La tasa de
desempleo del primer trimestre de este año estuvo 0,2 puntos porcentuales por
debajo de la registrada en igual período de 2020, que había sido del 10,4 %, de
acuerdo a los datos oficiales..
La
desocupación bajó en el segundo trimestre hasta 9,6% y mejoró en
relación con ese mismo tramo del 2020, en el peor momento de la pandemia,
cuando el índice de desempleo abierto había alcanzado al 13,1% de la población
económicamente activa, informó este jueves el Indec.
En los primeros
tres meses del año la evolución del mercado laboral había registado una
mejora entre el 11% con el que cerró el 2020 hasta 10,2%, por los meses de
evolución en la actividad económica tras el primer impacto de la cuarentena y
la crisis sanitaria.
Los datos oficiales
registran 1,3 millones de argentinos desocupados y muestran que la
recuperación de la economía avanza más rápido que la generación de puestos de
trabajo. En el último año la economía reincorporó a solo el 54% de los
trabajadores formales del sector privado que perdieron su empleo durante
los meses de cuarentena más estricta.
En el segundo
trimestre de 2021, la tasa de actividad (que mide la población
económicamente activa (PEA) sobre el total de la población) alcanzó el 45,9%;
la tasa de empleo (proporción de personas ocupadas con relación a la
población total) se ubicó en 41,5% y la tasa de
desocupación (personas que no tienen ocupación, están disponibles para
trabajar y buscan empleo activamente, como proporción de la PEA) se ubicó en
9,6%.
“La presión sobre
el mercado laboral alcanzó el 32,4% de la población económicamente activa en el
segundo trimestre del año, compuesta por el universo de desocupados
(9,6%), subocupados (12,4%), otros ocupados demandantes (8,5%) y
otros ocupados no demandantes disponibles (1,9%)”, apuntó el Indec en su
informe.
Habitualmente, en
el segundo trimestre suele haber un nivel de empleo más alto que en el primero,
pero por las medidas sanitarias tomadas en mayo para restringir algunas
actividades, provocadas por la segunda ola de coronavirus, hicieron que tenga
una leve baja del 0,1%. La merma en el empleo tiene un correlato en la caída
del PBI desestacionalizado bajó levemente el empleo total.
Por otra parte,
esta etapa de restricciones por la segunda ola afectó más a los
trabajadores informales que a los registrados, tal como había ocurrido en la
etapa anterior. Según se desprende de los datos del ministerio de Trabajo,
el segmento formal recuperó 50.700 puestos mientras que los ocupados en negro
perdieron 52.300 posiciones.
Al analizar el
universo de desocupados, se observó que el desempleo llegó al 10,4% para las
mujeres, en tanto que llegó al 9% entre los varones. Entre las regiones, la que
presentó la mayor tasa de desocupación fue la región Pampeana (10,4%), seguida
por el Gran Buenos Aires (10,2%). En el otro extremo, la región con menor
cantidad de desocupados fue Noreste (6,1%).
Otro desglose de la
cifra de desocupados es por su residencia. La tasa fue inferior en los aglomerados
de menor población: en los núcleos urbanos con menos de 500.000 habitantes,
alcanzó 6,4% de la PEA, contra 10,3% en aquellos con más habitantes. En cuanto
al nivel educativo de las personas desocupadas, 34,1% cuenta con hasta
secundario incompleto, 30,8% cuenta con secundario completo, y 35,1% presentan
nivel superior y universitario (completo o incompleto).
Según datos de la
cartera laboral, seis sectores emplean actualmente más personas que antes de la
crisis sanitaria: Pesca 4,6%, Actividades inmobiliarias, de alquiler y
empresariales 3,4%, Industria manufacturera 2,1%, Salud 1,5%, Suministro de
electricidad, gas y agua 0,7% y Agricultura, ganadería, caza y silvicultura 0,2
por ciento.
Por el contrario,
hay otros rubros de la economía en que la situación laboral permanece
considerablemente más dañada. En ese grupo se ubican, por ejemplo, Hoteles
y restaurantes (-22,2%), Servicios comunitarios, sociales y personales (-4,7%),
Construcción (-4,6%) y Explotación de minas y canteras (-3,8%), entre otros.
Un informe oficial
realizado por el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales que
mide la “pobreza multidimensional” (con aspectos adicionales al monetario como
la salud, educación, vivienda y trabajo), mostró que el 46% de las personas sufrieron
algún tipo de dificultad. La principal es la dificultad de acceso al empleo que
nada menos que se triplicó durante la pandemia, desde 6 a 18% de la población
total.
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