La deuda remunerada que tiene el Banco Central
entre letras de liquidez (Leliq) y pases pasivos se duplicó en la gestión de
Miguel Pesce y representa el 134% de la base monetaria. Ese dato se desprendió
de un informe elaborado por la Fundación Libertad y Progreso quien señaló que
puede ser "peligroso" si implica una emisión monetaria futura que
presione sobre la inflación.
"Coquetear con
niveles similares previos a la crisis de confianza en 2018 sumado a la alta
inflación, puede ser peligroso", advirtió al respecto la Fundación
Libertad y Progreso.
En rigor, ese tope ya fue superado en mayo de este año, cuando la
relación alcanzó el 141%. Al no ser computada en cabeza del Tesoro,
estos pasivos no son considerados como parte de la deuda pública, pero tiene
una significativa incidencia en el desempeño del Banco Central, ya que al ser
de corto plazo obliga a una permanente renovación tras los vencimientos, a
razón de dos por semana.
Por tal
razón, se estima que el costo de la permanente renovación de las Leliqs
equivale a unos 14.000 millones de dólares anuales.
LyP advirtió que
"a lo largo de la gestión de Miguel Ángel Pesce en el BCRA, la deuda
remunerada (leliqs más pases pasivos) se duplicó ya que cuando asumió era el
63% de la base monetaria".
"Hoy, la
magnitud de los pasivos es tan grande que excede a la base monetaria en 1,34
veces. Todo esto en un contexto en donde la inflación se ubica en el 51,8%
interanual", añadió. En ese sentido, el economista jefe de la fundación,
Iván Cachanosky, sostuvo que "la deuda remunerada equivale a emisión
futura, por lo que el potencial de emisión es inmenso y se ubica casi en los
mismos niveles críticos a los que llegó la gestión anterior".
Asimismo, advirtió
que "el problema empeora ya que parte de los depósitos de la gente están
respaldados en gran medida por las Leliqs y no por pesos" y en
consecuencia "si las personas comienzan a demandar esos
pesos, los bancos tendrán que devolverle las Leliqs al BCRA y la entidad se
verá obligada a emitir".
"El principal problema
cuando la deuda remunerada es tan grande es que la misma entidad se ve obligada
a emitir para pagar los intereses de la misma deuda remunerada, entrando así en
un círculo vicioso. Esta problemática no hace más que continuar alimentando la
bola de nieve", remarcó Cachanosky.
Como conclusión se
remarcó la necesidad de bajar el gasto público para evitar la dependencia de la
deuda y la emisión.
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