Por Leandro
Gabin - Septiembre está siendo un mes complicado para el oficialismo. A la
derrota electoral (batacazo dicen algunos analistas políticos) en las PASO y la
crisis interna en el Frente de Todos que se vislumbró en la disputa abierta
entre Cristina Kirchner y Alberto Fernández, se le suma una
sangría de reservas que no se veía desde noviembre del 2020. En lo que va
del mes las reservas internacionales del Banco Central caen u$s951 millones y
en escasos días descenderán mucho más cuando haya que pagarle casi u$s1.900
millones al FMI.
Si bien el
vencimiento con el FMI -que cae este miércoles 22- se abona con los mismos
Derechos Especiales de Giro (DEG) que emitió el organismo internacional, esa
moneda ya engrosa las reservas brutas que ostenta el Central. Con lo cual,
cuando se haga el cálculo de variación de reservas de septiembre, una parte
estará explicada por el uso de los DEG para el Fondo pero otra parte correrá
por cuenta de las intervenciones que tiene que hacer el BCRA en el mercado de
cambios y en paralelos (recomprando bonos para bajar el contado con
liquidación).
Los dólares salen este
mes
Sea como fuere, no sería extraño que este mes se vea
una caída en las reservas brutas cercana a los u$s3.000 millones. El Central
hace muchos meses que incrementa su caudal de reservas brutas. De hecho, desde noviembre del año pasado,
cuando terminó ese mes con un saldo negativo de u$s1.200 millones, venía
acumulando dólares.
Es más, la pérdida de reservas registrada durante 2020
se revirtió a principios de 2021. La mayor consistencia entre las políticas fiscal y monetaria del primer
semestre, con un ajuste importante en el déficit fiscal y las mayores
restricciones cambiarias generaron un escenario que limitó parcialmente lacaída
en la demanda de dinero.
Con menores
expectativas de devaluación, el BCRA logró capitalizar el extraordinario
ingreso de divisas por los mejores precios internacionales de nuestras
exportaciones agrícolas. En los primeros seis meses compró u$s6.500
millones en el mercado oficial de cambios y acumuló reservas por u$s3.050
millones luego de pagar servicios de deuda a organismos internacionales,
vender divisas en los mercados libres
para mantenerlo estable -u$s1.150 millones- y efectuar otros pagos en divisas.
Pero el tan temido
"segundo semestre" llegó y el Gobierno tuvo que salir a vender
divisas primero para controlar la brecha cambiaria (que está en torno al 80%) y
después en el mercado de cambios oficial (con menor ingreso de exportadores y
mayor demanda). De hecho en el MULC el Central está alrededor de u$s700
millones en negativo (ventas netas) durante septiembre.
Por debajo de "40
mil" para fin de año
La película
igualmente sigue muy compleja hacia adelante. Quantum Finanzas, la consultora de Daniel
Marx, dice que el stock de reservas brutas estará en niveles de u$s39.600
millones a fin de año, una disminución del orden de USD 5.620 millones de los
niveles actuales. "Con estos
movimientos, el total de las reservas brutas sería similar al de fin de
2020", acota.
En 2022 comenzará
un nuevo ciclo, dice la firma de Daniel Marx, caracterizado por precios de
commodities probablemente más altos que los que se vieron al principio de 2021
-aunque no se puede asegurar-. También estará la liquidación de la cosecha, la
fina inicialmente y la gruesa luego, que podría estar afectada por un clima más
adverso.
"Pero lo que
mayor incidencia tendrá el próximo año será la dominancia de la cuenta capital,
tanto la del sector público como la del privado. En el primer caso por los
fuertes vencimientos con el FMI, y en el segundo, por volatilidad
en su comportamiento según se logre despejar la incertidumbre y generar
credibilidad en la política económica", advierte Quantum.
El tema de las
reservas está incluído en la hoja de ruta que está trabajando Martín
Guzmán con los negociadores del Fondo. El organismo quiere un sendero
creíble de incremento de las reservas para asegurarse un repago del crédito. El
Gobierno apunta a las exportaciones como factor casi único de un hipotético
ingreso de divisas. El cepo no está en la discusión, si bien la
"brecha" es lo que el organismo pide que se ataque. Demasiadas dudas
para una economía que le costará sumar divisas para tener un colchón cambiario
que asegure estabilidad cambiaria.
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