Sábado 11 - Por Melisa Reinhold - A pesar de los intentos del Banco Central (BCRA)
por mantener los tipos de cambio tranquilos, con el menor costo posible en
términos de reservas, para los economistas la estrategia no es sostenible en el
tiempo. Si el contexto actual continúa, la entidad tendrá que tomar medidas
antes de fin de año para dejar de desprenderse de dólares, pronostican.
Según la consultora
Equilibra, la presión dolarizadora en la víspera electoral es “mayor de la anticipada”. Desde que
empezó septiembre el Central gastó unos US$500 millones de sus reservas, entre
las intervenciones en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) y en el de
bonos.
“El drenaje que vimos de reservas del BCRA
puede responder a cuestiones lógicas, como una mayor demanda por importaciones
con una economía que muy lentamente se recupera y, además, como respuesta
natural a un menor ritmo de oferta del agro que, de todos modos, sigue firme.
Igualmente, también es una contracara de la fuerte acumulación de reservas en
los meses previos: quedará por ver en el balance cambiario si los bancos no
están recomponiendo la cobertura a moneda extranjera y eso explica también las
ventas del Central”, señaló
Francisco Mattig, de Consultatio Investments.
Actualmente, las
ventas en el mercado oficial son incluso mayores a las de la semana previa a
las primarias presidenciales de 2019, cuando el Tesoro nacional hacía subastas
diarias de US$60 millones para fondear las compras netas de las entidades
autorizadas a operar en cambios y las de sus clientes.
“Luego de las PASO de 2019 [cuando el
oficialismo perdió por 15 puntos de diferencia], la demanda se recalentó y el
BCRA tuvo que intervenir en el spot por primera vez en diez meses (y el dólar
saltó). La intervención diaria del Central trepó a un promedio diario de US$150
millones (máximo de
US$387 millones) durante la segunda mitad de
agosto y alcanzó su máximo del año en octubre (US$812 millones)”, recordó la consultora.
Con datos al 6 de
este mes, las reservas netas se ubicaban en US$6152 millones, US$1769 millones
por debajo del máximo de julio. La conclusión de todos los economistas es la
misma: si el Central sigue con esta política, las reservas netas se volverían
negativas hacia fin de año.
“El Banco Central vende unos US$70 millones
por día. Es un nivel bastante complicado porque, al cabo de un mes con 20 días
hábiles, vas a tener unos US$ 1.400 millones menos. Perder US$1.400 millones
cuando tenés que pagarle al Fondo Monetario Internacional (FMI) este mes y
seguir así hasta noviembre, te deja con un nivel de reservas muy bajo. Muy
parecido a fines de 2020, cuando estaba la crisis del dólar blue”, sostuvo Juan Ignacio Paolicchi, de Empiria
Consultores.
Las tres alternativas
Con un drenaje de
reservas que preocupa y a dos largos meses de distancia hasta las elecciones
generales de noviembre, si no hay un cambio en el marco de política económica
el BCRA tendrá que tomar nuevas medidas para proteger sus reservas. Ahora, ¿qué
vías podría elegir?
En primer lugar,
reforzar aún más el cepo cambiario. “Si
lo hace formalmente, una opción sería establecer más cepo en las cuentas
financieras como, por ejemplo, para los pocos que hoy en día pueden comprar los
US$200 mensuales. O bien, para ajustar más el pago de deuda en dólares de las
compañías, aunque en este punto el daño parecería ser más grande que la
solución”, aventuró Mattig.
Este camino es por
el cual optó el BCRA en el último tiempo. Tanto en julio como en agosto se
pusieron trabas y restricciones a las operaciones con dólares financieros. “Pero las medidas que se tomaron
recientemente no fueron muy efectivas. Redujo el ritmo de venta de dólares del
contado con liquidación (CCL) de US$30 millones por día a US$20 millones. Son
medidas de corto plazo, con un efecto de -como muchodos semanas y después
vuelve otra vez a resurgir”, opinó Paolicchi.
En segundo lugar,
si el Central optara por una vía informal, podría cerrar el grifo para los
importadores. “Pero esto generaría un
impacto en la actividad. Cuanto menos meses dure la traba, quizás la caída sea
menor, aunque así y todo habría un efecto”, agregó Paolicchi. En ese
aspecto coincidió Mattig, quien agregó que la medida podría “revivir presiones inflacionarias”.
“La solución genuina sería tratar de bajar
la brecha cambiaria mediante la vía de un programa de estabilización macro
consistente, que debería incluir algún ajuste cambiario. Pero eso no ocurrirá
antes de las elecciones”,
completó el economista de Consultatio Investments.
Para Equilibra, el
escenario en el que el Gobierno acelere el ritmo de depreciación diario del
tipo de cambio oficial tiene “una mínima
probabilidad”.
“El Tesoro volvió a ofrecer instrumentos
dólar linked en la licitación de ayer [por anteayer], dando señales de que no
está en sus planes ajustar bruscamente el tipo de cambio, y volvió a vender
posiciones de futuros en Rofex”, cerró.
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