiales creen que entre el desarrollo del proceso electoral
local y el frente de conflicto que se le abrió a Georgeiva dentro del propio
Fondo Monetario, las posibilidades de firmar un acuerdo para un nuevo
programa financiero, que para colmo se presentaría como una reestructuración al
préstamos más grande de la historia de esa institución, son menores.
Una de las cuestiones
que separan a la Argentina de un acuerdo con el FMI es la discusión sobre los
sobrecargos de interés que cobra el organismo a los países que tienen programas
financieros vigentes. Según esperan en el Gobierno, la presencia de Guzmán en
la cumbre del FMI y el Banco Mundial, que tendrá lugar en Washington a mediados
de octubre, podría servirle a la Casa Rosada para acercar posiciones.
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