Por Mariano
Boettner - La dura derrota
electoral del Frente de Todos el último domingo generó una crisis política en
el oficialismo e inauguró desde temprano un tira y afloje interno para la
puesta en marcha de medidas de emergencia. La situación económica, que llegó a las PASO con cierta
recuperación pero que no fue lo suficientemente robusta como para configurar un
activo electoral para el Gobierno, tiene algunos indicadores clave todavía
en rojo.
El Poder Ejecutivo
espera en las próximas semanas hasta los comicios generales del 14 de noviembre
y como trampolín para el arranque de 2022, comenzar a remontar algunas de las
variables macroeconómicos que incluyen sobre las expectativas del electorado
como inflación y la carrera con los salarios y otras que están ligadas
directamente con el nivel de actividad económica, como el empleo-desempleo.
La dirección de la
política económica tras el porrazo de las PASO comenzó a debatirse en público
en los últimos días y tuvo su punto cúlmine durante la carta que publicó el
jueves Cristina Fernández de Kirchner, en la que criticó abiertamente el sendero fiscal de Martín
Guzmán y reclamó aumentar el gasto público. En un sentido similar, el
gobernador bonaerense Axel Kicillof pidió que el Gobierno sea “menos
fiscalista”.
Las variables
críticas
- Inflación
La suba de precios
terminó por ser uno de los indicadores con peor desempeño para este año
electoral, superó desde mitad de año el 50%
anual y se acercó, de
esa manera, al último índice que dejó el mandato de Mauricio
Macri, que fue de 53 por ciento.
La proyección
presupuestaria inicial que hizo el ministro de Economía Martín
Guzmán fue de 29% anual y quedó rápidamente fuera de
registro cuando los primeros meses del año tuvo lugar una fuerte
aceleración de precios, que llevó al IPC en marzo incluso al 4,8%. En ese momento,
el Gobierno decidió cambiar el foco, -ya sin tomar en cuenta la nominalidad- y
apuntar a que los salarios puedan ganarle este año la carrera a la
inflación, como meta prioritaria.
Recién esta semana
con la presentación del Presupuesto 2022 Hacienda hizo una actualización de sus
estimaciones. En ese sentido, planteó que la inflación de este año
arrimará al 45%, es decir unos 16 puntos porcentuales por encima de la
proyección primaria, pero 5 pp menos que la actual.
El Gobierno admitió
que la inflación este año estará por encima del 45 por ciento (EFE)
Desde el Ministerio
de Economía plantearon, como defensa, que el proyecto de Presupuesto 2021 no
preveía que hubiera, hacia fines de 2020 y principios del actual, una suba en
los precios de las materias primas internacionales que pusiera presión a los
valores de los alimentos en el mercado local, aunque en privado desde algunos
despachos oficiales admiten que otro de los elementos fue la fuerte
expansión de dinero durante 2020 para afrontar el gasto durante la peor
parte de la pandemia. El objetivo que le quedó de mínima, admiten, es terminar
el año con una variación mensual del IPC más cercana al 2 por ciento.
El nuevo 45,1%
blanqueado por el Poder Ejecutivo como inflación para 2021 de punta a punta aún
está por debajo de lo que espera el sector privado. Las consultoras, bancos y
fondos de inversión que participan del Relevamiento de Expectativas de Mercado
(REM) del Banco Central reajustaron hacia arriba su último cálculo de suba de
precios para este año, ya que ven un IPC anual de 48,4 por ciento.
Y hacia 2022 la
divergencia entre el Presupuesto y la expectativa privada es aún más grande. La
hoja de ruta económica de Guzmán busca una inflación de 33% para el año
próximo, mientras que la proyección del REM es diez puntos superior, y se ubicó
en 43,7%, según el último informe del BCRA.
- Salarios
De la mano de un
ritmo de inflación que recién en agosto pudo perforar el 3% mensual, la
carrera entre los salarios y los precios fue, en la primera mitad del año, por
algunos puntos porcentuales favorable al IPC (o desfavorable a los
ingresos de los hogares), aunque al observar la composición del mercado laboral
se ve una enorme disparidad entre sectores, y entre los registrados y los no
registrados.
Los más vulnerables
fueron los empleados informales. Según los últimos datos oficiales, este
segmento de mercado laboral es, por lejos, el más perjudicado. Hacia junio
acumulaba casi 12 puntos porcentuales de desventaja contra el ritmo
de suba de precios, mientras los ingresos habían aumentado en promedio 13,8%,
la inflación acumulada hasta ese momento había sido de 25,3 por ciento.
A esa franja busca
apuntar especialmente el Gobierno nacional. Para eso buscará, como medida central, un incremento en el salario mínimo,
vital y móvil. Los empleados no registrados, por definición, no tienen
incrementos salariales a través de negociaciones paritarias. El piso de
remuneraciones que establece anulmente el Consejo del Salario Mínimo que
integran empresarios y gremios actúa como una suerte de “referencia”.
La reunión, que en
un principio estaba convocada para el 30 de septiembre, finalmente tendrá lugar
este martes. El piso de remuneraciones tuvo en lo que va del año un incremento
del 35% y el Gobierno abogará por una suba mayor, que podría ser de al
menos el 45% considerando la pauta inflacionaria actualizada para 2021 que
estableció el Ministerio de Economía como punto de partida para el próximo año.
Los trabajadores no
registrados acumulan doce puntos de pérdida contra la inflación (Reuters)
El impacto en los
sectores más desfavorecidos del mercado laboral no será solo a través de la
referencia para los salarios en negro. El salario mínimo,
además, impactará directamente en algunos de los programas
sociales que otorga el Gobierno nacional, principalmente el plan Potenciar
Trabajo, que paga la mitad de un SMVM por cuatro horas de trabajo como
contraprestación, y que influye también en los criterios de ingreso a las Becas
Progresar y a la jubilación mínima de quienes tienen 30 años de aporte, entre
otros.
Otro segmento del
mundo del trabajo como el empleo público también tuvo una carrera perdidosa
contra la inflación en lo que va del año. De acuerdo siempre a los datos
oficiales, los trabajadores del Estado tuvieron en promedio una actualización
de su salario durante la primera parte del año de 24,3%, es decir un punto
porcentual menos que la suba de precios acumulada. El Gobierno tiene
pensado también reabrir la paritaria estatal con los gremios UPCN y ATE.
Los trabajadores
del sector privado registrados, como promedio general, son los únicos que, a
fuerza de algunas negociaciones paritarias, pueden empatarle a la suba de
precios. En los primeros seis meses del año alcanzaron a tener un incremento de
ingresos de 25,4%, lo que implicaría 0,1 puntos por encima de la inflación
acumulada. Y se estima que la reapertura de paritarias y el nuevo mínimo
no imponible de Ganancias les mejorará un poco más su estado en la carrera
contra la inflación.
Según las bases del
Presupuesto 2022, este año el salario en promedio debería ganarle por 3,8
puntos a la inflación y por un poco más (4%) el próximo.
- Actividad económica
Si bien algunos
sectores ya tienen un nivel de actividad similar o superior al de 2019 o
se aproximan al que tenían en 2018, como algunas ramas de la industria, lo cierto es que esa recuperación
económica, según análisis privados y también admiten en el propio Gobierno, es
muy desigual, ya que hay varios rubros que no logran superar el nivel de
producción que tenían durante la prepandemia, como los que están más
ligados al turismo y al esparcimiento.
Esa economía a “dos
velocidades” como la suele llamar el ministro de Desarrollo
Productivo Matías Kulfas, opera actualmente por detrás de la prepandemia,
de acuerdo a un informe de esa cartera. Hacia el segundo trimestre de
2021 estaba aún 5% por detrás de igual tramo de 2019. Y ya con los datos
de producción industrial de julio que publicó el Indec, desde Gobierno
remarcaron los pocos sectores que mostraron un retroceso en su nivel de
actividad fueron puntuales como colchones o tabaco. En ese informe, de todas
formas, hubo dos datos menos alentadores: la cantidad de empresas fabriles
que espera aumentar su producción en los próximos tres meses cayó de 31,8% del
total encuestado en julio por el Indec al 29,7% un mes después.
Este 2021, de
acuerdo al Presupuesto, debería terminar con una recuperación del PBI del
8%, tras el desplome de casi 10% que tuvo lugar
en 2020 como
consecuencia de la pandemia y la cuarentena. Para el año próximo las
expectativas difieren entre el Gobierno y el sector privado. Mientras Guzmán
planteó un 4% de expansión del PBI, organismos internacionales prevén 2,5 por
ciento.
Algunos sectores
todavía no se recuperan del impacto de la pandemia y la laerga cuarentena
inicial (EFE)
Según un trabajo
del Centro de Estudios para la Producción (CEP XXI), dependiente de del
Ministerio de Desarrollo Productivo, la economía argentina fue la más
perjudicada por el impacto del coronavirus en comparación con la mayoría de los
países del continente. Paraguay, Estados Unidos y la mayoría de las economías
centroamericanas ya se encuentran, incluso, con un nivel de actividad por
encima del que registraban antes de la crisis sanitaria.
- Pobreza
La recuperación
económica de los últimos meses aún no se plasmará en una mejora de uno de los
indicadores sociales clave, como la pobreza. El Indec dará a conocer en los
próximos días el indicador del primer semestre del año. Según especialistas
consultados por Infobae, no debería mostrar un cambio
relevante en relación
con el 42% que arrojó como conclusión el segundo semestre de 2020.
Recientemente un
índice paralelo de la pobreza que elabora el Gobierno nacional registró que por
la pandemia casi la mitad de la población fue empujada a esa situación de
vulnerabilidad económica cuando se agregan a la medición por ingreso
aspectos como acceso y calidad de la vivienda, empleo o salud, el cual fue del
49,6% de los habitantes, unas 22,7 millones de personas.
Según un informe
oficial, casi la mitad del país está debajo de la línea de la pobreza
multidimensional (Franco Fafasuli)
Ese informe, que
solo fue de circulación interna en el Poder Ejecutivo pero al
que Infobae tuvo acceso, muestra que la situación social era muy
precaria en el momento en que se celebraron las PASO, incluso con varios meses
de recuperación de la actividad encima. Se trata de un reporte que fue hecho
por el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales que hasta que
empezó la campaña para las PASO 2021 estaba dirigido por Victoria Tolosa
Paz, primera candidata a diputada nacional por la Provincia de Buenos Aires del
oficialismo.
Medidas por franja
etárea, el 65,8% de los niños de hasta 3 años son considerados pobres bajo
este criterio multidimensional. Como comparación, seis meses antes esa
proporción era de 58 por ciento. Los niños y niñas de entre entre 4 y 17 años
tienen un índice de pobreza de 56,7% mientras que entre 18 y 64 años es de 49,9
por ciento.
Pero el informe va
más allá y mide la situación en distintos aspectos puntuales. En términos de
vivienda, un 20% de la población tiene algún problema relacionado a ese
factor. Un 8,4% vive en hogares con materiales precarios, otro 7,5% está
en situación de “tenencia insegura” como por ejemplo personas que ocupan
alguna propiedad o terreno, y casi 5% viven hacinados. Respecto a la educación,
el 33% de la población experimenta algún déficit. En su mayoría (26%) se trata
de “logro educativo insuficiente” entendido como población adulta que ya no
cursa la educación formal, pero aumentó considerablemente durante la
pandemia el rezago y la inasistencia escolar, desde 2,4% a 4% y 5,6% a 8,6%,
respectivamente, en un contexto en que las escuelas estuvieron cerradas para
las clases presenciales en buena parte del país desde que comenzó la pandemia.
- Desempleo
El último indicador
ese informe de pobreza multidimensional está relacionado con el empleo. El 46%
de las personas sufrieron algún tipo de dificultad al respecto: la principal
es la dificultad de acceso al empleo que nada menos que se triplicó
durante la pandemia, desde 6 a 18% de la población total.
Los datos oficiales
muestran que la recuperación de la economía avanza más rápido que la generación
de puestos de trabajo. En el último año la economía reincorporó a solo el 54%
de los trabajadores formales del sector privado que perdieron su empleo durante
los meses de cuarentena más estricta.
Según se desprende
de cifras difundidas por el
Ministerio de Trabajo, en
el tramo de marzo y julio de 2020, cuando las medidas de aislamiento social
fueron más duras, se perdieron 191 mil empleos privados. En los doce meses
posteriores, es decir hasta junio de 2021, el último dato oficial, se
recompusieron unos 103 mil puestos de trabajo.
Se triplicó la
cantidad de personas que afirman tener problemas para conseguir empleo (EFE)
Seis sectores
emplean actualmente más personas que antes de la crisis sanitaria: Pesca
4,6%, Actividades inmobiliarias, de alquiler y empresariales 3,4%, Industria
manufacturera 2,1%, Salud 1,5%, Suministro de electricidad, gas y agua 0,7% y
Agricultura, ganadería, caza y silvicultura 0,2 por ciento.
Por el contrario,
hay otros rubros de la economía en que la situación laboral permanece
considerablemente más dañada. En ese grupo se ubican, por ejemplo, Hoteles
y restaurantes (-22,2%), Servicios comunitarios, sociales y personales (-4,7%),
Construcción (-4,6%) y Explotación de minas y canteras (-3,8%), entre otros.
Incluso un
indicador “adelantado” de la situación del mercado laboral que elabora esa
cartera muestra que en julio, ya con un efecto menor del coronavirus en la
actividad económica, la recuperación del empleo era muy limitada o
inexistente.
“En julio de 2021,
de acuerdo a la información relevada por la Encuesta de Indicadores Laborales
(EIL), el nivel de empleo privado registrado en empresas de más de 10 personas
ocupadas del total de los aglomerados relevados, se mantuvo constante en
relación al mes anterior”, explicó la cartera que encabeza Claudio Moroni.
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