Por Liliana
Franco - “Es probable que antes de fin de año cerremos la
negociación con el Fondo Monetario Internacional. Nuestra expectativa es que en octubre el Fondo
reducirá o eliminará las sobretasas que cobran por los préstamos y luego
firmaremos el acuerdo”, señaló
a Ámbito una alta fuente de la
Casa Rosada.
El presidente Alberto Fernández, el viernes
pasado en un reportaje concedido a Radio 10, confirmó que se está discutiendo
el tema de la sobre tasa. Anticipó que la cumbre del G20 que se llevará a cabo
a fin de octubre en Italia, "puede
ser clave para resolver el problema de la sobre tasa", y que
"la directora ejecutiva del Fondo Monetario, Kristalina Georgieva, me dijo que todo se
encamina como para que el tema sea tratado", consignó el primer
mandatario.
A principios de
abril pasado, en el marco de la reunión del G-20, el ministro de
Economía, Martín Guzmán, planteó
a Kristalina Georgieva, directora
gerente del FMI,
la necesidad de bajar los sobrecostos en los programas del FMI,
que considera "regresivos y
procíclicos". Consultadas fuentes del organismo multilateral por
Ámbito señalaron que aún no “tienen
una fecha para el tratamiento de este tema”.
Según las normas
del organismo multilateral, para créditos como el que tiene la Argentina, cuando el nivel de deuda excede el
187,5% de la cuota del país se pagan 200 puntos básicos más que la tasa base
del FMI. Y si el programa se extiende por más de tres años, el sobrecosto sube
a 300 puntos básicos.
La cuota argentina
del FMI suma unos 4.540 millones de dólares (3.187 millones de DEG). El
préstamo vigente con el país alcanza a 45.453 millones de dólares a valor
presente, según señala Joaquín
Waldman de Ecolatina. El
187,5% de la cuota equivale a 8.490 millones de dólares, de donde el país paga
sobrecargos por U$S 36.963 millones. El 2% de sobretasa equivale a U$S 738
millones.
Ante el
requerimiento de reducir los sobrecostos que formulara en ese momento el
titular del Palacio de Hacienda, Georgieva declaró que "el pedido del
ministro Guzmán sobre las tasas “llega
en un momento donde se está rediscutiendo el sistema del Fondo. Está en
revisión y escuchamos las propuestas de los miembros". Sin embargo,
la economista justificó los cargos al señalar que "las sobretasas se usan para financiar a los
países cuando tienen problemas y eso implica un riesgo alto”.
En medios
oficiales, en tanto, se comenta que se ha
avanzado mucho en el entendimiento con el Fondo. La Argentina viene
mostrando disciplina fiscal – el
aspecto que más observa el organismo - al punto que las previsiones son que
el déficit primario se ubicaría en el orden
del 3% para el año en curso.
Si bien el nuevo
acuerdo con el FMI tendría una duración de 10 años (dentro del Programa de
Facilidades Extendidas) la
conducción económica intentará que en el nuevo entendimiento se incluya una
cláusula referida a que, en caso que el organismo adopte planes a más largo
plazo, la Argentina pueda acceder a este beneficio. Se considera,
además, que esta cláusula facilitaría
la aprobación del Congreso que deberá tener el nuevo entendimiento
con el FMI.
Se descuenta que el
Gobierno hará el primer pago de capital de la deuda con el FMI por 1.880 millones de dólares que
vence en septiembre, pero la incógnita es si se logrará un acuerdo antes
del siguiente vencimiento, también por 1.880 millones de dólares, en diciembre
venidero. Es que, según los tiempos del Parlamento, en la Casa Rosada se estima
que el acuerdo podrá ser firmado recién el año que viene.
Si esto no
sucediera, la Argentina deberá utilizar prácticamente la totalidad de los
4.335millones de dólares que se recibieron por la transferencia extraordinaria
de los Derechos Especiales de Giro para hacer frente a sus compromisos con el
Fondo.
Dificultades
No existen dudas,
en cambio, en cuanto a la necesidad de alcanzar un entendimiento a corto plazo.
Sucede que en el primer semestre del año que viene
el pago de capital al FMI suma 7.100millones de dólares y el 22 de
marzo venidero es la fecha límite para alcanzar un acuerdo con el Club de París
(sujeto al acuerdo con el Fondo). “Con
reservas netas terminando el año en torno a 7.000millones de dólares no habrá
margen para seguir demorando un acuerdo”, sostiene un estudio de la
consultora pxq.
En este contexto
los mercados están apostando a que Argentina finalmente acordará con el FMI,
como refleja la suba de los activos argentinos registrada en los últimos días.
De todas formas,
llegar a un entendimiento con el FMI no parece tarea sencilla, según señalan
los analistas. Se especula con que los técnicos del
organismo multilateral pedirán que el programa fiscal argentino converja en el
tiempo a un superávit primario del orden de 2% del PBI. Pero es de
prever que “los mayores ajustes los pidan para el
año que viene, ya que va a ser difícil que se apriete mucho el cinturón en 2023
porque hay elecciones”, según sostienen.
A ello se agrega
que los técnicos del Fondo están siendo más
estrictos en los análisis de las condiciones de endeudamiento de los países.
En los enfoques
tradicionales del Fondo, cuando se hablaba de deuda se refería al sector público no financiero. Pero
un trabajo elaborado por el Board de enero este año e – “Revisión del marco de sostenibilidad de
la deuda para países de acceso al mercado”, particularmente en el
punto 40 - se sostiene que cuando
un país tiene déficit cuasi fiscal, es decir deuda relevante del Banco Central,
esos pasivos deben ser incluidos en el análisis de sustentabilidad de la deuda.
Esto significa que
el cálculo de la deuda del país resulta mayor que el que surgiría de los
análisis tradicionales y, por lo tanto, el
superávit que se requiere al país, el esfuerzo fiscal, para hacer frente a los
compromisos, también es más alto. Análisis técnicos ubican este esfuerzo adicional entre 0,5
y 1% del PBI.
Es de prever que
alguna de las pistas sobre el previsto acuerdo con el Fondo se incluya en el
próximo proyecto de presupuesto que el Ministerio de Economía terminará de
elaborar a mediados de septiembre.
Por lo pronto,
fuentes de la Casa Rosada indican que no son partidarios de recortar el gasto
público, de donde se infiere que
posiblemente se avance en la presión impositiva. Aunque, en tiempos de
campaña, las fuentes oficiales tienden a descartar la prórroga para el 2022 del
Impuesto Impuesto a la Riqueza, cabe recordar que el propio Guzmán lo planteó
como una posibilidad. Es que este impuesto representa
una recaudación relevante (0,5% del PBI). Además, es un impuesto que es avalado
por el FMI.
Por lo pronto, en
fuentes oficiales también se adelanta que el
Ejecutivo impulsará distintos proyectos en el Congreso tras las elecciones.
Incluyen modificaciones impositivas, una nueva
ley de hidrocarburos y la segmentación de las tarifas públicas.
A corto plazo, la
alta fuente consultada por Ámbito reconoció
que la marcha de los precios “es lo que más
preocupa al Gobierno”. Si bien se confía en que la inflación tendrá una
tendencia descendente, no se descartan algunos cambios.
Por caso, se prevé una mayor intervención del
ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, para controlar la formación
de precios entre los productores, en lugar de poner “tanto énfasis
en la comercialización” como critican en algunos sectores del gobierno, viene
sucediendo con la gestión de la secretaria de Comercio, Paula Español.
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