Por Sebastián
Catalano - “Martín está
tranquilo. No se va... no quiere irse”. La frase, palabras más, palabras menos,
se la repitieron a Infobae dos allegados del ministro Martín
Guzmán. Una vez el jueves pasado, antes de las PASO, y la segunda ayer, cuando
el funcionario aún estaba en Casa de Gobierno junto al presidente Alberto
Fernández en medio del vendaval, un verdadero día de furia con una crisis
política que estalló luego de las PASO y que derivó en la renuncia de buena parte
del gabinete, los más cercanos a la vicepresidente Cristina Fernández.
Contextos diferentes, pero la misma idea: no sé va. O, al menos, no quiere
irse.
¿Terminará
renunciando el ministro de Economía? Al momento de escribir esta líneas, Guzmán
es parte del Gobierno y, según fuentes del Palacio de Hacienda y la Casa Rosada
consultadas por este medio, lo seguirá siendo… al menos por ahora. Hace
pocas horas, incluso mandó al Congreso el proyecto de ley de presupuesto, su
plan económico (estima un dólar a $131, una inflación de 33% y un
crecimiento del PBI del 4%). Después
de una jornada muy intensa, ayer se retiró del ministerio pasada la medianoche,
luego de que Fernández firmada digitalmente el presupuesto en Olivos.
Hoy se espera que
presente, junto al Presidente, un paquete de medidas para recomponer el ingreso
de las familias. Sería de al menos medio punto del PBI y el BCRA debería
emitir unos $150.000 millones adicionales, según cálculos privados.
Alberto Fernández
junto a Sergio Massa, Guzmán, Matías Kulfas, el secretario de Energía, Daría
Martínez y gobernadores de provincias petroleras, ayer en el acto del Museo del
Bicentenario
El ala dura del
kirchnerismo lo quiere afuera, pero él resiste con el apoyo del Presidente.
¿Hasta cuándo? No está claro. En Hacienda repiten una y otra vez que el foco
del ministro es solamente la gestión y que incluso ayer –en medio de versiones
de todo tipo, muchas de las cuales lo colocaban en su casa– fue para el
funcionario una jornada de “rendimiento alto y óptimo”. Difícil de creerlo 100
por ciento. “Lo que pasa en el gabinete lo decide el Presidente”, aseguran
en su entorno que repitió a lo largo de un convulsionado miércoles en los que
sus pares renunciaban en cadena.
Quizás como
presagio de lo que vendría, ayer Guzmán se deshizo en elogios para Cristina
Fernández. Ya lo venía haciendo en la campaña: se lo nota sincero, pero no tan
cómodo en ese rol. “Me gustó mucho cuando Cristina habló en Tecnópolis de
la persistencia de las convicciones y terquedad para las políticas públicas”,
elogió a la vicepresidenta. “Junto con Máximo, Cristina y Axel siempre,
trabajando para cuidar a la gente”, dijo. Y los nombró a todos varias veces.
Ayer, en medio de
los rumores, el kirchnerismo confirmó una llamada entre Cristina y Guzmán. En
rigor, pudo saber este medio, hubo varios intercambios de mensajes. Hablaron
del Presupuesto y, al final, la vicepresidente le negó que haya exigido su
renuncia al cargo. Acordaron volver a hablar en el corto plazo. La llamada
sorprendió a propios y extraños: la salida de Guzmán es una de las principales
demandas al Presidente por parte del sector kirchnerista del Gobierno.
Actos
Después de las PASO
Fernández se mostró con Guzmán dos veces. El mismo lunes, cuando se presentó el
programa Compra Argentina, la televisación oficial le dedicó insistentes planos
al ministro en una clara señal de apoyo. Junto al titular de Hacienda, en
primera fila, estaban el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y la primera
dama, Fabiola Yáñez.
Alberto Fernández y
su ministro de Economía (EFE/Juan Mabromata/Pool/Archivo)
Ayer, en la
presentación de la ley de Hidrocarburos, en el Museo del Bicentenario, pasó
algo similar: Guzmán habló, lo hizo el presidente, mencionaron el Presupuesto y
el FMI y criticaron la gestión de Mauricio Macri. Minutos después llegaron
las renuncias de medio gabinete y Guzmán quedó otra vez en medio de la
tormenta… si es que alguna vez había salido. La figura del ministro está más
muy cuestionada por el sector más duro del kirchnerismo: le “pegan” por
ajustador, por negociar “blando” con el FMI y no le perdonan la idea de querer
aumentar las tarifas antes de las elecciones, algo que derivó en el intento
fallido de echar Federico Basualdo, un funcionario de tercer rango,
camporista, que aún está sentado en su despacho.
Presentó el
Presupuesto, hará anuncios post PASO y la semana que viene deberá pagarle al
FMI unos USD 1.900 millones del préstamo que pidió Macri. Se quiere quedar,
está dispuesto a resistir, pero como recordó Andrés “Cuervo”
Larroque anticipando cambios luego de la caída en las urnas: “En 2009
entraron Aníbal (Fernández) y Amado (Boudou) a jefatura de Gabinete y a
Economía. En 2013 entraron Coqui (Capitanich) y Axel (Kicillof). Son cosas que
requieren que reaccionemos con reflejos y escuchemos a la gente”.
“Los últimos cinco
procesos electorales estuvieron seguidos de un nuevo régimen cambiario y/o un
fuerte ajuste del dólar oficial”, graficaron también desde la consultora
Equilibra. ¿Resistirá?
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