Por Francisco
Jueguen - En solo siete meses, la meta macroeconómica de inflación de Martín
Guzmán terminó hecha trizas. El acumulado oficial de precios, según divulgó el
propio Indec, marcó en julio pasado un 29,1%, una décima más de lo que el
ministro había previsto en el presupuesto del año pasado. Anteayer, en el envío
de la ley marco de este año, hizo la corrección: sería de 45,1%, 16,1 puntos
porcentuales más que la inflación estimada por el Gobierno solo un año atrás.
Es un búmeran para
Guzmán. El ministro de Economía había cuestionado públicamente a las
consultoras que hacen cálculos de inflación y que participan del Relevamiento
de Expectativas del Mercado (REM) por mostrar divergencias con los datos
oficiales. Las había acusado frente a empresarios y sindicatos de no haber
acertado en años del gobierno de Mauricio Macri. Tanto es así que varias
decidieron dejar de participar de la encuesta que organiza el Banco Central
(BCRA). También había malestar con Miguel Pesce, contaron entonces varios
economistas.
El ministro
argumentaba a comienzos de este año –cuando aún no estaba en la picota de La
Cámpora– que los economistas hacían sus proyecciones de inflación con la foto
del primer trimestre del año, cuando la demanda global de alimentos era muy
alta como consecuencia de la pandemia de coronavirus.
Además, semanas
atrás –en medio de la campaña electoral para las PASO– cuestionó duramente a
los empresarios por carecer de liderazgo y no haberse alineado –como sí lo
hicieron, dijo, los sindicatos– a las expectativas de subas de precios que él
había calculado y que ahora modificó en más de 16 puntos.
“Cuando yo decía
que la inflación es un fenómeno multicausal, que tiene raíces macroeconómicas,
esto no quiere decir que es solo política fiscal, monetaria y cambiaria; es
también la coordinación social; ese es un fenómeno macroeconómico; lo que se
vio inmediatamente en buena parte de la comunicación es que se hizo llegar un
mensaje de que [la inflación] es un problema de políticas económicas como si
fuera del Estado o de un gobierno, y no, la inflación no es un problema
solamente del Estado, hay una responsabilidad colectiva”, dijo entonces el
ministro de Economía en una disertación académica en San Juan.
“Los representantes
de los trabajadores actuaron con una capacidad de coordinación muy clara y
fueron en la línea de lo que decía el presupuesto. Del otro lado faltaron
conducción y alineación con un fenómeno colectivo de coordinación”, agregó el
ministro de Economía sobre el sector empresarial.
El ministro de
Economía presentó además anteanoche su perspectiva de inflación para 2022. Es
de 33% y promete volver a generar tensión con los economistas. El REM –como
consecuencia de la emisión monetaria desbocada para aumentar el gasto electoral
y la bola de deuda remunerada en el BCRA, que ya llega al $4,2 billones– fue
aumentando sus perspectivas de inflación para el año que viene. Específicamente,
para 2022 esperan un alza de más de 43%, o sea, diez puntos encima de lo que
prevé el Gobierno. En un informe divulgado esta semana, Latinfocus previó una
inflación de 49% para 2022 y de 42,7% en 2023. El REM ve para este año un alza
de 48,4%, y para el que viene, de 43,1%.
Gracias a un dólar
y a tarifas de servicios pisados en medio de un proceso electoral, la inflación
de agosto fue de 2,5%, el último número difundido por el Indec. Fue un dato
inferior al esperado por el mercado, y perforó luego de un año el elevado piso
del 3% en el que se mantenía desde septiembre de 2020.
En Economía esperan
que la inflación a doce meses vaya bajando del 50% en los próximos meses
(gracias a los elevados datos de fines del año pasado) y que la suba de precios
se mantenga por debajo del 3% lo que resta del año, aunque advirtieron que
algún mes, por “estacionalidad”, puede estar encima.
“Estamos previendo
que la tasa de inflación intermensual vaya en una senda decreciente. Es lo que
ha ido ocurriendo. a partir del próximo mes esperamos que la tasa interanual
vaya descendiendo. Por estacionalidad puede haber un vaivén entre un mes y
otro, pero hoy la Argentina está establecida en un proceso gradual y
persistente de desinflación”, afirmó Guzmán en una entrevista televisiva la
semana pasada.
“La inflación está
bajando. Tuvimos un shock muy fuerte sobre todo en marzo y de ahí mes a mes fue
cayendo (…) y estamos realmente convergiendo a un nivel de inflación más cerca
del 2% por mes”, dijo el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, en
declaraciones radiales esta semana.
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